
Turismo
Este es el pueblo más bonito de España para viajar en abril
La prestigiosa publicación National Geographic destaca la Semana Santa de la "Ciudad de los Almirantes"

Llega abril, y con él, la oportunidad de conocer el pueblo más bonito de España este mes, según destaca la prestigiosa publicación National Geographic, que se ha decantado por esta villa por la espectacularidad de su Semana Santa que hace que el pueblo cambie. La primera edición de National Geographic data de octubre de 1888, nueve meses después de que la sociedad fuera fundada. Esta publicación fue identificada casi inmediatamente por su característica franja amarilla en la portada. El control del interés en la revista ha estado en manos de The Walt Disney Company desde 2019.
Actualmente se distribuye mensualmente en 32 lenguas en todo el mundo. Su tirada es cercana a los nueve millones (la que se suma a los quince millones de ejemplares entregados en hogares cada mes). En ocasiones especiales son lanzadas publicaciones extras y mapas especiales. La revista contiene artículos acerca de geografía, ciencia, historia, cultura, eventos actuales y fotografía, según informa Wikipedia.
Pues la publicación en España elige cada mes un pueblo como el más bello para visitarlo. En este mes de abril National Geographic se ha decantado por un municipio espectacular que destaca por su Semana Santa, ya que este año abril coincide con la celebración de La Pasión en nuestro país.
Medina de Rioseco
Esta localidad que ha elegido como la más bonita del mes de abril no es otra que la vallisoletana de Medina de Rioseco, de la que la publicación destaca su “patrimonio sacro en el que se materializó su riqueza comercial y que luce increíble durante una Semana Santa que es una fiesta de Interés Turístico Internacional”.

Desde la época romana hasta nuestros días, Medina de Rioseco ha sido testigo y protagonista de los principales acontecimientos históricos. Sin duda, el momento de mayor auge coincide con el Almirantazgo de Castilla desde finales del siglo XV, en que Alfonso Enríquez establece su sede en la entonces villa, hasta casi el siglo XVIII, según destaca laweb del Ayuntamiento. Los 11 miembros de la dinastía Enríquez, que ejercieron el señorío de la villa, marcaron la ascensión y el auge de la misma, y son punto de referencia imprescindible de su memoria histórica.
El primer asentamiento humano de Medina de Rioseco se remonta al Neolítico. Rioseco siempre ha sido un nudo estratégico de comunicación, que unía la meseta con la zona norte. Esta ciudad ha sido punto clave de acontecimientos históricos de gran importancia.
En tiempo de los romanos Medina de Rioseco era un cruce importante de vías que unían el noroeste y centro peninsular. Con los visigodos y debido a su intensa vida comercial se la conocía como la “forum egurrorum”, plaza de los mercados. El hecho de estar enclavada en una encrucijada de caminos hizo que la villa, en esos momentos de realengo, creciese en importancia.
La primera mención de Medina de Rioseco como núcleo de población aparece en una bula del Papa Pascual II en el año 1116 al obispo de Palencia indicando sus límites. No obstante es importante tener en cuenta que hasta el año 1230 será una villa de frontera entre los reinos de León y Castilla.
La expansión y repoblación, iniciada por los reyes de León en Tierra de Campos durante el siglo IX dio lugar al nacimiento de la actual ciudad. En 1424 D. Alfonso Enríquez establece en Medina de Rioseco la sede de su almirantazgo. Bajo la tutela de los Enríquez se celebran ferias y mercados, y durante los siglos XV y XVI la Ciudad de los Almirantes goza de una época de extraordinario esplendor artístico y económico. Se la llegó a conocer como “La Ciudad de los mil millonarios”. El ducado, la edificación de templos catedralicios, palacios y casas señoriales y el establecimiento de talleres de los artistas y artesanos más importantes del momento la situaron como un lugar privilegiado.
Durante la Guerra de las Comunidades, Medina de Rioseco jugó un papel fundamental. La seguridad de sus muros y el poderío del almirante hicieron que fuese el lugar elegido por el Cardenal Adriano, regidor del reino en ausencia del emperador Carlos, para refugiarse en la villa el 15 de octubre de 1520, huyendo de la hostilidad de la Junta Comunera.
A mediados del siglo XVII Felipe IV le concede el título de Ciudad en consideración a los muchos, buenos y leales servicios que el Concejo ha hecho a los Reyes.
El 14 de julio de 1808, el cerro del Moclín fue testigo de la primera batalla campal libradacontra los franceses en la Guerra de la Independencia, con victoria de éstos últimos, a esta batalla se la denominó La Batalla de Moclín.
