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Turismo

La preciosa villa medieval que cuenta con el único tramo navegable del Camino de Santiago

El pueblo es un referente mundial del Arte Románico

Ramal navegable del Canal de Castilla a su paso por la localidad palentina de Frómista Diputación de PalenciaDiputación de Palencia

La peculariedad de España cada día sorprende a propios y extraños. Cada rincón de nuestro país cuenta con alguna "joya" que merece la pena, y mucho, conocer de primera mano. En esta ocasión vamos a unir, patrimonio, naturaleza, turismo y espiritualidad. Y si algo que está lleno de espiritualidad es el Camino de Santiago. Pues el único punto de la Ruta Xacobea navegable se encuentra en una preciosa villa medieval que se ha convertido en el referente mundial del Arte Románico.

El Camino de Santiago es un conjunto de rutas de peregrinación milenarias que convergen en Santiago de Compostela, en Galicia, España, donde reposan los restos del Apóstol Santiago. Esta experiencia, que puede ser espiritual, cultural, deportiva o personal, se realiza a pie, bicicleta o caballo y atrae a cientos de miles de personas anualmente. La ruta más conocida es el Camino Francés, pero existen otras como la Vía de la Plata, el Camino Portugués, el Camino del Norte, el Camino Inglés y el Camino Primitivo.

La Ruta Xacobea ha sido, y sigue siendo, sin duda, la ruta más antigua, más concurrida y más celebrada del viejo continente. Santiago también ha compartido la atracción de los caminantes y andadores de todos los tiempos pero, además, ha creado una ruta, ha hecho un Camino. A Santiago y a Galicia se puede llegar de muchas maneras. Pero la mejor forma de venir es por el Camino de Santiago.

Muchos son los recorridos que existen, pero en el más largo, el Francés, hay un tramo que es navegable, y que le hace muy especial. Esto se debe porque por allí pasa el Canal de Castilla, imponente obra de ingeniería hidráulica, fue uno de los mejores proyectos de este tipo que se construyeron en España a lo largo de los siglos XVIII y XIX de la mano de la Ilustración y en un momento en que se hacía necesario vender el excedente de grano y mejorar las comunicaciones comerciales.

Lo que nació como una vía de navegación para el transporte de mercancías, se cerraría al tráfico a mediados del siglo XX, en 1959. Considerado hoy como Bien de Interés Cultural, desde entonces su función principal se centra en el regadío, a lo que se une su interés como una de las rutas de mayor atractivo turístico de Castilla y León, por la riqueza paisajística, natural y por el valor histórico artístico que despiertan las ciudades que se encuentran a su paso.

Frómista

Pues uno de los puntos clave del Camino de Santiago y del Canal de Castilla es la preciosa villa medieval palentina de Frómista. Y es que representa uno de los enclaves más importantes del Canal, por situarse el mayor conjunto de esclusas de los tres ramales, el que forman las cuatro esclusas, de la 17 a la 20. Con ellas se salva el mayor desnivel del recorrido, algo más de 14 metros.

En esta zona se encuentra la vivienda del esclusero que ha sido rehabilitada como punto de información turística del municipio. Además, se encuentra el puente de la esclusa y una central hidroeléctrica. En este punto del Canal de Castilla se sitúa la embarcación turística del Canal “Juan de Homar”. Se trata de una embarcación que recorre el tramo del canal de Frómista hasta el pantalán de Boadilla del Camino, más de 4 kilómetros, con vuelta a Frómista. La embarcación tiene una capacidad para 38 pasajeros y dos tripulantes. La esclusa 21, pertenece también al término municipal de Frómista. Hay restos de la cimentación de la fábrica de harinas y de la casa del esclusero.

El acueducto sobre el río Ucieza es otra de las construcciones del Canal pertenecientes al termino municipal de Frómista, conservándose la totalidad de la obra hidráulica original, construido en sillería de piedra caliza. En esta zona se mantienen dos arquetas de riego conocidas como Carreboadilla y Carrebacas.

Además, es uno de los puntos estratégicos del Camino de Santiago, en plena Tierra de Campos, y que cuenta con un maravilloso patrimonio, que permite a los peregrinos disfrutar de algunas de las principales joyas del Arte Románico de todo el mundo.

Destaca de su historia medieval el año 1066, cuando según el testamento de la Reina Doña Mayor se lleva a cabo la fundación del Monasterio de San Martín, que nos deja su laureada iglesia románica. En 1118, la reina Doña Urraca, dueña del monasterio, hace donación de éste y de su jurisdicción a los monjes benedictinos de Carrión. Desde el siglo XII hasta el siglo XV, Frómista estuvo dividida en dos jurisdicciones distintas: por una parte, el señorío eclesiástico que poseía el Abad de Carrión sobre el barrio de San Martín, y por otra, el señorío civil que ejercían los señores de Frómista sobre el resto de la villa. Entre estos últimos, destaca Gómez Benavides, que en 1427 consiguió unificar ambas jurisdicciones, al añadir el barrio de San Martín a su señorío, y en 1436 fundó el Monasterio de Nuestra Señora de la Misericordia, de monjes benedictinos.

Por otro lado, a finales de la Edad Media, en tiempos de los Reyes Católicos, hay que situar una obra de arte de gran importancia: el retablo de la iglesia de Nuestra Señora del Castillo. Las obras maestras del arte medieval en Frómista, así como los hospitales que tenía para los peregrinos, son fruto del Camino de Santiago, la gran ruta cultural y espiritual, que une España con el Occidente cristiano. En la Frómista medieval aparecen los tres motivos que más fama han dado al pueblo: San Telmo, el milagro y los judíos.

