Opinión: Méritos e infamias

Otra vez Doñana, no

El agua no va a llegar si no llueve y no vale poner otra vez sobre la mesa una cuestión primordial para que los ciudadanos asuman que esto de la política sirve para algo

Doñana, tras las lluvias de las últimas semanas
Doñana, tras las lluvias de las últimas semanasCsic

La jugada maestra le salió a Pedro Sánchez le pese a quien le pese. Con todas las que tenía para perder, todas pero todas, y lo han dejado escapar vivo. Al fin, el presidente del Gobierno ha demostrado que con tesis o sin tesis es el más listo de la clase y ya no se habla de la amnistía y sí de cómo se ha zampado a Podemos de paso. En una misma ecuación donde entra también el vacío, el muro, a la oposición, que hace aguas a golpe de petardos y porrazos en Ferraz. Mientras más ultras mejor para el PSOE y peor para un PP que sigue en shock desde que se convocaron las elecciones. Aún no han salido del marasmo y persiguen el hueso que les lanza el listo de Pedro sin entender que la estrategia va por otro lado. Hay que hacer oposición en Madrid ya, pero de verdad, y utilizar el poder regional intacto donde mandan los conservadores. Insisto, sin caer en las provocaciones y con el ojo puesto en Cataluña y País Vasco.

Lo digo porque el problema de Doñana parecía que estaba arreglado hace unas semanas con la visita de la ministra y ahora vuelve a ponerse en cuestión. El parque nacional no debe convertirse ni en la armería de los ecologistas contra el «facherío» ni un mecanismo para golpear a la Moncloa según me convenga. Doñana tiene que afrontarse con altura institucional, teniendo en cuenta todos los planos del prisma y zanjando polémicas de partido. El agua no va a llegar si no llueve y no vale poner otra vez sobre la mesa una cuestión primordial para que los ciudadanos asuman que esto de la política sirve para algo. Al menos como una cuestión estética e higiénica, volver otra vez a la guerra por Doñana cansa. Ahora ya no valen las fotos sonrientes y no hay acuerdo cerca. Cojonudo, otra vez el partido de tenis para ver quién marca el tanto. Pues quedan como mínimo cuatro años para «disfrutar» con nuevos capítulos del catálogo de agravios Madrid-Sevilla a costa de nuestra paciencia. Doñana solo es uno más.