Sucesos

Denuncian abusos sexuales a una Erasmus en Sevilla

Alertan de la falta de seguridad de las estudiantes extranjeras tras varios casos de sumisión química

Taberna la Encarnación
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Dos estudiantes de Erasmus en Sevilla denunciaron la semana pasada que fueron drogadas en una sala de fiestas de La Encarnación, en Sevilla, y una de ellas, asimismo, también presentó denuncia por abusos sexuales. Desde el Servicio de Relaciones Internacionales de una universidad de Sevilla alertaron de «la inseguridad» de las estudiantes extranjeras ante este tipo de situaciones cada vez más comunes.

Según informaron a LA RAZÓN desde el citado departamento de esta universidad, las estudiantes acudieron a unas de las típicas fiestas de Erasmus que se organizan durante la semana y lo último que recuerdan es que estaban en una sala de La Encarnación, donde «las invitaron a dos chupitos». A partir de ahí, todo es confusión durante las siguientes horas salvo el recuerdo de una de las estudiantes de que habría sufrido abusos en el portal de su domicilio.

Después de una jornada de incertidumbre, las chicas avisaron en la facultad de lo sucedido y desde el Servicio de Relaciones Internacionales las acompañaron al Virgen Macarena para ser reconocidas. En el hospital, según explicaron fuentes del departamento universitario, llegaron a poner pegas incluso para llamar a un forense para que reconociera a la alumna extranjera, argumentando que ese día hacía 48 horas de los hechos denunciados. A la alumna que no recordaba nada, directamente no la examinaron. A la estudiante que habría sufrido abusos le dieron los resultados del informe, pastillas retrovirales y la llamada «del día después». Posteriormente, con el informe médico de la ginecóloga del Hospital Virgen Macarena acudieron a la Policía, que habría señalado a las alumnas que ahora tendrían que comprobar la veracidad de la denuncia y si efectivamente las relaciones sexuales fueron «en contra de su voluntad».

Desde el departamento de Relaciones Internacionales de esta universidad lamentaron la sensación de impunidad que queda en unas jóvenes que «se encuentran solas en un país distinto al suyo», con otra lengua y con las dificultades que conlleva. El departamento alerta de que cada vez hay más temor entre las estudiantes. De hecho, en los propios grupos de alumnos Erasmus se advierten entre ellos de los lugares en los que creen que «drogan a las chicas» o los sitios que consideran menos seguros. «Cuidado, que drogan a las chicas», son mensajes habituales sobre determinados establecimientos. En estos grupos se han puesto sobre la mesa más casos de alumnas drogadas pero hasta ahora no de violaciones. Anteriormente, hace tres años, en el departamento ya vivieron un caso similar pero de unas alumnas americanas que pasaron un fin de semana en Florencia.

En el portal de la denunciante y en la sala de fiestas había cámaras y en ellas están puestas las esperanzas para la resolución del caso.