Patrimonio
El grito de auxilio de la joya tardogótica del valle del río Pico
El templo, situado en pleno Camino de Santiago, se encuentra cerca de entrar en un punto de no retorno si no se actúa pronto
Nuevo SOS de una joya del patrimonio religioso de Castilla y León. En este caso se trata de la iglesia tardogótica-renacentista de Villalval, una pedanía burgalesa perteneciente a Cardeñuela Ríopico, ubicada en pleno Camino de Santiago, que ha sido incluida en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra por su avanzado estado de deterioro, con la torre derrumbada y riesgo de colapso de bóvedas.
El templo de San Juan Evangelista, conocido como 'la joya del valle del río pico', aunque con un posible origen románico pertenece a los siglos XV y XVI y es un ejemplo de arquitectura tardogótica-renacentista rural de la provincia de Burgos, según ha informado Hispania Nostra en su página web.
El templo se encuentra justo unos kilómetros antes de la entrada a Burgos, en las estribaciones de la Sierra de Atapuerca cuyos yacimientos marcan un hito dentro la historia de la evolución humana.
De reducidas dimensiones y dedicada a San Juan Evangelista, se trata de una iglesia de una nave y dos capillas laterales con ábside rectangular formado por sacristía y torre. La portada se encuentra bajo un amplio pórtico. Pertenece a un estilo tardogótico-renacentista rural burgalés.
De especial interés es el coro, tanto por el usillo que permite su acceso, como por su balaustrada y la bóveda que lo soporta. La torre es de diseño más discreto, si bien cuenta con sillares de buena factura
Lleva cerrada más de 40 años al culto y se ncuentra en un estado avanzado de deterioro pues la torre ha sufrido un importante derrumbe y algunas bóvedas están a punto de colapsar. De hecho, o se actúa pronto o entrará en un punto de no retorno.
Y es que al deterioro del edificio hay que sumar que la vegetación ha crecido en cubiertas, paramentos e interiores, y elementos del mobiliario interior como retablos y muebles de sacristía están desvencijados.
Si bien, todavía hay motivos para la esperanza pusto que Hispania Nostra apunta a la existencia de una iniciativa para recuperar el edificio impulsada por Andreas Senge, un alemán peregrino del Camino de Santiago.