Tribunales
Catorce años de cárcel para el principal acusado de matar a un joven en León
Se han impuesto condenas menores de 12, 10 y 8 años a los otros tres implicados en este crimen
La Audiencia de León ha condenado a 14 años de prisión al principal acusado de matar a un joven dominicano en León en febrero de 2020 y ha impuesto condenas menores de 12, 10 y 8 años a los otros tres implicados en este crimen, a los tres primeros por un delito de homicidio y al cuarto por encubrimiento, según ha informado este martes el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).
Un jurado popular había declarado el pasado 10 de marzo culpables de un delito de homicidio a tres de los cuatro acusados de matar a un joven dominicano en León y cómplice al cuarto encausado por encubrimiento.
No obstante, el veredicto del jurado diferenció distintos niveles de responsabilidad después de que la fiscalía señalara a uno de los acusados, E.C.C., como autor material por lo que pedía una pena 14 años por homicidio.
Para otro de los acusados, A.M.A., solicitaba 12 años por homicidio, 12,5 para H.C.V. por el mismo delito con atenuantes, por lo que se le ha rebajado la pena a 10 años, y 8 para J.L.J. por cómplice.
Finalmente, el tribunal ha condenado a los acusados a las plenas reclamadas por la fiscalía.
El principal acusado de la muerte del joven dominicano afirmó durante su declaración en el juicio que todo se debió a un accidente y aseguró que el arma homicida era propiedad de la víctima y que se disparó en un forcejeo cuando trató de quitársela al temer por su vida.
E.C.C. responsabilizaba a la víctima del robo que el mismo día del crimen habían cometido en su casa dos desconocidos de la que supuestamente se llevaron 40.000 euros y diversos aparatos tecnológicos.
Por este motivo, según sostenía la Fiscalía, urdió con los otros tres acusados, H.C.V., A.M.A., y J.L.J., un plan para matar a Dawry Vilorio, con quien se citaron esa misma tarde.
Según la Fiscalía, con los cuatro acusados y la víctima en un coche propiedad de H.C.V., se dirigieron a la localidad de Villavente, en el término municipal de Valdefresno, pero antes de llegar se metieron en un camino de tierra.
En un momento determinado, según sostuvo la Fiscalía, H.C.V. paró el coche, se bajaron los cinco y E.C.C. conminó a la víctima mediante amenazas a que confesará el robo y le devolviera el dinero, y finalmente le disparó en la cabeza, causándole la muerte de forma casi instantánea.
El arma no fue hallada ni el teléfono ni la cartera del fallecido, cuyo cadáver fue localizado dos días después del crimen por una persona que paseaba por el lugar.
Tras una intensa investigación, los cuatro acusados fueron detenidos dos meses después de los hechos en el barrio de La Inmaculada, en la capital leonesa.
Frente a las tesis de la Fiscalía, E.C.C. afirmó en su declaración que sospechó de la víctima porque era la única persona que sabía que tenía ese dinero en casa y por eso quedó con él el mismo día del robo con la intención de intimidarle para que le devolviera el dinero.
Por ese motivo, explicó que llamó a los otros tres acusados con el objetivo de que la intimidación causará más efecto, y aseguró que una vez en el lugar del crimen fue la víctima la que sacó una pistola y le amenazó y en el forcejeo se disparó y la alcanzó en la cara sin que fuera consciente de que había apretado al gatillo.
"Nunca hubo intención de matar a nadie solo de asustarle para sacarle información y que devolviera lo que había robado", apostilló.
H.C.C alegó que solo era el conductor de E.C.C., para el que realizaba trabajos de esta naturaleza con asiduidad a cambio de pequeñas cantidades de dinero, y recalcó que el día de los hechos no sabía el lugar al que se dirigían ni el objetivo.
La otros dos acusados recalcaron que no hubo ningún plan previo para urdir el crimen y que fueron los primeros sorprendidos al ver lo que pasaba.
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