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Los aeropuertos de España, motor de progreso

Los aeropuertos de España, motor de progreso
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Lo hemos dicho en el Parlamento ante el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna: una buena estrategia política en materia aeroportuaria debería favorecer a las compañías aéreas que son las que consiguen aumentar el número de pasajeros, incrementar los vuelos, abaratar los billetes y batir récords históricos de usuarios y transporte aéreo. En España los ciudadanos aún sufrimos los efectos perversos de un sistema tramposo como secuela del incumplimiento del mandato europeo para liberalizar el transporte aéreo lo que ha impedido mejores servicios y precios más asequibles, tal y como sucede en los países más avanzados donde volar es más barato y más eficiente.

Pero hay recientes buenas noticias. A finales del pasado mes de enero el Consejo de Ministros aprobó el primer Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) que impone una senda de reducción de las tarifas aeroportuarias de un 2,2 % anual en los próximos cinco años, hasta acumular una rebaja de casi un 11 % en 2021.

Estamos ante una decisión que responde a la necesaria bajada de las prestaciones patrimoniales públicas (PPP) que corresponden a todos los servicios que presta AENA a las compañías aéreas y a los pasajeros de los aeropuertos, excepto a los correspondientes a ingresos comerciales.

La estabilidad tarifaria a largo plazo va a ser posible gracias, precisamente, a los niveles de eficiencia alcanzados en los últimos tres años y que en buena parte provienen de la gestión que están realizando las compañías aéreas, mejorando los servicios, ampliando el número de rutas y rebajando los precios de los billetes.

La reducción de las tarifas aeroportuarias era una recomendación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para impulsar la competitividad de nuestros aeropuertos y aerolíneas. En España tenemos casi medio centenar de terminales, una red que fue utilizada en 2016 por más de 230 millones de viajeros, un 11% más que en el ejercicio anterior, lo que supone un nuevo récord histórico y otra señal inequívoca de recuperación económica. Indudablemente el tráfico de pasajeros y el de aeronaves acreditan el desarrollo turístico y empresarial que tiene que traducirse en mayor creación de empleo, nuestra gran prioridad política.

En el caso de los aeropuertos nacionales el DORA y la rebaja de las tarifas son acordes también con las previsiones de crecimiento de tráfico aéreo, que auguran para 2021 en torno a 240 millones de pasajeros. El DORA, además de garantizar el mantenimiento de la totalidad de nuestra red de aeropuertos, tiene que ser instrumento regulador para impulsar, junto con la competitividad, la calidad en la atención al pasajero y para que este nuevo marco regulatorio responda a la garantía de los intereses generales y asegure la sostenibilidad económica de la red aeroportuaria nacional.

Tras la parálisis política de 2016 que impidió la aprobación del DORA, era perentorio que el nuevo Gobierno, ya en plenitud ejecutiva, lo pusiera en marcha y con este documento en vigor se estableciera para impulsar la competitividad de nuestros aeropuertos y hacer partícipes a las aerolíneas del aumento de los ingresos de AENA. Los aeropuertos de España, tienen que convertirse en grandes impulsores de la economía española y en motor de progreso.

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