Tecnología
La IA irrumpe en la hostelería: algoritmos para enfriar cerveza
La 26 edición de la feria dedicada al sector en Málaga da a conocer las innovaciones más importantes
El turismo y la hostelería, piedras angulares de la economía andaluza, miran al futuro buscando soluciones a retos como la escasez de agua, la eficiencia energética, la mejora de la productividad en los hoteles y la inteligencia artificial (IA).
En torno a estos cuatro asuntos gira la 26 edición del Salón de Hostelería y Turismo que se celebra en Málaga hasta mañana. El Salón –inaugurado ayer por el consejero andaluz de Turismo, Arturo Bernal; el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre–, reúne a 16.000 profesionales y 400 empresas del sector, con la vista puesta en la mejora de la experiencia del cliente para ser competitivos. Y en este punto, la inteligencia artificial juega un papel fundamental para mejorar los procesos en un sector tan dinámico.
Así lo expresó el socio responsable de distribución de IMB España, Ignacio Estévez, quien apuntó que la hostelería se está transformando hacia la sostenibilidad y avanza en el plano digital, por ejemplo con las autocomandas. Pero que debe prepararse para la revolución de la IA.
«Las empresas que no adopten inteligencia artificial serán irrelevantes a medio plazo», advirtió. Y es que, en un sector intensivo en mano de obra como el hostelero, la IA pueda ayudar tanto en el análisis de información en tiempo real, como en la generación de contenido de forma automática, desde un menú a imágenes, música o voz, y a presentarlo de forma más atractiva. Los establecimientos también podrán apoyarse en esta tecnología para mejorar la experiencia del cliente, mediante la elaboración de menús personalizados, o a realizar compras para no desperdiciar comida en función de las realizadas anteriormente, según Estévez.
Todo ello puede ser factible en unos años: «La inteligencia artificial hoy en día está sobrevalorada quizá a corto plazo, pero a medio y largo plazo, está infravalorada» y de dos a cuatro años «va a cambiar mucho», ha pronosticado.
En el primer día del Salón de Hostelería y Turismo se presentaron diferentes dispositivos que emplean tecnologías para facilitar procesos. Este es el caso de la copa irrompible de Carranza. Con delegaciones en Málaga y Córdoba y un centro logístico en León, esta empresa granadina mostró entre sus novedades una copa de vidrio tensionada, es decir reforzada en un horno para dotarla de más resistencia, y con el borde cortado en frío que, aunque no es irrompible, soporta muchos de los habituales golpes con el uso diario. Se trata de una copa polivalente, que sirve tanto para vino como cerveza o un refresco, y «muy competitiva», con un coste de 2,19 euros la unidad, explicó Miguel Ángel Carranza, directivo de la empresa, quien añadió, además, que este producto está «funcionando muy bien».
Por su parte, la compañía Wondercool trató de seducir a los distribuidores oficiales de maquinaria para que incorporen en sus catálogos sus superenfriadores, que prometen servir la bebida «súper fría sin congelar» y tienen cabida tanto en un chiringuito de playa como en un hotel de lujo.
La directora de proyecto de la empresa, Mariana Camargo, explicó que los equipos emplean una tecnología desarrollada en Corea del Sur para fines médicos dotada de un algoritmo matemático cuya patente ha registrado Wondercool en Europa para poder ofrecerla en la hostelería. A diferencia de las neveras convencionales, que tardan más de 6 horas en enfriar las bebidas, estos equipos emplean solo dos horas en enfriar toda la bebida dentro de la cámara, con capacidad para 310 botellines de cerveza, indicó.
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