Turismo
El precioso pueblo medieval de Castilla-La Mancha que parece de cuento y es ideal para una escapada otoñal
Descubre los principales rincones del municipio, desde su castillo hasta el embalse que lo rodea
Si estás buscando una escapada diferente para este otoño, un sitio con alma y con historia, Alarcón es uno de esos lugares que te va a sorprender. Este pequeño pueblo de Cuenca, construido literalmente sobre un acantilado que forma el río Júcar y con poco más de 170 habitantes, es una joya medieval que parece sacada de otra época.
Calles empedradas, murallas, torres, un castillo convertido en Parador y un entorno natural que lo rodea forman parte de lo que podría ser el decorado del pueblo. Alarcón no solo es uno de los pueblos más bonitos de Cuenca, es también uno de los más espectaculares de toda España.
Llegar allí es encontrarse con una imagen que deja boquiabierto a cualquiera. Entre otras cosas, por su castillo, una fortaleza de origen árabe recortada sobre roca que hoy acoge un Parador Nacional y guarda siglos de historia entre sus muros. Dormir ahí es una experiencia única que te permite disfrutar de su imponente Torre del Homenaje y de las impresionantes vistas del valle del Júcar.
Pero lo cierto es que la historia de Alarcón va mucho más allá de su época medieval. Este lugar fue asentamiento íbero, romano y árabe, y fue precisamente bajo dominio musulmán cuando se levantó la primera fortaleza y recibió el nombre que hoy conserva: Alarcón, que significa "la fortaleza".
En el siglo XII pasó a manos cristianas tras la conquista por parte de Alfonso VIII y desde entonces se convirtió en un enclave estratégico muy codiciado. El castillo fue pasando de mano en mano, por nobles, marqueses y duque hasta que en el siglo XX se rehabilitó como Parador.
Otros monumentos para visitar
Quien pasea por sus calles puede adentrarse en un entorno de piedra y silencio, protegido aún por gran parte de su muralla medieval. De hecho, si accedes al pueblo por alguna de sus puertas históricas -como la del Campo, la del Calabozo o la del Bodegón- tendrás la sensación de sumergirte en una época donde todo está más conectado con las historias de antaño.
En el corazón del pueblo, la Plaza Mayor respira tranquilidad y se caracteriza por su esencia castellana. Sus fachadas con encanto llevan a templos centenarios como la Iglesia de Santo Domingo de Silos o la de Santa María del Campo, otros de los imprescindibles en los que debes parar si estás de visita.
Y justo cuando crees haber visto todo, Alarcón te sorprende aún más. En la Iglesia de San Juan Bautista, el artista Jesús Mateo transformó sus muros en un lienzo monumental entre 1994 y 2002. Sus Pinturas Murales, reconocidas por la UNESCO por su valor artístico mundial, te envuelven en una experiencia intensa y simbólica.
Ya a las afueras, el embalse del Júcar y su entorno natural ofrecen un respiro en todos los sentidos. El paisaje invita a caminar y se convierte en el lugar ideal para desconectar, sacar la cámara o simplemente sentarse frente al agua con el castillo al fondo, observando la estampa en silencio.
Cómo se llega
Alarcón está al sur de la provincia de Cuenca, entre La Mancha Conquense y La Manchuela. Para ir desde Madrid son unas 2 horas en coche por la A-3. En caso de ir desde Cuenca, se tarda poco más de 1 hora y, desde Albacete, también está muy cerca.
En definitiva, este municipio es un lugar ideal para una escapada de fin de semana en esta época del año o incluso una excursión de un día si estás por la zona.