Cien años más tarde se abre el Canal de Campos, ramal del Canal de Castilla, obra fundamental de la ingeniería española en el siglo XIX, que sumaría a la comarca terracampina a la Revolución Industrial.
La aparición del ferrocarril contribuiría a un mayor desarrollo económico e industrial de la Ciudad, frenando paulatinamente la utilización del canal como medio de transporte de mercancías y pasajeros.
Desde hace unos años la ciudad se ha consolidado como un referente en la restauración y conservación del ingente patrimonio histórico-artístico que atesora y un lugar idóneo para disfrutar del arte, la naturaleza y el ocio.
Semana Santa
Uno de los principales acontecimientos de la también conocida como la "Ciudad de los Almirantes” es su Semana Santa. National Geographic resalta que “sus procesiones están documentadas desde el siglo XVI, de la época del señorío de los Almirantes de Castilla. Mientras que muchos de los pasos que vemos en el resto de España datan de mediados del siglo pasado, aquí encontramos tallas de madera del Siglo de Oro, de maestros como Pedro de Bolduque o Rodrigo de León. Los pasos pesadísimos marchan con lentitud y solemnidad, al ritmo grave de los tambores y también de bandas sonoras genuinas, como lo es la emblemática Lágrima, una composición de origen incierto que se ha recuperado y convertido en un himno que emociona especialmente cuando resuena en el silencio de la noche”.
“Son diecisiete las cofradías penitenciarias que sacan a desfilar sus pasos en este destino imprescindible para quienes buscan vivir la Semana Santa castellana en su esencia más pura. El momento más esperado son las procesiones del Viernes Santo, cuando salen pasos como el Ecce Homo (Pilatos para los locales) o el Santo Sepulcro. Uno de los instantes más buscados es el paso del El Descendimiento (La Escalera, para los locales), una obra de 1663 del artista Francisco Díez de Tudanca, considerada obra maestra del barroco riosecano, que cuando gira por la estrecha calle de Santa María, sus costaleros hacen que parezca que el paso desafía las leyes de la gravedad”, añade la publicación.
Para acompañar a las procesiones la localidad vallisoletana cuenta con un Museo de la Semana Santa ubicado ubicado en la Iglesia de Santa Cruz, y alberga una importante colección de pasos de Semana Santa de los siglos XV al XX, junto con otros objetos de las distintas cofradías riosecanas.
El recorrido por el museo introduce al visitante en la Semana Santa de Medina de Rioseco, en sus pasos y procesiones, a la vez que nos permite admirar otros elementos de singular belleza pertenecientes a la iglesia de Santa Cruz, como el Retablo Mayor, el magnífico frontal de plata de Juan Sanz (1.759).
El Museo de Semana Santa cuenta con una importante colección de grupos escultóricos de los siglos XV, XVI, y XVII, de los más insignes imagineros castellanos, como Juan de Juni o Gregorio Fernández, o de sus talleres y escuelas, y otros más recientes (siglos XVIII, XIX y XX) de gran calidad artística, junto con todos los objetos simbólicos que acompañan a cada cofradía desde tiempos inmemoriales y los aspectos exclusivos de la Semana Santa riosecana.
La exposición, que ocupa unos 1.500 metros cuadrados, se organiza en áreas de contenido individuales pero relacionadas entre sí, uniéndose a las colecciones textos, fotografías y vídeos divulgativos, que ofrecen una visión general de este acontecimiento.
Ruta"Ttras los pasos del cofrade"
La oferta se completa con la ruta “Ttras los pasos del cofrade”. Un recorrido con 16 estaciones señalizadas con una placa informativa que incluye un plano de situación, fotografías y un código QR, que permite la visualización de un vídeo diferente en cada estación.
La Quinta Angustia y el Viernes Santo (1), Los sonidos de una tradición (2), Las calles (3), El sabor de la Pasión (4), Los Gremios (5), El Gobierno de la Semana Santa (6), A hombros (7), La Cofradía de la Pasión. Los entalladores (8), La Vera Cruz: los orígenes de la Pasión riosecana (9), El Ayuntamiento (10), La rodillada (11), La función asistencial (12), El recuerdo de la estación de penitencia (13), El Jueves Santo (14), A por las alubias (15) y Ya sólo queda un año (16) son los títulos de las 16 estaciones, que llevarán a los visitantes por la autenticidad y singularidad de una tradición única.
