Semana Santa

Miles de platos del "dos y pingada" para despedir la Semana Santa en Zamora

Se trata de un contundente plato compuesto por dos huevos fritos camperos, dos lonchas gruesas de magro de cerdo o jamón pasadas por la sartén y una rebanada de pan

"Dos y pingada", plato típico para el Domingo de Resurrección en Zamora
Los zamoranos despiden la Semana Santa con "dos y pingada" J. L. Leal/Ical

Los establecimientos hosteleros de Zamora han servido desde el mediodía y principalmente a la hora de comer miles de platos del "dos y pingada", el almuerzo típico del Domingo de Resurrección con el que los zamoranos despiden su Semana Santa, que está declarada de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural.

El "dos y pingada", al que algunos popularmente añaden también al nombre "...y una tajada", es un contundente plato compuesto por dos huevos fritos camperos, dos lonchas gruesas de magro de cerdo o jamón pasadas por la sartén y una rebanada de pan que se reserva para esta jornada desde hace más de setenta años.

Quienes hicieron popular ese plato, que es uno de los más típicos de Semana Santa en Zamora junto a unas pastas anisadas denominadas aceitadas, fueron los cargados de los pasos de la Virgen del Encuentro y el Jesús Resucitado que desfilan el Domingo de Resurrección en la última de las procesiones de la Semana Santa.

En el año 1951 esos cargadores se reunieron en el bar Oviedo, un establecimiento hostelero del barrio de la Horta en el que concluye la procesión del Domingo de Resurrección, para tomar ese almuerzo con el que recuperarse del esfuerzo de desfilar bajo la mesa procesional soportando el peso de esos dos grupos escultóricos.

Esa primera cita continuó en los siguientes años y poco a poco fue popularizándose y extendiéndose, de forma que se sirvió también en otros bares del barrio y también la degustaron otros cofrades de la Resurrección.

Especialmente en el siglo XXI esa tradición se ha hecho muy popular en toda la ciudad y en algunos restaurantes es incluso el único menú que se sirve en la comida de este domingo.

Ese es el caso, por ejemplo, del restaurante Libertén, donde sus responsables han asegurado que se sienten orgullosos de que ese plato típico se "exportara" desde el barrio de la Horta en el que se ubica "a todos los rincones de la provincia".

En ese establecimiento hostelero, como en otros de la ciudad, han completado el "dos y pingada" con otros ingredientes derivados del cerdo como la panceta, el chorizo, el lomo, la morcilla o el salchichón.

Se trata de un menú en el que la carne de cerdo cobra protagonismo en consonancia con el periodo en el que se consume, el Domingo de Resurrección con el que se pone fin al periodo de abstinencia de comer carne.

La fecha es además emblemática porque muchos zamoranos en la diáspora que regresan en Semana Santa a la ciudad se despiden del resto de la familia entorno a una mesa y un plato típico como el "dos y pingada"