Sociedad

El hombre que diseñó el SEAT 600

"Este vehículo no ha sido sólo un objeto útil, es parte de la cultura pop de nuestro país, es algo que con sólo mirarlo ya nuestro cerebro conecta de una forma automática y evoca una sonrisa"

GRAF6885. PAMPLONA, 18/12/2022.- Alrededor de una treintena de coches Seat 600 han llegado este domingo a Pamplona por el recorrido del encierro durante la "seiscientos", una Vuelta a España por provincias y por relevos en SEAT 600. EFE/Villar López
Concentración de Seat 600Villar LópezAgencia EFE

Italia ha sido desde siempre la cuna del arte más refinado, ya en tiempos de los etruscos incluso la destreza de las obras funerarias era espectacular, no hay más que observar el conocido “Sarcófago de los esposos” o la lámina de plata de “Los Caballeros etruscos”, la impregnación de la sensibilidad griega también contribuyó al caldo de cultivo cultural en la península itálica seguida en muchos puntos como cuna de la civilización romana.

Genios de la música como Vivaldi, Verdi, Paganini o el contemporáneo Ennio Morricone han universalizado su patria con el paladeo de eternas partituras a través de los tiempos y nos han contado virtudes y ánimos de sol y vida.

El séptimo arte tampoco se queda lejos, no hay nada más que admirar la película de Paolo Sorretino “La gran belleza” para empezar a comprender de lo que estamos hablando y empaparnos del cine de Visconti, Rossellini o Fellini.

La vida en la Toscana nos evoca al tiempo inmóvil y el arte renacentista expuesto para el disfrute hacen que últimamente se me antoje como destino de descanso. Miguel Ángel o Leonardo da Vinci ofrecen una exquisitez visual que combinada con la maravillosa gastronomía me haga pensar en “Mucho ruido y pocas nueces” y correr por las praderas vestido de blanco. ¡Pero si es que también es la cuna del helado!

No somos ajenos a la belleza y a las proporciones áureas y quien diga que sí miente; biológicamente estamos diseñados para admirar la belleza y eso lo sabía muy bien el ingeniero y diseñador de automóviles Dante Giacosa que, en los años 50, vivía en un país volcado en superar la crisis de la postguerra y que necesitaba motorizarse en vida y alma dado que el viejo Fiat Topolino no daba ya más de sí.

¡A toda prisa trazó las líneas maestras de la carrocería monocasco y nació el FIAT 600, el coche más popular de Italia! Error. Después de su nueva creación lanzó su asalto definitivo al planeta entero y creó el FIAT 500, más pequeño, pero más matón, éste sí fue el rey en todos los sentidos.

Lo que pasa es que mientras tanto en España SEAT, bajo licencia FIAT, cogió al querido 600, le cambió los bigotes y lo puso en el candelero a todo gas para una sociedad de caminos de tierra y carreteras secundarias que dio la mejor de las utilidades a nuestro país en aquel momento, con una producción del vehículo con lista de espera y todo.

La gente enloqueció, el diseñador italiano había creado un furor en España sin precedentes.

El coche lo quería todo el mundo, el pelotilla arrasó en todas sus versiones: El “normal”, el “D”, el “E”, el “L Especial”, el descapotable, el 800, el Múltipla, el carrozado por Serra y decenas de versiones más.

Dante Giacosa sabía al igual que Sergio Pininfarina, Giorgetto Giugiaro o Nuccio Bertone que la clave era diseñar con la mano algo armónico que gustara a todo el mundo y que perdurara en el tiempo.

El SEAT 600 no ha sido sólo un objeto útil, es parte de la cultura pop de nuestro país, es algo que con sólo mirarlo ya nuestro cerebro conecta de una forma automática y evoca una sonrisa, como quien ve un cuadro en un museo y recibe esa descarga de admiración y respeto por algo inanimado que de alguna forma la inteligencia humana dotó de vida y simpatía. La clave no reside en crear coches como electrodomésticos ni inteligencias artificiales frías sino en potenciar las naturales y abrazar la calidez de ser humanos, ante todo, porque al fin y al cabo eso es

integrar la tecnología en nuestra naturaleza más profunda. Ya lo decía su publicidad: Si la cuestión es llegar, confíe en un 600.