Sucesos

Investigan a un ganadero en Burgos por maltrato continuado a diez burros y otros animales

En la finca también se encontraron perros y ovejas viviendo entre grandes cantidades de heces

La Guardia Civil ha investigado a un ganadero en la provincia de Burgos por la posible comisión de un delito de maltrato animal por omisión prolongada de cuidados debido a las malas condiciones de higiene y mantenimiento de varios animales, como diez burros, dos de ellos sacrificados posteriormente por lesiones irreversibles en las patas.

Según ha informado este domingo 1 de junio el Instituto Armado en un comunicado, en la finca se encontraron también perros y ovejas viviendo entre grandes cantidades de heces. Tres de los animales sufrían un importante deterioro físico por deficiencias en su cuidado que afectaban a la longitud y limpieza de sus cascos, lo que les provocaba mal apoyo, dificultad para caminar y sufrimiento continuado. De hecho, dos de los burros han sido sacrificados por razones humanitarias debido a la severidad de las heridas sufridas.

Los hechos ocurrieron el pasado mes de abril cuando un ciudadano alertó de la presencia de varios burros sueltos, sin ninguna persona a su cargo, por las calles de una localidad de Burgos. Agentes del Seprona abrieron una investigación tras comprobar el mal estado en el que se encontraban estos animales, en la colaboración con veterinarios de la Junta de Castilla y León.

Por ello, inspeccionaron dos naves y una parcela donde se confirmaron las pésimas condiciones higiénico-sanitarias de un importante número de animales: en total, 10 asnos, 50 cabras y ovejas, nueve perros adultos y once cachorros.

En las instalaciones se encontraron heces acumuladas durante semanas, que en algunos puntos alcanzaban capas de un metro de altura. Asimismo, los perros no tenían refugios individuales y en algunos casos estaban atados con cadenas y también descubrieron irregularidades en la documentación.

Los agentes contactaron con el Centro Andalusí de Rescate de Caballos, ubicado en Alhaurín el Grande (Málaga), que costeó y movilizó a dos veterinarios y a un herrador profesional para realizar radiografías y atender a los animales, incluyendo el corte de los cascos de los burros y el sacrificio de dos asnos cuyas lesiones eran irreversibles.

Las diligencias instruidas han sido presentadas en los Juzgados de Briviesca. En relación con el maltrato animal, el Código Penal recoge penas que, aplicadas en su grado máximo, pueden suponer prisión de un año e inhabilitación especial de tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con animales y para la tenencia de estos, informa Efe.