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Realidades incuestionables

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Carmenolandia sigue, a estas alturas del mandato municipal, con su ilusionante trayectoria, para aquellos que se la crean. Genera noticias tergiversadas, ideas irreales y proyectos sin contenido. Lo único que les honra es mantener la continuidad de lo que otros hicimos en su momento, aunque ahora lo utilicen como creación propia, no se preocupen, a menudo descubren la pólvora. Lo mejor de todo es que solo tienen ojos para lo que hacen mal los demás, la autocrítica brilla por su ausencia. A varios miembros de los que engrosan las filas de Podemos, ahora en plena crisis interna y distanciamientos variados, les parece mal los consensos que plantea el PP, porque no sirven para nada. El motivo es el siguiente: “aunque llegasen a gobernar dejan fuera a más del 40% de la población”. ¿Y ellos? ¿A quién dejan fuera, ellos, los de Podemos, Ganemos, Ahora Madrid, Más Madrid, etc. que al final son todos los mismos aunque mal avenidos? El razonamiento es francamente peculiar en política. Ahora sí que ha quedado claro que no acaban de digerir lo que representa la democracia. De los que no pensamos lo mismo que ellos aseguran que hacemos y decimos barbaridades. También, parece ser, que provocamos debates tóxicos de los que solo nos puede salvar un bloque progresista, no sé si reírme o llorar.

Yo de verdad no puedo sentirme más cansada de lo que tenemos que oír a diario por parte de esta izquierda intransigente y sectaria. La semana pasada ya les hablaba del manifiesto y argumentarios para la Huelga del 8M que descalifica y denigra a la mitad de las mujeres y a la mayoría de los hombres. Eso no es el 40%, es mucho más, pero en esta ocasión como parte de ellos la elaboración del texto, no pasa nada. Vivimos momentos confusos y de incertidumbres tan potentes que han favorecido el nacimiento de todo tipo de populismos agresivos y lo que me preocupa más, excluyentes. La democracia representativa les produce urticaria y pretenden sustituirla por la participativa, esa “democracia directa”, de la que tanto nos hablan en el Ayuntamiento de Madrid, que no tiene otro fin que conseguir apoyos para sus decisiones. Es aquello de buscar un “enemigo” al que hacer culpable de todos los males para seguir avanzando. Todo esto aderezado con el uso de las emociones que dejan a un lado el pensamiento racional y objetivo.

A mí me gustan las sociedades abiertas, respetuosas con la libertad individual, donde nadie queda excluido por su manera de pensar. La idea

de la supremacía moral de la izquierda no es asumible, el buenIsmo empalaga y no es creíble y el ataque al centro-derecha ya no confunde a nadie, todos comprendemos que no persigue otro fin que alcanzar el poder para imponer ideas que excluyen.

Yo les recordaría aquello de “hechos son amores y no buenas razones”. El Partido Popular dejó con su gobierno a más mujeres trabajando que nunca, hoy, con el gobierno de Sanchez, dos de cada tres desempleados en este país son mujeres. Desde mi grupo afrontamos esta semana con la responsabilidad y respeto, que el asunto merece y no con alharacas excluyentes de más de la mitad de las mujeres madrileñas. El pasado lunes, Pablo Casado proponía un Pacto de Estado para terminar con la brecha salarial, lo hace el mismo partido que lideró el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, votado por todos los grupos a excepción de los de siempre, los que forman parte de esa amalgama que representa Unidos Podemos.

Mientras tanto en Madrid, el tiempo que le sobra a nuestra Alcaldesa, después de reunirse con el Papa para explicarle las buenas políticas sociales que lleva a cabo en Madrid, cuestión que produce vergüenza ajena, de recibir a la Vicesecretaria General de Naciones Unidas, a la Directora de ONU-Habitat, a la Comisaria Europea de Política Regional, lo dedica a la exaltación de sus políticas de Familia, que ya hace falta valor, porque si hay un sector al que ha ignorado de manera evidente y por cuestiones ideológicas ha sido precisamente el de la Familia. Empezó por eliminar el Observatorio de la familia, siguió por hacer desaparecer el término Familia del Plan Local de Infancia y Adolescencia de Madrid 2016-2019 y continuó impidiendo el crecimiento de la red de centros de atención a la familia tan necesarios en Madrid, que sigue manteniendo el mismo número desde 2015. También se ha negado a elaborar un Plan integral de Familia a pesar de que se lo hemos solicitado los grupos de oposición, en repetidas ocasiones y no sigo enumerando agravios a las familias madrileñas porque no tendría espacio en esta entrada de blog, en la que intento expresar mi disconformidad con la manera de intentar vender humo, cuando está a punto de finalizar un mandato y en vísperas de elecciones, ahora pretende mostrarnos una realidad engañosa e inexistente. Carmena es consciente de sus debilidades durante estos cuatro años y trata de solucionarlo cuando ya no tiene sentido. Su estrategia de corto recorrido no va a calar en los sectores discriminados por muchas palabras bonitas que diga, por mucho que reparta sus famosas madalenas y tampoco porque saque de la chistera nuevos planteamientos de atención a familias, especialmente a las que están en crisis, que no son otra cosa que la prolongación de los ya conocidos Puntos de Encuentro Familiares. Pues así andamos queridos lectores. Me niego a aceptar una política de gestos en el ámbito social.