Los siglos XVI, XVII y XVIII son tiempos de decadencia. El régimen señorial pesaba sobre los pueblos, y no es extraño que la mayor parte de las gentes de tierra de Campos mostrara simpatía por el movimiento comunero. Sin embargo, el ejército comunero se hacía gravoso allá por donde pasaba. En 1521, a su paso por Frómista los vecinos se vieron obligados a pagar 250 ducados de oro para librarse del saqueo.La expulsión de los judíos, las pestes y otros desastres aceleraron la decadencia de la villa.

Aquel panorama desolador comienza a cambiar cuando, a finales del siglo XVIII, se construye el canal de Castilla. En 1773 el canal alcanza Frómista, construyéndose cinco esclusas, cuatro de ellas unidas mediante el mayor salto de agua de toda la ría. El Canal supuso una animación moderada de la economía, propiciando el regadío, el transporte y la aparición de fábricas de harina.

Durante la primera mitad del siglo XIX la población aumenta, y se estabiliza en torno a los 1500 habitantes. Hacia 1865 llega a Frómista el ferrocarril del Norte. Fue otra oportunidad para el pueblo, que tal vez no se aprovechó debidamente, a causa de las dificultades económicas de toda la región.

Frómista ha tenido que superar en el siglo XX las crisis que hicieron presa en toda la España rural. La población actual es de unos 1000 habitantes. Sin embargo quedan motivos de esperanza vinculados a los dos caminos legados por la historia. El Camino de Santiago hace de Frómista etapa obligada para los amantes de la cultura. El camino de agua, el canal de Castilla, con acequias para los nuevos regadíos, ofrece posibilidades para una agricultura más intensiva y variada, con mejores expectativas de producción. Además, el turismo es otro de sus motores económicos, ya que cuenta con algunos de los monumentos más impresionantes de España, entre los que destacan:

Iglesia de San Martín de Tours

Templo católico erigido en la segunda mitad del siglo XI, por orden de doña Mayor de Castilla como parte de un monasterio de San Martín, hoy desaparecido. Las primeras noticias en las que se hace referencia a esta iglesia datan del año 1066, en el que ya se había iniciado su construcción. Su estilo se relaciona con el románico de la zona de Palencia así como con la catedral de Jaca ya que alguno de sus canteros pudo haber trabajado en esta edificación.

En el año 1118 pasó a depender del priorato benedictino de San Zoilo, en Carrión de los Condes. Los monjes lo abandonaron poco después, en el siglo XIII, y lo cedieron a Don Juan Gómez de Manzanedo. Tras cambiar de mano en varias ocasiones durante la Edad Media, y tras su definitiva separación del monasterio, la iglesia sufrió diversos añadidos durante el siglo XV: una torre que serviría de campanario sobre el cimborrio original, y varias dependencias que hicieron de sacristía. Tras estas últimas noticias medievales, el templo sufre un progresivo deterioro, que lleva a que a finales del siglo XIX sea declarado inadecuado para el culto.

La labor de restauración del templo se inicia poco después de su declaración como Monumento Nacional en 1894. Los trabajos de restauración quedan en manos del arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amoroso, quien se propone devolver el templo a su estado original, eliminando los añadidos posteriores. Los capiteles y canecillos más deteriorados fueron trasladados al Museo Arqueológico de Palencia, y sustituidos por reproducciones.

Las tareas de reconstrucción finalizaron en 1904, fecha en la que definitivamente se reabrió al público. En la actualidad puede contemplarse, en el interior de la propia iglesia, una maqueta que representa su situación en el momento de acometer su restauración. En 2010 se realizó una labor de mantenimiento y restauración de las vidrieras.

Iglesia de San Pedro

Es una iglesia gótica que se comenzó a construir en el siglo XV. No obstante, no recibe su forma definitiva hasta el siglo siguiente. Tiene una torre de cuatro cuerpos, de aspecto rotundo y macizo. Uno de los elementos más interesantes del exterior es la portada renacentista, trazada por Juan de Escalante hacia 1560. También cabe destacar el grupo del Descendimiento, de la escuela castellana de Juan de Valmaseda, y dos imágenes esculpidas: San Pedro y San Pablo, del siglo XV. En las naves laterales del templo hay dos lienzos de Gregorio Ferro, discípulo de Mengs: uno con la imagen del Crucificado; y otro con la de San José.

En el interior, el templo se organiza en cinco tramos y tres naves divididas por pilares fasciculados, que soportan bóvedas de crucería estrellada con combados. Presidiendo el presbiterio se alza el retablo mayor, diseñado por Francisco Trejo en 1636. Sigue el esquema clasicista, ordenado y monumental, que caracteriza a los retablos del momento, inspirados en motivos herrerianos.

Iglesia de Santa María del Castillo

Declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1944. De estilo gótico ojival es un templo de tres naves. Sufrió, en 1980, el robo de Erik el Belga de doce de las veintinueve tablas hispano flamencas que coronaban el retablo mayor. Desde 2008 alberga un espectáculo audiovisual sobre las historias y leyendas del Camino de Santiago, llamado Vestigia, Leyenda del Camino.

Ermita del Otero

Consta de una sola nave de trazado gótico, reformada en el siglo XVIII. En su interior tiene una Virgen escultural de la Virgen del Otero, románica, perteneciente al siglo XIII, sentada con el niño y que ha sido sometida recientemente a restauración.