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“Cara de Ozempic”: El inesperado efecto secundario del fármaco para la diabetes utilizado por los famosos para perder peso

El medicamento se ha hecho popular entre los famosos y ha provocado problemas de abastecimientos en muchas farmacias desde el pasado mes de septiembre

Ozempic
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Hasta hace poco más de un año Ozempic era un fármaco más para tratar la diabetes tipo 2, pero desde que se popularizara como método para adelgazar se ha convertido un fenómeno en las redes sociales. Sólo en TikTok acumula más de 500 millones de menciones. Gran parte de culpa la tiene que Estados Unidos aceptara su uso en los tratamientos para perder peso y que influencer y personajes populares como Kim Kardashian la hayan utilizado.

El principio activo de Ozempic es la semaglutida que reduce los niveles de azúcar en sangre y también suprime el apetito. Para poder utilizarlo se debe contar con una receta médica, pero su uso es sencillo y eficaz: un inyectable (cuyo precio es de 128 euros) que debe ponerse una vez por semana y que debe estar supervisado por un médico para evitar riesgos y los temidos efectos rebote.

Esto ha multiplicado la demanda de manera exponencial y desde el pasado mes de septiembre está habiendo problemas de suministro que, incluso, han llegado hasta nuestro país. En agosto de 2022, el fabricante de medicamentos Novo Nordisk , que vende tanto Ozempic como Wegovy, dijo que Wegovy se estaba volviendo difícil de conseguir como resultado de “restricciones de suministro tras una demanda de productos sin precedentes y problemas de fabricación a corto plazo”.

Pero al ser fármacos nuevos, están en fase de prueba en algunos países. Lo que sí se sabe es que tiene una serie de efectos secundarios que los usuarios deberían conocer. De hecho, se ha detectado que uno de los efectos de fármacos para la diabetes utilizados para perder peso como Ozempic y Mounjaro es el envejecimiento.

Según explica Jennifer Berger, de 41 años, a “The New York Times” comenzó a inyectarse Mounjaro, para recuperar su figura después del embarazo. Los resultados fueron sorprendentes porque Berger perdió 9 kilos en tres meses, pero también afectó a su imagen: “Recuerdo mirarme en el espejo, y era casi como si no me reconociera. Mi cuerpo tenía un aspecto inmejorable, pero mi cara se veía cansada y vieja”.

El dermatólogo neoyorkino Paul Jarrod Frank bautizó este efecto secundario como “cara de Ozempic” después de que desde hace unos meses vea este problema en los pacientes que acuden cada día a su consulta. Jarrod Frank compara estos fármacos con la Viagra y afirma que se han convertido en una droga para el 1 por ciento de la población. Y as consecuencias son ya muy notables: personas que nunca habían necesitado tratamientos de estética han comenzado a demandarlos.

Pero no sólo ha disparado las consultas estéticas sino que ha provocado un incremento de la demanda de otros productos contra el envejecimiento y la flacidez facial. Según indica el dermatólogo, la mayoría de las consultas son de personas de entre 40 y 50 años que han tenido una pérdida de peso significativa y están preocupados por que su rostro ha envejecido muy rápido y tienen flacidez.

El incremento de la “cara de Ozempic” no es un efecto secundario médicamente hablando porque cuando se producen pérdidas de peso importantes se elimina grasa de todo el cuerpo, incluida la cara. Se rejuvenece el cuerpo, porque un cuerpo más delgado es un cuerpo más sano, pero envejece la imagen al desinflarse áreas claves de la cara. Y en la mayoría de las ocasiones, la única forma de solucionarlo son las operaciones estéticas: estiramientos, rellenos, infiltraciones de bótox...

Y este aspecto pasa desapercibido para la mayoría cuando decide someterse a estos tratamientos porque su principal preocupación es la pérdida de peso sin darse cuenta que el aspecto saludable de la cara se debe al volumen que le aporta la grasa.

Al igual que algunos usuarios utilizan las redes sociales para hablar de las bondades, son muchos los profesionales que aprovechan para dar sus consejos, e informar a los usuarios de los efectos del uso de estos fármacos e incluso de cómo tratar de evitar algunos de estos efectos como la “cara de Ozempic”.

