Atresmedia
El alma de la televisión: Atresmedia nunca descansa
Caminar por la sede es hacerlo en una ciudad en miniatura que cumple aquello del «non stop» de las grandes urbes.
Atresmedia no cierra nunca. Siempre está ahí. Y no solo a golpe de mando, a un «click» en la web o en las redes sociales, que también, sino en unas oficinas de San Sebastián de los Reyes (Madrid) que no saben lo que es dormir. Es uno de esos grupos que no paran, una gran maquinaria que no deja de rodar «pase lo que pase», dicen. Caminar por la sede de la Avenida de Isla Graciosa es hacerlo en una ciudad en miniatura que cumple aquello del «non stop» de las grandes urbes. Sus calles y pasillos tienen movimiento las 24 horas del día de los siete días de la semana. Servicio médico, bomberos propios, cafeterías, agencia de viajes, sastrería, maquillaje, peluquería... Y presentadores y periodistas, por supuesto. Aquí se pueden encontrar prácticamente los mismos servicios que de puertas afuera, aunque concentrado en un edificio que antaño perteneció a la industria química y fertilizante.
Ya hace años que una enorme antena roja y blanca es la que marca el paisaje de la zona. El punto de referencia para llegar a un edificio que desde primera hora de la mañana comienza a recibir el aluvión de trabajadores. No ha terminado la madrugada, o más bien, no hace mucho que acaban de salir los chicos de «El Chiringuito», cuando el equipo de las «Noticias de la mañana» toma la redacción para recopilar la información nacional e internacional y comenzar a planificar la escaleta. Nada más llegar, la cafetería, situada inmediatamente después de la recepción, hace obligatoria la parada para muchos. Unos, a la carrera, cogen algo para llevar y otros, con más calma.
Mientras al resto de despachos, salas de reuniones y oficinas todavía les quedan horas para llenarse, a eso de las 05:00 horas el punto caliente del edificio está en la primera planta, en la redacción de informativos. En el centro, el plató de «Noticias» y de la primera parte de «Espejo Público» hace de corazón de un lugar dividido en dos plantas: a pie de plató, los encargados de la información diaria y, arriba, el equipo de «Espejo», como se le conoce en la Casa, y de fin de semana. Las mesas de los redactores rodean el espacio liderado por Lorena García, Marina Monzón y Angie Rigueiro, primero, y por Susanna Griso después. Sorprende la poca gente que hay detrás de las cámaras. «Esto ya no es como antes», apuntan los presentes. «In situ», apenas un productor, una regidora y un ayudante. Pero eso no es todo. Esas mismas cámaras que se mueven por el plató como si tuvieran vida propia están controladas desde la distancia, concretamente, desde la sala de realización. Allí se apiña una decena de personas entre pantallas, cables, cascos, micrófonos y botones, muchos botones. A las 10 en punto, con las «Noticias de la mañana» ya en el histórico, toca pensar en el siguiente turno, así que es Sandra Golpe la que encabeza la reunión de escaleta para perfilar lo que se contará horas después en pantalla. Pero mientras eso llega, con los redactores en busca de la noticia y los teclados de edición retocando los vídeos, «Espejo» toca zafarrancho para cambiar de plató.
Se da la señal y Griso y los suyos se levantan de la mesa de la redacción de noticias y salen corriendo a la otra parte del edificio. No tienen más de diez minutos para recorrer unos pasillos que conmemoran el 30 aniversario con una espectacular exposición retrospectiva en la que se encuentran elementos históricos de la cadena, así como actuales, desde cintas beta, «El gran juego de la oca», una muñeca de «Betty la fea», todo tipo de artilugios de «El internado», corbatas de Carrascal, un póster firmado por las Spice Girls... Entre todo ello, el equipo de «Espejo» cambia rápido de plató. Esta vez toca ocupar el suyo propio. Al final de la «calle Farmacia de Guardia», como se puede leer en la pared, la presentadora charla con sus invitados sobre los temas candentes del día. Al entrar al plató, llama la atención la robusta puerta que lo custodia. Condorcet da Silva, uno de los fundadores que todavía continúa en activo, explica que se diseñaron especialmente para aislar las grabaciones de los aviones, ya que estamos en un corredor aéreo. Ya con todos en su sitio, se vuelve de la «publi» y el programa continúa como si nadie hubiera esprintado por los pasillos.
Pese a ser el cumpleaños de Antena 3, no todo se va a mover alrededor de la hermana mayor del Grupo; laSexta también tiene un importante peso en la programación de Atresmedia y, por tanto, en el edificio. Frente a la redacción de Deportes («todavía vacía porque si a los periodistas les gusta poco madrugar, a los de Deportes menos», ríen), se sitúa el que llaman «el plató de Ferreras». No es suyo, pero casi. En él comparten espacio «Al rojo vivo» y los informativos de laSexta.
Llegan las 11 de la mañana y el espacio está a punto para dar el relevo al programa de Alfonso Arús, «Aruseros». Mientras Antonio García Ferreras dirige la mesa de debate en la que hoy toca hablar del coronavirus, Beatriz Zamorano, descalza, repasa las últimas novedades en la mesa que ocupará Helena Resano a las 14 horas e Isabel Zubiaurre entra y sale para dar la última hora de la calima canaria. Al mismo tiempo, la redacción de «ARV» no para. Es curioso comprobar de primera mano algo de lo que te advierten durante la visita: «Antena 3 y laSexta son dos mundos diferentes». Y así es: si en la redacción de la primera, por norma, se trabaja con calma, es entrar en sus dependencias y comprobar que aquí los decibelios son otros. Dos formas de trabajar con los mismos resultados. Dos estilos y un mismo compromiso con la información, como demostró la labor conjunta que desarrollaron para poner en marcha «El Debate Decisivo» del 23 de abril de 2019.
