Historia
Íker Jiménez vuelve a elegir un lugar mítico de León
El programa "Cuarto Milenio" pone el foco en el patrimonio leonés
Nuevamente el programa "Cuarto Milenio", dirigido por Íker Jiménez, vuelve a poner el foco en tierras castellano y leonesas. Concretamente en la provincia de León. Y lo ha hecho centrándose en las Cuevas Menudas, un enclave que cuenta con un conjunto de eremitorios medievales en Villasabariego, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, y que recientemente se han rehabilitado siendo un foco más de atracción turística y cultural en la provincia.
¿Y cómo llegó este lugar a ser emitido por el programa? Pues gracias a una iniciativa del autor del documental "Las Cuevas Menudas", Pedro Lechuga, quien contactó con los responsables del programa para darlo a conocer. La respuesta fue inmediata y el periodista Paco Pérez Caballero se desplazó hasta la provincia leonesa para visitar in situ las propias cuevas como la Casa Botines, en la capital donde realizó diferentes entrevistas al propio autor del documental, así como a expertos en la metaria como Margarita Torre, Marcelino Fernández o Maura Llamas.
Las Cuevas Menudas son unas cavidades artificiales que se localizan a más de 70 metros de altura sobre el llano en las cercanías de este municipio leonés de Villasabariego. En su origen, estas cavidades se distribuían en tres niveles, aunque han ido desapareciendo en casi su totalidad las posibles cavidades de los niveles superior e inferior. En la actualidad se conservan 17 cavidades en las rocas.
En un principio eran tenidas por cuevas de época neolítica, aunque estudios posteriores hablan de que se trata de unos antiguos eremitorios altomedievales que se fecharían entre los siglo V al IX antes de Cristo, viéndose alteradas en el transcurso de los siglos.
En sus paredes se pueden ver cruces grabadas de diversa tipología, donde predomina la cruz latina y también hay una oquedad en la que esculpe una cruz patada, cuyos brazos se estrechan al llegar al centro y se ensanchan en los extremos y que recibe este nombre por los brazos que asemejan patas.
También se puede ver en su interior bancos corridos, oquedades en el suelo, posiblemente para el almacenamiento de alimentos y posibles fosas de enterramiento de los monjes. A pesar de sus reducidas dimensiones, la mayor parte de las estancias serían las habitaciones de los monjes. Y además, un cuarto de mayor tamaño se cree que era utilizado por los antiguos monjes para celebrar distintas actividades colectivas.
Un fenómeno con mucha historia que acapara ahora el interés de la televisión nacional.