El Bordado Serrano de la Peña de Francia salmantina quiere ser Patrimonio de la Humanidad

Convertir el Bordado Popular Serrano en un Bien de Interés Cultural para después llegar a ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es lo que pretenden varios vecinos de la Sierra de Francia en Salamanca, que han recurrido al micromecenazgo para mantener esta artesanía. Desde la Red Arrayan se acaba de lanzar la III Fase del Plan EnTre2, que tiene como objetivo transmitir de generación en generación esta artesanía tradicional, con el fin de utilizarlo en beneficio de la Comunidad, especialmente para la mujer rural y de esta manera conseguir repoblación a través de nuevos empleos e iniciativas emprendedoras.

Por eso han iniciado una campaña de micromecenazgo a través de la plataforma de Hispania Nostra (https://www.crowdants.com/hispanianostra/plan-entre2/3316) con el objetivo de alcanzar los 8.000 euros mínimos necesarios, aunque para llevar a cabo todos sus planes, esperan llegar a los 20.000 euros.

Con esta campaña pretenden, además de recaudar fondos para el mantenimiento y continuidad del Plan EnTre2 de mediación y transformación cultural, hacer partícipes a personas, empresas y entidades de dentro y fuera de la comarca de la Sierra de Francia de Salamanca en este proceso de reconocimiento y puesta en valor del Patrimonio Cultural Inmaterial, que pueda además ser transferible y aplicable a otros territorios rurales en España y Comunidad Iberoamericana.

Una campaña que se desarrolla gracias a la plataforma de Hispania Nostra y cuenta con el incentivo de las deducciones fiscales en el IRPF e Impuesto de Sociedades, así como con una variada oferta de recompensas para los futuros donantes.

A la espera de que la Junta de luz verde al Bordado Popular Serrano como Bien de Interés Cultural, cuyo expediente fue incoado el pasado 12 de enero, este bordado de carácter popular, configura un universo artístico propio, creado por manos de artesanas bordadoras y caracterizado por su colorido y expresividad, donde animales, reales o mitológicos, se entrelazan. Un fiel reflejo de la evolución del poblamiento y la idiosincrasia de estas tierras, que reflejan en su iconografía influencias de civilizaciones orientales antiguas, renacentistas y moriscas, como lo atestigua el collarín en la representación de animales, el ataurique vegetal y el “horror vacui”.

Su evolución natural ha seguido a partir del siglo XIX y segunda mitad del siglo XX, con la incorporación de nuevos materiales, tintes químicos y técnicas. Su epicentro se ubican en las localidades de La Alberca y Mogarraz, donde se encuentran dos escuelas de bordados.