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Entra con su perro en un bar y estallan sus clientes: "Gente como usted es la que sobra aquí, cierra al salir"
Un nuevo episodio de tensión entre hosteleros y clientes reabre el debate sobre la presencia de animales en los establecimientos

El debate sobre la presencia de animales de compañía en la hostelería ha experimentado un auge en los últimos años. Esta cuestión es fuente de fricciones habituales, donde conviven tanto defensores de las políticas pet-friendly como aquellos que prefieren que los locales de restauración mantengan una exclusividad para el público humano.
Las redes sociales, convertidas en altavoz de estas controversias, amplifican rápidamente cualquier fricción. Influencers con una considerable base de seguidores, como el conocido Jesús Soriano, alias "Soy Camarero", suelen compartir estas experiencias, atrayendo la atención pública sobre situaciones que, de otra forma, quedarían en el ámbito privado de un local.
La última publicación de este popular creador de contenido ha puesto el foco en la respuesta de un propietario a una reseña negativa. El punto de discordia radicó, una vez más, en la presencia de un perro en el interior del establecimiento, desencadenando un choque verbal entre el hostelero y un comensal.
El origen de la polémica entre mesas
La controversia se inició con la queja de un cliente que expresó su disconformidad con almorzar o cenar en un lugar que admite animales. Este comensal sugirió que, de ser un local pet-friendly, debería señalizarse con un cartel visible para evitar sorpresas a quienes prefieren no compartir espacio con mascotas. Además, reprochó al dueño la falta de "amabilidad".
La réplica del propietario, que puntuó la reseña del cliente con una estrella sobre cinco, no se hizo esperar. El hostelero defendió su decisión aduciendo que la presencia del animal fue una circunstancia excepcional, provocada por la lluvia. Manifestó que era impensable dejar al perro a la intemperie bajo el aguacero, justificando así el acceso puntual del animal al interior del local.
Sin embargo, la respuesta del hostelero escaló en el tono, devolviendo la crítica al cliente. Afirmó que el animal mostró mejor comportamiento que el propio comensal, sugiriendo que quizás le molestaba su presencia. La contestación del dueño culminó con una invitación airada a no acudir a su local si no le gustaba, despidiéndose con un rotundo "cierra al salir".
El debate en redes sociales
La publicación de "Soy Camarero" generó una gran cantidad de reacciones en la comunidad online, reabriendo el debate sobre las políticas "pet-friendly" en la restauración. En esta ocasión, la mayoría de los seguidores del influencer mostraron su apoyo a la postura del cliente, poniendo el acento en la necesidad de una información clara y previa.
Muchos internautas destacaron que existen personas con alergias o fobias a los animales, y que la ausencia de una advertencia previa vulnera el derecho de estos clientes a elegir. Subrayaron que si un establecimiento se anuncia como "pet-friendly", el consumidor no tendría fundamento para quejarse, pero si no lo hace, el cliente está en su derecho de expresar su descontento.
Aunque la balanza se inclinó a favor del comensal, no faltaron voces que matizaron la situación, refiriéndose al carácter puntual de la entrada del animal por las inclemencias meteorológicas. Algunos comentarios incluso compararon esta situación con otras molestias comunes en espacios públicos, como el humo del tabaco en las puertas de los locales, sugiriendo que son parte de las incomodidades inherentes a la vida social.
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