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Fauna

Ofrecen hasta 9.000 euros a quien capture serpientes gigantes que amenazan la fauna local

Una campaña con recompensas busca frenar la expansión de una especie invasora que ha arrasado mamíferos, aves y reptiles en un ecosistema protegido

Ofrecen hasta 9.000 euros a quien capture serpientes gigantes que amenazan la fauna local La Razón

Cazar serpientes puede parecer una actividad extrema, pero en este caso es una necesidad urgente. En una región clave para la biodiversidad mundial, las autoridades han lanzado una convocatoria abierta: quien atrape más ejemplares de una especie invasora recibirá un premio de hasta 10.000 dólares, lo que equivale a unos 9.000 euros. La medida forma parte de una estrategia más amplia para frenar la proliferación de las pitones birmanas, grandes depredadoras que han alterado de forma crítica el equilibrio ecológico.

Lo que está en juego no es solo la eliminación de un animal foráneo, sino la supervivencia de numerosas especies nativas. La expansión sin control de estas serpientes ha causado la desaparición masiva de pequeños mamíferos, reptiles y aves, generando un silencio inquietante en zonas que antes rebosaban vida.

De mascotas a plaga: el origen del problema

Esta crisis comenzó décadas atrás, cuando las pitones birmanas (Python bivittatus) llegaron desde Asia como parte del comercio de animales exóticos. Lo que empezó como un fenómeno limitado al mundo de las mascotas se transformó en una pesadilla ambiental. Algunas escaparon; otras fueron abandonadas. En libertad, encontraron condiciones perfectas para reproducirse sin límites.

Las consecuencias han sido devastadoras. Esta serpiente puede superar los cinco metros de largo y alimentarse de presas tan grandes como un ciervo o incluso un caimán. Al no tener enemigos naturales en la zona, se ha convertido en una superdepredadora que amenaza todo el ecosistema. Su presencia ha reducido drásticamente la población de especies clave, desde mapaches hasta aves acuáticas.

El escenario: los Everglades, en el sur de Florida

La zona afectada es el Parque Nacional de los Everglades, en el sur de Florida (Estados Unidos), uno de los humedales más importantes del planeta y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este entorno natural, famoso por su riqueza biológica, lleva años sufriendo una transformación alarmante: allí donde antes se escuchaban cantos de aves y croar de ranas, ahora domina un silencio preocupante.

Frente a esta situación, el estado de Florida ha desplegado un plan que combina control científico, acción directa y participación ciudadana. Una de las medidas más destacadas es la organización anual del "Python Challenge", una competición oficial en la que se premia a quienes capturen más serpientes de forma legal y segura.

Cómo funciona el reto: reglas, pagos y seguridad

Para participar no es necesario ser profesional, aunque sí es obligatorio realizar un curso en línea donde se explican los protocolos de captura, las normas medioambientales y las medidas de seguridad. Una vez habilitados, los participantes pueden desplazarse a las zonas designadas y buscar pitones con el objetivo de atraparlas vivas o sacrificarlas de manera autorizada.

El participante que capture más ejemplares recibe el premio principal de 10.000 dólares, pero también existen pagos por cada serpiente entregada y por el hallazgo de nidos con huevos. Estos incentivos buscan motivar la implicación de más personas en la tarea de control, que hasta ahora ha resultado insuficiente.

Desde el inicio del programa oficial en 2005, se han eliminado más de 12.000 pitones, pero la población estimada supera ampliamente esa cifra, además se calcula que podría haber más de un millón de ejemplares escondidos en el denso paisaje de los Everglades.

El papel de la ciencia y los nuevos métodos de rastreo

Además de los ciudadanos participantes, biólogos y especialistas trabajan todo el año en el monitoreo de la especie. Una de las técnicas más utilizadas es el rastreo por radiofrecuencia, algunos ejemplares capturados son liberados nuevamente con transmisores para estudiar sus movimientos y localizar zonas de reproducción.

Aun así, los expertos reconocen que controlar la población total es extremadamente difícil. Las pitones se mueven por canales naturales, se camuflan con facilidad y poseen una fisiología sorprendente que les permite sobrevivir durante semanas sin alimentarse. Son, literalmente, depredadores de bajo perfil pero altísimo impacto.

Concienciar para evitar futuros desastres

Uno de los mensajes clave que subrayan tanto científicos como autoridades es que esta situación se originó por una falta de regulación en la compra y liberación de animales exóticos. Por eso, además del reto anual, la campaña incluye esfuerzos educativos para sensibilizar sobre los riesgos de introducir especies foráneas en ecosistemas donde no tienen depredadores naturales.

El caso de la pitón birmana se ha convertido en un ejemplo global de los efectos que puede tener la invasión biológica sobre el medio ambiente. Y aunque la batalla no está ganada, cada serpiente capturada representa un paso hacia la restauración de un equilibrio perdido.