En otra parte de la sede se encuentra la división radiofónica de Atresmedia, integrada por Onda Cero, Europa FM y Melodía FM. Llegamos en el momento en el que Carlos Alsina está en el aire. Entre el reducido público que puede asistir al programa en directo, destaca la presencia de un grupo de estudiantes que disfruta con las anécdotas de Josemi Rodríguez Sieiro. No hay sitio para todos, pero la pecera de control sirve de improvisado graderío.
A pocos metros de allí, entre llamadas y conversaciones con los compañeros, Ignacio Rodríguez Burgos bromea sobre la actualidad de la jornada. Contrasta el nivel de trabajo de la redacción con el de unos estudios de grabación que, en ese momento, se encuentran vacíos a excepción del de Alsina.
En este lado del edificio también se encuentra Paquetería, ahora tranquilos: «Si hubieras venido por aquí en diciembre no estarías tan cómodo. No nos entraban las cajas y teníamos que ponerlas por todos lados», apunta uno de los encargados.
Es mediodía y no todo lo que ocurre en Isla Graciosa son emisiones en directo. El Comité de Dirección de canales temáticos (Neox, Nova, Mega y Atreseries) y Flooxer se reúne para ver las estrategias a seguir durante la semana bajo la batuta de Francisco Javier Cañas y Luis León Luri, responsables de Programación y de Canales Temáticos, respectivamente.
No puede faltar en una televisión su Departamento de Sastrería. «No tan grande como antes», explican de un lugar en el que se reúnen los trajes y vestidos de los presentadores. En la pared, como mantra a seguir, se puede leer: «Hay un cierto placer en la locura que solo el loco conoce». De fondo, un pequeño televisor en el que estar conectado a la televisión del Grupo. La primera sala es para remiendos varios, y más adelante, uno se topa con un almacén ordenado hasta el último detalle.
También de orden va la cosa por Documentación, aunque aquí no hay telas ni agujas, sino una cristalera que da a un archivo totalmente informatizado (incluso a prueba de fuego) y que cuenta con miles de cintas, «la inmensa mayoría de ellas digitalizadas», puntualiza una de las trabajadoras.
En una sede en la que se trabaja día y noche debe existir una cosa indispensable: un lugar en el que poder tomarse un café, una cerveza o un bocadillo. Ya sea para picar algo, para comer o para desconectar, esa opción también existe en Atresmedia. Primero, una cafetería vanguardista que para el aniversario se ha engalanado con objetos históricos de la cadena. El sofá de «Lo que necesitas en amor», el vestido de Isabel Gemio, el «atrezzo» de «La casa de papel» y su correspondiente Emmy (el único cosechado por una ficción española), el rosco de «Pasapalabra» y el último modelo con el que Cristina Pedroche dio las Campanadas, el más popular de todos: «Se han hecho foto con él hasta las personas más insospechadas», relata uno de los camareros. La otra opción de restauración está bajo los estudios de Onda Cero. Una segunda cafetería, que no cierra nunca, y un comedor que «se llena hasta la bandera cuando hay que comer o cenar» y en el que la oferta es muy variada.
Hay defectos profesionales que acompañan a uno hasta el fin de sus días. Y así ocurre en el Departamento de Maquillaje y Peluquería de Atresmedia. Metemos la cabeza para preparar este reportaje del 30 aniversario y, rápidamente, sus trabajadoras piden que volvamos a los «diez minutos para prepararse. ¡Esto se avisa!». Dicho y hecho. Helena Resano, ya inmersa en la rutina de «laSexta Noticias», ha cambiado de lado, de las pinturas y brochas a los peines y la laca, y las encargadas de ponerla a punto se han dado los retoques justos para posar ante los objetivos. Si aquí se mira el detalle al milímetro, en una de las salas que hay a pie de calle, donde se coordinan las unidades móviles, se vive todo lo contrario. Los cámaras, la gente más alternativa de la cadena, viven con el buen rollo constante en su «oasis». No por el ambiente, sino por un lugar que parece autogestionado por los propios y en el que un futbolín ayuda a quitar el estrés del día a día.
Los camerinos son otro de los puntos en los que Antena 3 y laSexta se construyen a diario. Unos, compartidos, otros, individuales, repletos de ropa y zapatos. Merche aprovecha que los presentadores están en directo o en alguna grabación para dar un repaso a las habitaciones y dejarlas siempre a punto. Recuerda la trabajadora cómo entró en la cadena al poco de su nacimiento «y, de repente, ya han pasado 30 años». Un tiempo en el que se han ido forjando anécdotas de «todo tipo», dice, «bonitas y no tan bonitas, que todavía recuerdo cómo en ‘‘Farmacia de guardia’’ casi se me cae el atrezzo encima», cuenta entre risas una mujer a la que pocas personas superan en horas trabajadas dentro del edificio pese a su total anonimato para los espectadores. Sin embargo, y aunque sus quehaceres diarios no se muestren en la pantalla, es la unión de todos estos empleados los que de verdad hacen posible que un gran grupo como Atresmedia pueda estar en cada una de las casas de los españoles las 24 horas del día pase lo que pase.
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