
Italia
La curiosa estrategia de un pueblo italiano para mantener alejados a los osos de las casas
El proyecto combina conservación y prevención, ofreciendo comida en la montaña para reducir los encuentros entre humanos y osos

En las montañas de Gioia dei Marsi, en la región italiana de Abruzos, ha nacido una original solución para evitar que los osos se acerquen a las áreas urbanas, un huerto en altura, en plena montaña especialmente diseñado para ellos. La idea detrás del proyecto es simple pero efectiva, proporcionar frutas y recursos alimenticios directamente en el entorno montañoso del oso para disuadirlo de buscar comida cerca de las viviendas.
Un esfuerzo conjunto por la conservación
Este huerto de montaña surge de una colaboración poco común pero eficaz entre el Ayuntamiento de Gioia dei Marsi, la asociación de motociclistas Ama(R)un, la organización Rewilding Apennines y la ONG Salviamo l’Orso. Todos ellos comparten un objetivo común: facilitar la convivencia entre humanos y fauna salvaje, protegiendo a la vez a esta especie.
El impulsor de la propuesta fue Filippo Odorisio, miembro de Ama(R)un, cuya iniciativa fue recibida con entusiasmo por la administración local. El alcalde, Gianluca Alfonsi, destaca ante medios italianos la importancia del proyecto como ejemplo de trabajo conjunto entre distintas realidades sociales: “Plantamos un huerto frutal en altura para asegurar el suministro de alimento a nuestro amigo el oso, animándolo así a permanecer en su hábitat natural. El proyecto representa un ejemplo brillante de sinergia entre diversas entidades unidas por un objetivo común. La asociación de motociclistas Ama(R)un, a menudo vinculada a la idea de aventura y libertad, ha demostrado una gran conciencia ambiental y un compromiso concreto con la protección del territorio. Los motociclistas, aunque a veces estén sujetos a prejuicios, son en realidad un activo para nuestra comunidad. Con gestos como este, demuestran no solo su deber cívico, sino también el deseo de proteger y mejorar nuestro patrimonio natural.”
Más allá de su valor simbólico, el huerto constituye una medida práctica de prevención de conflictos. Al disponer de alimentos accesibles en áreas alejadas de los núcleos habitados, se disminuye la probabilidad de que los osos se aventuren hacia zonas pobladas, evitando así daños agrícolas, encuentros peligrosos y tensiones entre vecinos y fauna salvaje.
“Reducimos la probabilidad de que los osos se desplacen hacia zonas residenciales en busca de alimento, lo que reduce el riesgo de encuentros no deseados y el daño a las actividades agrícolas y ganaderas”, subraya el alcalde.
La iniciativa se enmarca dentro de un modelo de desarrollo sostenible que apuesta por una “comunidad amiga del oso”, es decir, un territorio que promueve la armonía entre el ser humano y su entorno natural.
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