Atractivos turísticos
Pero Medina de Rioseco no es solo Semana Santa, ya que cuenta con otros atractivos turísticos que hay que visitar alguna vez en la vida. Entre ellos destacan:
Canal de Castilla
El Canal de Castilla se considera la obra civil más importante de España de finales del siglo XVIII. Se trata de un sueño ilustrado que pretendía conectar los campos de castilla con los puertos del Cantábrico a través de un sistema de canales navegables. Y no fue solo un sueño porque, después de que se estuviera construyendo a lo largo de un siglo, dio servicio nada menos que entre 1791 y 1959. En realidad todavía hoy sigue funcionando como sistema de regadío, además de como recurso turístico.
Al noroeste del casco viejo, se encuentra la dársena del Canal de Castilla en la que concluía el Ramal de Campos, que con casi 80 kilómetros y siete esclusas, conectaba la ciudad con Palencia y, desde ahí, con Valladolid hacia el sur y con Alar del Rey hacia el norte. En la dársena se erige la imponente Harinera de San Anton, del siglo XIX, uno de los ejemplos de arquitectura industrial mejor conservados de toda la infraestructura. Además, Medina de Rioseco puede presumir de ofrecer paseos en barco en el único canal histórico navegable de España.
Iglesia de Santa María de Mediavilla
Es un templo gótico-mudéjar que comienza a construirse a finales del siglo XV y en 1.516 el arquitecto Gaspar de Solórzano la concluye. Su esbelta torre barroca, obra del arquitecto riosecano Pedro de Sierra, se alza elegante sobre los cielos de la ciudad.
El interior de la iglesia, llena de detalles góticos, irradia el espíritu renacentista. La planta se divide en tres naves separadas por pilares cilíndricos y cubiertas con bóveda de crucería realizada por los Hermanos Corral de Villalpando en los años 20 del siglo XVI. En la nave central se erige el retablo mayor, con traza de Gaspar Becerra.
En 1573, tras la muerte de éste, se encarga su ejecución a Juan de Juni, quien haría la mitad de la obra y encomendaría el resto a Francisco de Logroño y Pedro de Bolduque, encargándose del ensamblaje Gaspar de Umaña. En 1577, tras la muerte de Juni, Esteban Jordán se hace con la dirección de la obra, que concluye en 1590. El dorado y la pintura del retablo son obra de Pedro de Oña (1603).
En el lado del evangelio, separada por una magnífica reja de Francisco Martínez, fechada en 1554, se encuentra la Capilla de los Benavente. Bautizada por Eugenio D´Ors como la “capilla sixtina de Castilla”fue fundada en 1543 por el cambista Alvaro de Benavente para enterramiento de su familia. Juan y Jerónimo del Corral realizaron las obras de cantería y posterior decoración escultórica. En el ábside se encuentra un pequeño retablo labrado por Juan de Juni, dedicado a la Inmaculada en 1557.
En el lugar que ocupara el coro alto, en 1854, se trasladó la impresionante reja plateresca de Cristóbal Andino y la sillería procedente del coro del antiguo convento de San Francisco. A la derecha de la reja de Andino, y sobre una gran tribuna, se alza el deslumbrante órgano de Francisco Ortega, construido en 1732.
Su aspecto exterior aparece remarcado por la presencia de una esbelta torre con remate barroco.
Casco histórico
Medina de Rioseco, declarada Conjunto Histórico Artístico, presume de tener uno de los mayores legados patrimoniales de la provincia de Valladolid. Su casco histórico, con la Rúa Mayor y sus puertas pertenecientes a la antigua muralla, constituyen un magnífico ejemplo de la arquitectura terracampina.
La Puerta de Ajújar es la construcción más antigua de cuantas se conservan en Medina de Rioseco. Esta entrada al municipio se levantó en el siglo XIII como una torre-puerta defensiva, de la que partía el camino que unía Rioseco con Palencia. Quedan aún in situ las ménsulas que sostenían los matacanes, la ranura por la que se deslizaba el rastrillo, el dintel de madera original en el que encajaba el portón de cierre y en el interior una techumbre mudéjar cubierta por una capa de yeso y la escalera de subida al adarve.
La Puerta de Zamora, del siglo XVI, en el mismo lugar que la anterior del siglo XIII que perteneciera al recinto amurallado. Una curiosa construcción de planta cuadrada con cuatro arcos de medio punto sobre los que se levanta un pequeño cuerpo de ladrillo en forma de torre. En el piso alto de la puerta se encuentra la capilla de la cofradía de Nuestra Señora de las Nieves, cuya imagen alberga un retablo barroco (1740).
La Puerta de San Sebastián (1550), no formaba parte del recinto medieval original. Cuenta con dos arcos carpaneles sobre los cuales puede verse el escudo del almirante Luís Enríquez, flanqueado por dos de la ciudad. En su interior alberga la capilla de la cofradía del Cristo de las Puertas.