Es el caso de Rocio Salas-Whalen, endocrinóloga de Nueva York, que ha utilizado su canal de TikTok para dar 7 pautas para evitar el envejecimiento facial. Así, Salas Whalen, recomienda que la bajada de peso sea gradual (no más de un kilo por semana) para darte tiempo a la piel a adaptarse.

Otro de los puntos importantes es la ingesta de proteínas (de 1,2 a 1,6 gramos por kilo al día), que aumentan la producción de colágeno. También es clave mantener una buena hidratación para favorecer la elasticidad de la piel y evitar la flacidez. En el caso de los fumadores, dejar el hábito mejorará el flujo sanguíneo en la piel y reducirá la posibilidad de tener arrugas prematuras y la piel seca provocadas por la nicotina.

El deporte es otra de las partes importantes. Sobre todo el entrenamiento de fuerza, que ayuda a aumentar la masa muscular y a reafirmar la piel. En cuanto a la alimentación, es bueno consumir alimentos con grasas buenas como los pescados grasos, aguacate, aceite de oliva virgen extra y frutos secos (sin pasarse porque un consumo excesivo puede provocar el aumento de peso.

Finamente, Salas Whalen indica que es necesaria la ingesta de ácidos grasos omega 3, vitamina A, C y E para la producción de colágeno y elastina.

Efectos secundarios de Ozempic, Wegovy y Mounjaro

Además de saber las consecuencias que el Ozempic tiene en el rostro, también hay que tener en cuenta los efectos secundarios propios de estos fármacos. Según su página web, los posibles efectos secundarios graves son posibles tumores tiroideos, incluidos cáncer, pancreatitis, cambios en la vista y problemas renales y de la vesícula biliar.

Otro fármaco similar, Wegovy, ha sido aprobado recientemente por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) y advirtió en un comunicado que entre los posibles efectos adversos más habituales de su uso están las náuseas, diarrea, vómitos, estreñimiento, dolor abdominal, dolor de cabeza, fatiga, indigestión, mareos y trastornos digestivos.

Peor también existe la posibilidad de que el medicamento provoque “riesgo potencial de tumores de células C de la tiroides”, pancreatitis, problemas de la vesícula biliar, lesión renal aguda, aumento del ritmo cardiaco y hasta pensamientos suicidas.

Por su parte, los que consumen Mounjarotienen los mismos síntomas que los dos anteriores. Es decir, náuseas, diarrea, vómitos, estreñimiento, indigestión y dolor de estómago. Además, en su página web advierten que Mounjaro “puede causar tumores en la tiroides, incluido el cáncer de tiroides”, problemas de vesícula o riñones, cambios en la vista y pancreatitis”.

Los estudios que avalan los resultados de la semaglutida para perder peso

En 2001The New England Journal of Medicine (NEJM) publicó un ensayo clínico con 2.000 adultos con obesidad y sin diabetes, en el que después de 5 años en los que cambiaron sus estilos de vida y hábitos alimenticios, combinados con una inyección semanal de semaglutida lograron perder el 15 por ciento de su peso corporal, por el 2,4 por ciento del grupo que utilizó un placebo.

La mayoría de los participantes que recibieron el medicamento (1047 participantes, o alrededor del 86 por ciento del grupo de medicamentos) perdieron al menos el 5 por ciento de su peso, el objetivo mínimo que los médicos recomiendan para ayudar a prevenir o revertir una amplia gama de problemas de salud asociados con la obesidad. Mientras tanto, solo 182, o alrededor del 32 por ciento en el grupo de control, perdieron al menos el 5 por ciento de su peso.

Pero hubo un grupo en el que los resultados fueron especialmente buenos: Más de dos tercios de ellos perdieron al menos el 10 por ciento de su peso corporal. Y alrededor de un tercio perdió al menos el 20 por ciento de su peso.

Otro ensayo publicado por The Lancet probó que dos dosis de semaglutida, la dosis de 1 mg que es la máxima disponible con Ozempic y la dosis máxima de Wegovy de 2,4 mg, en 1.200 personas con diabetes tipo 2 que también tenían sobrepeso u obesidad. Todos los participantes del ensayo fueron controlados en su dieta y ejercicio y después de cinco años, los que habían recibido la dosis más alta de semaglutida perdieron de media un 9,6 por ciento de su peso corporal y las que recibieron la dosis más baja perdieron un 7 por ciento, el doble que los que tomaron un placebo (el 3,4%).