Un campo al límite lucha en la calle por sobrevivir

Más de siete mil agricultores y alrededor de medio millar de tractores invadían este jueves las calles de las capitales de provincia de Castilla y León además de cortar al tráfico las principales vías de cada ciudad. Hastiados por su situación, alzaban la voz para pedir precios justos ante el «gravísimo» momento por el que atraviesan y las peores expectativas que se avecinan, debido igualmente por la subida del salario mínimo profesional a 950 euros que afecta sobremanera a este sector.

Pero, también, se concentraban ante las sedes de las subdelegaciones del Gobierno y de las delegaciones territoriales de la Junta en cada provincia para reclamar un mayor respeto al medio rural. Convocados por las organizaciones agrarias Upa, Coag y Asaja, y bajo el lema «En defensa de su futuro», los profesionales del campo reivindicaban la agricultura y la ganadería como herramienta esencial para combatir el cambio climático así como para conseguir el reto demográfico y repoblar la Comunidad.

Un mayor control de la fauna salvaje en el campo; que se ponga fin a la criminalización del sector agrario; que las competencias de desarrollo rural queden en el Ministerio de Agricultura; que no se reduzcan los fondos europeos de la Política Agraria Común (PAC), eran otras de las peticiones en las protestas, donde se cargaba tambiñen contra los mal llamados ecologistas, animalistas y medioambientalistas de ciudad.

“No somos culpables de nada. Somos responsables de cuidar el medioambiente, mantener vivos los pueblos y mantener viva a la población que hay en el medio rural; si no hubiera agricultores y ganaderos esto seria un desierto agronómico total”, advertían agricultores de Coag, mientras que desde Upa defendían, por su parte, que los agricultores y ganaderos “producen alimentos” y sin ellos “no hay futuro en los pueblos”.

Durante las protestas,pacíficas todas ellas y en las que no hubo que lamentar incidentes de relevancia, los manifestantes, ruidosos todos ellos, portaban pancartas en las que se podía leer también referencias a otras cuestiones, como por ejemplo “Somos agricultores y productores, no criminales”, ’No más restricciones en las riberas de los ríos", “Las instituciones limitan el desarrollo de las zonas verdes y las energías renovables”, así como otras pancartas que hacían referencia a los ataques del lobo a la ganadería o a los alimentos de calidad que producen en el campo. Además, entre los profesionales del campo se sumaron líderes políticos del Partido Popular, como la diputada por Palencia, Milagros Marcos.