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Funeral

«El corazón del Papa Francisco estuvo siempre con los pobres y los descartados»

La Catedral de Sevilla acoge la misa funeral por el Papa Francisco, que «será recordado como un mensajero incansable de paz y un hombre de diálogo», según Saiz Meneses

Funeral por el Papa Francisco en la Catedral de Sevilla Kiko HurtadoLa Razón

La Catedral de Sevilla al fin pudo acoger ayer la misa funeral por el Papa Francisco, oficiada por el arzobispo José Ángel Saiz Meneses. El apagón eléctrico del pasado lunes obligó a trasladar la eucaristía al martes, lo que no restó asistencia de público. Cientos de fieles abarrotaron el primer templo de la archidiócesis, que mostró su pesar por la muerte de un pontífice que «será recordado como un mensajero incansable de paz, un hombre de diálogo, de reconciliación, de apertura a todos los pueblos y culturas», tal y como recordó el prelado hispalense.

Aspecto que presentaba la Catedral de Sevilla durante el funeral por el Papa FranciscoKiko HurtadoLa Razón

La misa tuvo lugar en el trascoro de la Catedral, el lugar donde se realizan ahora las grandes celebraciones debido al desmontaje del altar del jubileo para su restauración. Una pintura del pontífice se situó junto al altar, con sonrisa cómplice dando muestras de su bondad. Fue el Papa Francisco el que envió a Saiz Meneses a Sevilla desde su anterior sede de Tarrasa. El arzobispo ha estado muy unido al Santo Padre argentino. De hecho, tuvo la oportunidad de ser recibido en una de sus últimas audiencias el pasado 8 de febrero, justo antes de su ingreso en la Clínica Gemelli. No estuvo solo. Le acompañaron el presidente de la Junta, Juanma Moreno; el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz; y el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, para presentarle las conclusiones del Congreso de Hermandades y Piedad Popular que se celebró en diciembre.

Además, el pontífice nombró a Saiz Meneses miembro de dos dicasterios: el de los Laicos, la Familia y la Vida y el de las Causas de los Santos. Igualmente, fue recibido en otras ocasiones junto a los seminaristas.

El arzobispo trazó un completo perfil del pontífice. «Su corazón estuvo siempre con los pobres y descartados», señaló, «los que sufren las consecuencias de la indiferencia y del egoísmo. Su legado es un testimonio de fe, de servicio y de compasión por los marginados de la vida». «Nos recordó que la Iglesia no puede ser indiferente ante el dolor del mundo, que está llamada a ser hospital de campaña, casa de puertas abiertas, madre que acoge y acompaña».

Saiz Meneses aseguró que Su Santidad «no dudó en denunciar las guerras, la violencia, el tráfico de armas, la explotación, la corrupción y la desigualdad» y remarcó algunos de los rasgos distintivos de su pontificado. «Ha sido y seguirá siendo un testigo creíble del Evangelio. Su pontificado ha mantenido el rumbo fijo de la Iglesia hacia lo esencial: la misericordia del Dios hecho carne en Cristo Jesús, que es el corazón del Evangelio. Desde ‘el fin del mundo’ llegó un Papa que ha puesto en el centro el Evangelio vivido con radicalidad, con ternura, con valentía».

También recordó sus primeros instantes desde que fue designado Papa durante el cónclave. «El 13 de marzo de 2013 el cardenal Jorge Mario Bergoglio apareció en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro como el nuevo Papa, y uno de sus primeros gestos, una sencilla inclinación pidiendo la oración del pueblo, fue ya toda una declaración de intenciones. Desde entonces, el mundo ha sido testigo de un pontificado fundamentado en Jesucristo y, por eso, profundamente humano y cristiano, profético y marcado por una espiritualidad contagiosa», señaló el arzobispo.