Universidad

Fin de curso revuelto en la Universidad de Valladolid

Los alumnos se quejan de la falta de coordinación entre la institución y el profesorado y de las “continuas caídas” del Campus Virtual

Estudiantes de la Universidad de Valladolid
Estudiantes de la Universidad de ValladolidlarazonIcal

Falta de coordinación, un sistema virtual que les deja “tirados” los días de más actividad, incluso durante exámenes, y criterios de evaluación “injustos”. Estas son algunas de las quejas que los alumnos de la Universidad de Valladolid (UVa) hacen sobre la institución académica de la que aseguran que "no estaba preparada para algo así”.

Así lo explica a LA RAZÓN una alumna de la Facultad de Económicas, quien tenía esperanzas de que la situación cambiase cuando hace varias semanas los propios estudiantes hicieron trending topic nacional el hashtag #LAUVaNORESPONDE en Twitter tras varios problemas con la web de la Universidad.

Este movimiento en las redes sociales fue una llamada de atención que parece no haber tenido efecto. “Parecía que se habían puesto las pilas pero lo cierto es que todo sigue exactamente igual: el campus sigue sin funcionar, la web se cuelga, hay asignaturas de las que todavía no sabemos como van a ser los exámenes que empezamos en una semana”, añade.

“Cuando comenzó todo esto entendimos la situación, el parón que hubo, así como el periodo de adaptación del profesorado a una nueva modalidad para dar las clases, totalmente online”, apunta, pero destaca que algunas asignaturas están avanzando “como si hubiera clase normal cuando somos los alumnos los que nos estamos preparando la materia en base a un documento de PDF que nos han enviado”.

Especialmente indignada afirma que “es una vergüenza para sus alumnos estar trabajando en estas condiciones, la materia la estamos preparando por nuestra cuenta, y es imposible hacer un examen por la gran cantidad de problemas técnicos que hay. Entendemos que la situación es la que es, pero para dar un servicio así, mejor es no darlo. Pagamos por una educación de calidad y ahora queremos que nos la den. No todo vale”.

Además, apunta a que el tiempo de realización de los exámenes, al menos en su carrera -que no detalla- es “mínimo”. “Para que no copiemos nos están dando un margen que resulta insuficiente, terminamos apurados y mal”, apunta. En cuanto a la evaluación continua, insiste en que algunos profesores no la están aplicando, desoyendo las recomendaciones del Rectorado, ya que en algunos casos el examen final tiene un peso del 100 por cien.

Esta opinión también la comparte otro estudiante de tercero de la Facultad de Ciencias, quien ha comentado la situación con otros compañeros de la Facultad de Filosofía y Letras, donde parece que está habiendo menos problemas. En cambio, él acusa a la Universidad de falta de coordinación entre el profesorado. “Hemos tenido una asignatura en la que no nos han dado contenido hasta llegado mayo y ahora estamos viendo todo, hasta arriba de trabajos cuando deberíamos estar preparando exámenes”, explica a este periódico.

“Al principio los propios alumnos mandamos algunas ideas para poder continuar con la evaluación continua desde casa, pero no se ha aplicado ninguna”, lamenta, al tiempo que detalla que “muchos profesores han optado por los exámenes parciales pero sin eliminar temario”.

Servicio virtual inestable

“Hay una clara falta de material para dar un servicio virtual estable”, recalca, al tiempo que subraya que en las primeras semanas de la pandemia se hizo una prueba de carga de los servidores de la Universidad con 700 personas, “cuando normalmente hay conectada más gente”. Esto ha llevado a que se haya caído en numerosas ocasiones el sistema, “incluso durante la realización de exámenes, como ha pasado recientemente en Medicina y Derecho”.

“Yo mismo no pude hacer una prueba porque se cayó tanto el campus como el mail de la UVa”, reconoce, al tiempo que se pregunta qué pasará cuando lleguen los exámenes finales cuando la situación es esta durante los parciales. “Ya han tenido que cerrar el Campus un par de veces para dotarlo de más potencia, pero sigue siendo insuficiente”, señala, por lo que algunos profesores han optado por seguir con su materia a través de plataformas ajenas a la Universidad, según apunta.

“Se podría haber hecho peor, pero no mucho”, afirma socarrón. “Las caídas van a suceder de nuevo y como no es algo que tenga una solución rápida hay que apañarse”, dice.

También critica el “alto volumen” de trabajo al que están haciendo frente los estudiantes que, según asegura, no llegan “de forma holgada” como en un curso habitual e indica que, en su carrera, los alumnos han tenido que hacer las veces de Coordinador de Grado entre asignaturas para fijar un calendario de exámenes sin que se solapasen.

Finalmente, en un comunicado conjunto, las organizaciones estudiantiles ADDE, Alternativa Universitaria, CAU, EDUP, Estudiantes Derecho y Somos FEyTS, ya alertaron de que era “inasumible” la evaluación normalizada de las asignaturas, dado que los alumnos “no han podido recibir” esos contenidos a través de la docencia online.

En cuanto a la evaluación continua, recordaban que el propio preámbulo del Reglamento de Ordenación Académica recoge este precepto como la base del Plan Bolonia. “Si con anterioridad resultaba incongruente verse en la obligación de aprobar un examen final para superar una asignatura, en este caso lo resulta en mayor medida”, insistían, para lo que reclamaban la disminución de su peso en la nota de las asignaturas, así como la eliminación de notas mínimas.

Por lo que se refiere a las prácticas curriculares para los estudiantes de último curso, solicitaban que se den por superadas todas aquellas prácticas curriculares iniciadas (salvo oposición expresa por parte del estudiantado) y que estas no sean el único impedimento para la obtención del título, con independencia del porcentaje de realización de las mismas.