Opinión: Méritos e infamias
Desmenuzado
No sólo le han impuesto las listas al Congreso y al Senado, si no que debe poner buena cara ante el jefe supremo
El término resiliencia se puso de moda hace unos años, tampoco tantos, con la llegada de Sánchez al poder. Parece extraño, pero ya nos queda todo tan lejos que la moción contra Rajoy se recuerda casi en blanco y negro. Junto a la palabrita, el otro palabro de la legislatura, «empoderada», marcan este «soft» estalinismo de nuevo cuño en el que se mece toda la izquierda, que en Andalucía ya parece un suspiro de lo que fue, es decir, la nada prácticamente. Cucharas, que ni pinchan ni cortan, sus altos cargos hacen lo que pueden por mantener el tipo y su modo de vida tras el segundo guarrazo del PSOE-A. Pero hay que mantener el tipo, no queda otra ni muchos tienen a dónde volver. No hay vida fuera del partido ni el carguito. Por eso se entiende que pese a su inutilidad y no contar con casi 1.300 millones nutridos por el poder local, Juan Espadas hable de unidad en el partido y fidelidad al líder. Eso ahora es «resiliencia» en mi pueblo: «tragar con ruedas de molino». No sólo le han impuesto las listas al Congreso y al Senado, si no que debe poner buena cara ante el jefe supremo. Natural, pero me pregunto cuánto tiempo durará esta agonía del PSOE-A que no sólo no ilusiona sino que causa tanto rechazo. Entiendo que si el experimento del 23-J le explota a Sánchez se romperán las pocas costuras que le quedan aún al partido para buscar o una refundación y un terapeuta que les haga entender que todas las películas se acaban. La calle les ha dado la espalda en las últimas elecciones pero internamente son bastantes los que ya han dado el portazo al partido aunque guarden silencio. ¿Cuántas de las criaturitas amamantadas por el maná de las arcas públicas hasta hace dos semanas van a ponerse a pegar carteles con la cara de Pedro Sánchez en pleno verano?, por decirlo metafóricamente. Ni una. Miren a Francia, donde el todopoderoso partido socialista de Mitterrand es prácticamente irrelevante, sin pinchar ni cortar como le pasa ahora a Espadas. ¿Verdad Anne Hidalgo?
✕
Accede a tu cuenta para comentar