León

León recupera su rastro dominical tras 20 semanas

Los comerciantes lamentan que se ha perdido un mes y medio por las duras negociaciones con el Ayuntamiento

Rastro dominical de León
Rastro dominical de LeónIcal

El rastro dominical de León volvió a instalar sus puestos en el paseo de Papalaguinda tras 20 semanas sin actividad y con su capacidad reducida a la mitad de los puestos habituales. Con controles de acceso y aforo, los clientes del tradicional mercado callejero pudieron volver a buscar gangas entre el género ofrecido por los comerciantes, que lamentaron el retraso en la vuelta a la actividad ocasionado por la falta de acuerdo entre vendedores y Ayuntamiento respecto a los puestos que podían instalarse.

“Lo que hemos hecho hoy podíamos haberlo hecho hace mes y medio, se nos ha pasado el verano y nos han privado de ganar un dinero que necesitábamos, porque llevábamos mucho tiempo sin ganar un duro”, lamentó el presidente de la asociación de comerciantes ambulantes (Asca) e integrante de la comisión que se reúne periódicamente con el Consistorio, Ricardo Torres.

Tras el acuerdo alcanzado esta semana, el retorno del rastro se produjo entre las ya habituales medidas higiénicas y sanitarias. Para cumplir con el distanciamiento social, los cerca de 180 puestos instalados se separaron a una distancia de dos metros entre sí. Además, para garantizar la seguridad de compradores y vendedores, muchos de ellos colocaron ante el puesto una mesa o mostrador que impedía que el cliente se acercase más de lo debido. En el centro, un corredor de unos siete metros de anchura servía de pasarela para el “tranquilo” desfile de compradores entre puesto y puesto.

Al respecto, Torres señaló que “todos los años por estas fechas el mercado tiene poca afluencia porque León se queda vacío”, aunque cifró el descenso en las ventas registradas alrededor del 40 por ciento con respecto a un día de agosto del año pasado. “Ahora la gente se cuida más, todas las medidas de seguridad son pocas y los clientes se retraen, están muy concienciados”, explicó el comerciante a la Agencia Ical, que recordó que todos los puestos disponen de gel hidroalcohólico.

Tras casi cinco meses sin presencia en la zona, desde el último rastro celebrado el 8 de marzo, la mitad de los comerciantes habituales volvieron a instalar sus puestos, de acuerdo con el sistema rotatoria acordado para que todos ellos puedan recuperar el pulso de sus negocios. “Yo para la semana que viene no pongo puesto y lo pone el otro 50 por ciento”, subrayó Torres, que confió en que la tendencia general apunte a “ir abriendo más puestos”.

Respecto al funcionamiento de esta primera jornada tras el parón ocasionado por la pandemia del coronavirus, el representante de los comerciantes señaló que sólo hubo un “pequeño malentendido” a primera hora, cuando la entrada del público se permitió sólo por el lado de la glorieta de Guzmán. Tras las quejas de los vendedores, las autoridades “corrigieron a media mañana” esta medida y permitieron también el acceso por el otro extremo del mercado, de manera que se evitaba a los compradores tener que dar un rodeo de 500 metros. De cara a las siguientes semanas, la petición de los comerciantes pasa por abrir un tercer acceso a mitad del espacio que ocupa el rastro, en la zona que comunica con la pasarela que da a la estación de autobuses. Los responsables municipales se comprometieron a estudiar la medida, afirmó Torres.