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Las once razas de perro que no se llevan bien con los gatos

Descubre qué razas no están hechas para compartir casa con un felino

Las once razas de perro que no se llevan bien con los gatos
Las once razas de perro que no se llevan bien con los gatosLa Razón

La enemistad entre perros y gatos es una de las historias más antiguas del mundo animal. Mientras algunos canes y felinos logran convivir en perfecta armonía, otros parecen destinados a protagonizar un eterno duelo.

No es cuestión de maldad ni de desobediencia, sino de instinto, energía y temperamento. Por lo que, te presentamos las once razas de perro con las que un gato pensaría dos veces antes de compartir casa.

1. Beagle: el cazador disfrazado de tierno

Bajo esas orejas caídas y ojos dulces, el Beagle es un rastreador nato. Criado para la caza, cualquier criatura pequeña y veloz se convierte en su objetivo principal. Para un gato, esto significa una vida esquivando persecuciones a toda velocidad por el pasillo.

Beagle
BeaglePixabay

2. Galgo: velocidad al servicio de la persecución

Un galgo que ve moverse a un gato es como un Ferrari en una autopista vacía, imposible que no acelere. Aunque algunos pueden ser entrenados para tolerar a los felinos, su instinto de caza los convierte en compañeros poco recomendables.

Galgo Español
Galgo Españollarazon

3. Border Collie: el jefe de la casa (y del gato)

Los Border Collies nacieron para dar órdenes, y eso incluye a los gatos. Para ellos, un felino no es más que un ovejita desobediente a la que hay que vigilar y guiar. Si tu gato valora su independencia, prepárate para un drama diario.

Border Collie
Border CollieLa Razón

4. Jack Russell Terrier: pequeño pero incansable

No te dejes engañar por su tamaño: el Jack Russell es una máquina de energía pura. Ver a un gato correteando es la chispa que necesita para iniciar una persecución interminable. Y lo peor es que nunca se da por vencido.

Jack Russell
Jack RussellLa Razón

5. Weimaraner: belleza con alma de depredador

Los Weimaraner son atléticos, elegantes y... extremadamente predadores. Criados para rastrear y cazar, ven a cualquier animal pequeño como una presa potencial. Un gato que se cruza en su camino puede convertirse en el blanco de una atención indeseada.

Weimaraner
WeimaranerLa Razón

6. Husky Siberiano: energía sin freno

Si hay una raza que no conoce la palabra "calma", es el husky. Su energía inagotable y su instinto de caza lo hacen un compañero complicado para cualquier felino. No es que odien a los gatos, pero definitivamente no saben cómo jugar con ellos sin parecer un tornado.

Husky Siberiano
Husky SiberianoPixabay

7. Perro ganadero australiano: el controlador de la casa

El perro ganadero australiano necesita algo que pastorear... y si no hay ovejas, un gato servirá. Estos perros tienen la misión de controlar y dirigir todo lo que se mueve, lo que puede convertir la vida de un minino en una pesadilla constante.

Perro ganadero autraliano
Perro ganadero autralianoLa Razón

8. Samoyedo: una bola de pelo demasiado entusiasta

Con su apariencia de osito de peluche, el Samoyedo parece inofensivo. Sin embargo, su personalidad juguetona y su tamaño pueden ser demasiado para un gato que solo quiere dormir en paz. No lo atacará, pero lo agotará con su exceso de entusiasmo.

Samoyedo
SamoyedoLa Razón

9. Basenji: el cazador sigiloso

El Basenji no ladra, pero tampoco deja en paz a un gato. Este perro es una mezcla de curiosidad y astucia, lo que significa que su convivencia con un felino suele traducirse en juegos de acecho y persecución interminables.

Basenji
BasenjiLa Razón

10. Dálmata: energía sin control

Los dálmatas son encantadores y llenos de vitalidad, pero su torpeza y energía pueden hacer que la vida de un gato sea un caos constante. No los persiguen con intención agresiva, pero su efusividad puede resultar igual de molesta.

Dálmata
DálmataPixabay

11. Lebrel escocés: majestuoso pero implacable

Los Lebreles escoceses son la realeza de los perros cazadores. Criados para perseguir presas veloces, su instinto de persecución es automático. Un gato que corre es, a sus ojos, un animal al que hay que atrapar.

Lebrel escocés
Lebrel escocésLa Razón

¿Pueden llevarse bien?

No todos los perros de estas razas serán enemigos de los gatos, pero si tienes un felino en casa, lo mejor es asegurarte de que tu compañero canino tenga el temperamento adecuado. La paciencia, el entrenamiento y la socialización temprana pueden hacer milagros, pero algunos instintos son difíciles de cambiar.