Ocio
La Gruta de las Maravillas, el mejor plan para empezar el otoño con buen pie
Es un manantial de belleza inagotable, forjada por el tiempo sobre la propia naturaleza, con ayuda de elementos tan sencillos como el agua y la piedra
La Gruta de las Maravillas, localizada en la localidad onubense de Aracena, es un manantial de belleza inagotable, forjada por el tiempo sobre la propia naturaleza, con ayuda de elementos tan sencillos como el agua y la piedra.
El excepcional conjunto de galerías, salones, lagos y cursos subterráneos que el tiempo y el agua han labrado en el seno de Cerro del Castillo, se ha formado sobre calizas paleozoicas en un continuo sistema kárstico, único en su género, testigo de eras y climas pasados. Es, probablemente, una de las grutas mas bellas y mejor conservadas del mundo.
Según las fuentes, existen dos teorías acerca del descubrimiento de la Gruta de las Maravillas: la primera sostiene que fue hallada de forma accidental al excavar en la mina del cerro, mientras que otra apunta al célebre pastor Tío Blas como descubridor mientras buscaba a una res extraviada.
A través de tres niveles entrelazados por túneles de cuento, azules que solo existen aquí y formaciones cuyas siluetas inspiran tantos vocablos como trampantojos, la Gruta de las Maravillas invita a circular a través de un recorrido bajo temperaturas que bailan entre los 16ºC y los 9ºC y una humedad que rara vez desciende del 98%. Un festín de estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas nacidas de la erosión de las aguas sobre las rocas calizas del cerro del Castillo, un proceso que se ha ralentizado en los últimos años como efecto del cambio climático.
Uno de los aspectos por los que destaca la gruta es por la presencia de grandes cuerpos de agua turquesa –como es el caso del Salón del Gran Lago– que recuerdan vagamente a una versión onubense de los cenotes. El perfecto hilo conductor durante un recorrido que atraviesa escenarios oníricos que simulan medusas, cortinas, spas subterráneos y hasta falos rocosos.
La Gruta de las Maravillas es un plan perfecto de otoño ya que, además, permite disfrutar del pueblo de Aracena en una época de temperaturas más suaves. El kilómetro cero de la sierra engloba desde la visita obligada al Castillo y la Iglesia Prioral de estilo gótico-mudéjar de Nuestra Señora del Mayor Dolor, construida entre los siglos XIII al XV, hasta las ermitas mudéjares o las iglesias parroquiales de la Asunción y del Carmen, ambas ejemplos de la arquitectura popular serrana del arquitecto Aníbal González.
Además, Aracena supone un oasis gastronómico y sensorial único, ya que tampoco puedes perderte su Museo del Jamón, la belleza panorámica de sus tapices de robles y alcornoques lamiendo la sierra, o las cercanas Minas de Riotinto, objeto de estudio para la propia NASA y acuarela narrativa de una herencia minera que suspira para liberar nuevos secretos, lugares e incluso otras serendipias azules que encontramos en pueblos cercanos como Cañaveral de León.
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