Iglesia de Santiago
Su construcción se inició en 1533 en el estilo gótico de la época con planta de salón, es decir, con sus tres naves elevándose casi a la misma altura, bajo la dirección del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, el más famoso y prolífico de su tiempo en Castilla…
La iglesia de Santiago, que fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1964, reúne los más variados estilos artísticos, desde el gótico al barroco, pasando por el plateresco y el clasicista. Muestra de ello son sus tres portadas:
• La puerta del mediodía, con su coqueto atrio, realizada en estilo plateresco por Miguel de Espinosa.
• La portada norte, de estilo gótico flamígero, de traza de Rodrigo Gil de Hontañón.
• La portada principal, clasicista, de Alonso de Tolosa.
En su interior destaca el fabuloso retablo barroco de traza churrigueresca de la capilla mayor, cuyo trazado corresponde a Joaquín de Churriguera, y que fue realizado por el gran escultor riosecano, Tomás de Sierra, en torno a la vida y leyenda del apóstol Santiago. Las bóvedas de sus tres naves, ejecutadas por Felipe Berrojo en el siglo XVII, poseen una gran belleza.
En la sacristía cabe destacar algunas piezas como el Cristo de la Clemencia de Pedro Bolduque, así como su bóveda de crucería, debida a Gil de Hontañón. En una pequeña sala dentro de la sacristía se encuentra la capilla de la Vera Cruz (siglo XVII), con frescos barrocos de gran colorido y valor artístico.
Centro de Interpretación
El Centro de Interpretación de la Ciudad de Medina de Rioseco “Arco Ajujar”, situado junto a la puerta más antigua del antiguo recinto amurallado, pretende adentrar al visitante en la historia de la ciudad. La narración que se realiza en su interior responde a dos líneas argumentales. Por un lado, se explica la evolución histórica de la población, a la par que se ofrece información de los monumentos y hechos más significativos, que han configurado lo que en la actualidad es Medina de Rioseco. El visitante encontrará maquetas a escala de la “Ciudad de los Almirantes”, paneles explicativos y videos interactivos sobre distintos episodios acaecidos a lo largo de los siglos.
En sus cinco salas el centro presenta un recorrido por la historia de la ciudad, su cultura y sus gentes. El almirantazgo con la celebración de sus ferias y mercados, sus tradiciones, devociones y hechos históricos de relevancia, como la batalla de El Moclín en la Guerra de la Independencia.
Destacan dos maquetas de grandes dimensiones realizadas por el artista Juan José Fernández. Una de ellas recrea la villa amurallada en el siglo XVI, -por entonces conocida como la “India Chica”-; la otra reproduce la construcción de la iglesia de Santa María de Mediavilla en la Edad Media.
Junto a la iglesia, el corro de Santa María y la soportalada Rua Mayor. La maqueta recrea el poblado de artesanos que se realizó por orden de Gaspar Solórzano, arquitecto del templo para su construcción con réplicas de la maquinaria medieval utilizada. Junto a la iglesia se representa la conocida leyenda del cocodrilo del Sequillo.
Museo de San Francisco
Fue un antiguo convento de la orden franciscana fundado por la familia Enríquez. El convento estaba situado en el camino de ronda de la antigua muralla… Edificio de estilo gótico iniciado el año 1491 y terminado, inusualmente pronto para la época, en 1520.
El Museo de San Francisco, anteriormente Iglesia de San Francisco, (siglo XVI) fue costeada y fundada por la Familia Enríquez, Almirantes de Castilla, y en su construcción participó Juan Gil de Hontañón. La obra fue dirigida por el arquitecto Rodrigo de Astudillo.
Antes convento franciscano, el espacio arquitectónico aparece definido por una única nave, cubierta por bóvedas estrelladas de estilo isabelino, con capillas laterales entre contrafuertes y coro alto a los pies.
En su interior sorprende encontrar dos espléndidos retablos platerescos realizados en piedra, material poco habitual en este tipo de piezas. Ambos fueron llevados a cabo por Miguel de Espinosa en el siglo XVI. Otras piezas de gran calidad que conserva el edificio son las estatuas en bronce de Dª Ana y Dª Isabel de Cabrera, esposa y cuñada del Almirante D. Fadrique, realizadas por Cristóbal de Andino en 1532, las tribunas de órgano platerescas realizadas en yeso en 1536 por los Hermanos del Corral, y la colección de platería, que tiene su principal exponente en la custodia procesional de Antonio de Arfe, del siglo XVI.
✕
Accede a tu cuenta para comentar