El campo eleva la voz ante el tope de precios en alimentos que proponen Díaz y Garzón

El campo está que trina una vez más con el Gobierno de España, por sus continuas ocurrencias, que ponen en jaque el futuro del sector agrario.

Esta vez, el malestar llega de la última propuesta lanzada por el ala comunista de este Gobierno representado por los ministros Yolanda Díaz y Alberto Garzón, que defienden poner un límite a los precios de los alimentos que llegan a los lineales, y especialmente a los más básicos, como el pan, la leche, los huevos o el aceite.

Una propuesta que desde la parte socialista del Gobierno de momento descartan e incluso tildan de ilegal, pero que ya ha hecho reaccionar al campo y los pequeños comercios de alimentación, principales perjudicadosen detrimento de las grandes superficies, al no poder competir en precios con ellas.

“Es un ataque al sector primario”, advierten desde la organización profesional agraria Asaja en Castilla y León, desde donde recuerdan a la ministra que el sector agrario español y europeo tiene su principal caballo de batalla en la dificultad para repercutir sus costes de producción en la venta de los productos.

“Los precios se fijan verticalmente de arriba abajo, en vez de ser al contrario, siendo los sectores dominantes la distribución y la industria agroalimentaria”, apuntan en un comunicado al que ha tenido acceso este periódico.

Asaja explica que el actual Gobierno de coalición reformó la Ley de la Cadena Alimentaria para dar equilibrio a la cadena de valor de los alimentos, algo que ven positivo, pero que ahora con esta “ocurrencia” de Díaz y Garzón puede quedar empañado.

La organización que preside Donaciano Dujo en la Comunidad advierte también de que en la actualidad los márgenes comerciales de todos los eslabones de la cadena están “muy ajustados” e insisten en que si el sector de la distribución o el de la industria tienen que recortarlos por una imposición política y normativa, lograrán presionar y poner en riesgo al eslabón más débil, que es el del campo.

Asaja señala que la inflación está perjudicando sobremanera al sector ya, al provocar un menor consumo, una situación de escasez y precios prohibitivos, entre otros, de la electricidad, el gas natural, el gasóleo, y todos los insumos y maquinaria que se necesitan en el campo.

Problemas a los que esta organización añade también la subida de los impuestos y el encarecimiento de los costes laborales por los sucesivos incrementos del Salario Mínimo Interprofesional, y la restricción del crédito y los altos tipos de interés que se avecinan.

Por todo ello, desde Asaja reclaman al ministro de Agricultura y Ganadería, el socialista Luis Planas, que ejerza su papel de responsable del ramo y no permita interferencias dentro de sus competencias desde otro ministerio. También le demandan que defienda la Ley de la Cadena Alimentaria y ponga medios para su “correcto funcionamiento”, además de garantizar la renta de los profesionales del sector primario en un momento social y económicamente tan complicado.