"Caso Faffe"
Villén simuló la devolución del gasto en los burdeles con la tarjeta de la Junta de Andalucía
El ex director de la fundación señaló a la directora económica que le habían robado la visa
Después de que el ex director de la Faffe declarara en la primera jornada del juicio poco menos que «la noche le confunde», continuó el juicio por el gasto en prostíbulos con dinero público y otras suertes de malversaciones en la Audiencia de Sevilla con la jueza Alaya presidiendo el tribunal. En la segunda jornada de declaraciones, la Guardia Civil atestiguó que el ex alto cargo socialista simuló la devolución del dinero gastado en los clubes del alterne y la directora económica de la fundación pública considerada un nido de enchufismo socialista en diversas investigaciones apuntó que le dijo que le habían «sustraído» la tarjeta cuando gastó 14.737 euros en un burdel.
Un capitán de la UCO de la Guardia Civil que intervino en las pesquisas sobre los pagos en cinco prostíbulos de Sevilla, Cádiz y Córdoba ratificó el atestado en el que se asegura que Villén «simuló» la devolución del dinero. Según el guardia civil, Fernando Villén gastó 32.556 euros en prostíbulos. En la contabilidad figuran devoluciones de 13.068 euros (en la caja de la Faffe) y 14.737 euros que se devolvieron en efectivo en el Don Angelo de Sevilla para anular el cargo.
Los agentes no encontraron nada que acredite la devolución.
Por contra, sí constan muchos «anticipos» de dinero a Villén. Existen otros dos pagos en Top Show Girls Electro Dance, de 2.591 euros, y en la sala Delux, por 1.390 euros. Aparecen pagados en la contabilidad pero «no había nada» de reintegro en las cajas de la Faffe ni está acreditado. En La Casita se pagaron 780 euros y también aparece el cargo pero no la devolución. Por su parte, Ana Valls, quien fuera directora económica de la Faffe, indicó a la jueza que tras el gasto de 14.737 euros en una noche Fernando Villén le dijo que le habían «sustraído» la tarjeta, por lo que se intentó anular en el banco.
La directora económica se enfrenta también a una petición de cuatro años de prisión por delitos de malversación y falsedad documental. Al ser cuestionada por el destino del dinero gastado, señaló que no preguntaba dónde se empleaba y que sintió «un gran bochorno» al conocerlo. Villén dijo el día previo que «cuando uno está en un lugar de esos, toma copas y eso afecta a las facultades».
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