Viajes y naturaleza
Cinco escapadas para ver el cambio de color en otoño: ideales para el senderismo
El rojo, el amarillo y el naranja inundan los paisajes aragoneses para ofrecernos las mejores vistas otoñales
El otoño transforma el Pirineo aragonés en un espectáculo de colores, tonos rojizos, amarillos y anaranjados cubren el paisaje, las montañas y los bosques. Aunque prácticamente toda la región ofrece paisajes impresionantes durante esta estación, hay algunos lugares estratégicos que destacan para hacer escapadas y disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor.
Las montañas aragonesas se destacan por las hayas, robles, abedules y álamos, estos árboles cambian de tonalidad con el descenso de las temperaturas. Este proceso es llamado senescencia, en el cual los árboles se preparan para la reducción de horas de luz solar y el invierno. Durante esta temporada la clorofila (color verde) de las hojas acumulada durante la primavera y el invierno se degrada permitiendo que otros pigmentos sean visibles. Por ejemplo, los carotenoides, responsables de los colores amarillos y naranjas; y antocianinas, pigmentos que producen los tonos rojos y púrpuras.
1. Selva de Oza
La Selva de Oza, ubicada en el Valle de Hecho, es un destino ideal para disfrutar de los colores otoñales. Este bosque de hayas y abetos adquiere una tonalidad única durante esta época del año. Además, la zona no solo destaca por su belleza natural, sino también por la variedad de rutas que ofrece para explorar sus paisajes.Una de las rutas más accesibles es la circular de 50 minutos que recorre el corazón de la selva y lleva a los visitantes hasta laCorona de los Muertos, una necrópolis megalítica compuesta por varias tumbas funerarias o dólmenes.
Para los más aventureros, la vía ferrata del Pico Articalena permite disfrutar de grandes vistas desde las alturas. También se recomienda la ruta al Ibón de Acherito, cuyo sendero comienza en el aparcamiento de la Mina y asciende por el barranco de las Foyas, un paraje protegido de las Foyas de Gamueta, de gran belleza natural y diversidad ecológica.
2. Valle de Ordesa
El Valle de Ordesa, uno de los parajes más emblemáticos de Aragón, se convierte en un espectáculo visual durante el otoño. Con menos afluencia de turistas que en verano, esta es la época ideal para disfrutar de su inmensidad y la paleta de colores que ofrece. Partiendo desde el pueblo deTorla, se pueden emprender diversas rutas, como la que lleva al río Arazas o a la famosa Cola de Caballo.
El valle cuenta con una amplia oferta de excursiones y senderos que permiten. Asimismo, desde Torla se puede acceder fácilmente al Cañón de Añisclo, otro destino fascinante en otoño. En los alrededores del valle, localidades como Broto, Aínsa, Oto, Buesa (conocido como el "Balcón del Pirineo") y Fiscal (donde se encuentra la tirolina más rápida del mundo).
3. Camino de Salenques
El Camino de Salenques recorre el valle homónimo, siguiendo el curso del río a través de un bosque de hayas que se tiñe de los característicos colores otoñales. La ruta circular que atraviesa el valle de Barrabés es una de las más populares del Pirineo aragonés, adentrándose en uno de los hayedos más visitados de la región.
El sendero, que comienza en el parking de Salenques, está perfectamente señalizado y cuenta con áreas de descanso para disfrutar del paisaje. Para aquellos que buscan una experiencia más completa, la excursión puede extenderse hasta la Cascada de Pi, añadiendo unos 20 minutos de subida adicional que recompensan con una vista espectacular.
4. Cañón de Añisclo
El Cañón de Añisclo, esculpido por la acción del río Bellós durante millones de años, es otro de los lugares imperdibles del Pirineo aragonés en otoño. Este profundo cañón, rodeado de frondosos bosques y cascadas, ofrece una variedad de rutas para todos los niveles.
Una de las más sencillas es la que conecta el puente del río Bellós con el río Aso, un recorrido de unos 45 minutos. Para una experiencia más extensa, se puede optar por la ruta circular de Sercué, que lleva al pueblo abandonado del mismo nombre, o la Ripareta, un sendero de varias horas que ofrece vistas inigualables a lo largo del recorrido.
5. Ibón de Plan
El Ibón de Plan, también conocido como Basa de la Mora, es considerado uno de los lagos más hermosos del Pirineo aragonés. Ubicado en un entorno majestuoso, se puede acceder a este ibón a través de varias rutas, siendo la más sencilla la pista forestal que conecta Saravillo con el refugio de Lavasar.
Para los más aventureros, es posible realizar una ruta circular de 1,5 kilómetros que rodea el ibón y permite disfrutar de las mejores vistas en apenas 20 minutos. El nivel del agua y la tonalidad del entorno varían según la época del año, lo que hace de este lugar un destino ideal para los amantes de la fotografía.
¿Cuándo cambian de color los árboles?
Los álamos y abedules son de los primeros en mostrar los colores otoñales, ya que sus hojas amarillas aparecen a principios de otoño, es decir, finales de septiembre. De ahí le siguen los hayas, sus hojas suelen adquirir tonos dorados y anaranjados un poco más tarde, a mediados de otoño. Finalmente, los robles pueden cambiar de color más tarde en la temporada, mostrando tonos que van desde el marrón hasta el rojo intenso.
El cambio de color en las hojas es más pronunciado cuando hay días soleados y noches frías pero no heladas. Estas condiciones favorecen la acumulación de antocianinas, intensificando los tonos.
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