Turismo

¿Qué ruta senderista esconde las más espectáculares formaciones montañosas de España?

Famillias de buitres leonados y una bonita ermita templaria sorprenden a sus visitantes

Cañón del río Lobos: el enigma de la perfección
Cañón del río Loboslarazon

España es un país con una naturaleza privilegiada, y con la llegada del intenso calor se buscan los lugares más frescos para poder disfrutar de la página deportiva. Por este motivo, el senderismo es es una de las actividades más demandas por los amantes del aire puro. Por ello no es de extrañar que existan más de 200 rutas de Gran Recorrido de miles de lugares únicos.

Por este motivo es muy osado decir cual es el mejor recorrido, por que son muchos, y cada uno elige el preferido para él, para hay uno que destaca por la espectacularidad de sus formaciones montañosas. No es otra que la ruta senderista del Cañón del Río Lobos, situada en el Parque Natural que lleva el mismo nombre, en la provincia de Soria en sus tres cuartas partes y una en Burgos.

Las 10.176 hectáreas que comprende el paraje del Cañón del Río Lobos son territorio de Santa María de las Hoyas, San Leonardo de Yagüe, Casarejos, Herrera de Soria, Nafría de Ucero y Ucero (todos éstos en la provincia de Soria) y Hontoria del Pinar (provincia de Burgos). Fueron declaradas parque natural por Decreto de la Junta de Castilla y León el 10 de octubre de 1985, en atención a sus singulares atributos naturales. Posteriormente, en 1987, se declaró ese mismo ámbito Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Morfológicamente se trata de un profundo tajo excavado en las calizas mesozoicas del cauce fluvial, que ha dejado a la vista enormes paredones de varias decenas de metros de elevación. Este tajo es fruto de una doble erosión: la debida al desgaste del propio río y la debida a la disolución de la roca por el agua.

Toda el área es un inmenso karst con muchas cuevas y simas, además de sumideros. El acuífero kárstico del cañón está formado por calizas del cretácico que se apoyan sobre una base impermeable de margas. Además es muy vulnerable a la contaminación ya que su parte no saturada no depura de manera idónea el agua que le llega, es por esta razón que los pueblos que vierten al río Lobos tienen que tener especial cuidado a la hora de depurar sus aguas.

 

La población vegetal que habita este espacio natural está compuesta por diferentes especies entre las que destaca los emblemáticos sabinares de sabina albar. Junto a este árbol se pueden ver poblaciones abundantes de pino pudio, quejigo y encina. En los espacios cubiertos de matorral se pueden ver enebros, gayubas y aliagas, que se complementan con tomillo, espliego y salvia. Las riberas están pobladas por los chopos, alisos, álamos y los sauces y en las aguas hay nenúfares, eneas y lentejuelas.

Su interior se ha erigido en un espacio propicio al desenvolvimiento de diversas especies animales que han encontrado en él un hábitat adecuado. Las de mayor presencia son las aves, y entre ellas las rapaces como el alimoche, el halcón, el águila, el azor y el búho real, y predominantemente el buitre leonado, que puebla las cornisas de los farallones y sus oquedades y que se mantiene en permanente vuelo por la bóveda virtual del cañón. También algunos mamíferos han encontrado acomodo en la hoz del río y en las aguas de este conviven truchas y nutrias. También hay un gran número de especies de anfibios, reptiles y peces como la rana, la lagartija, la culebra, la víbora hocicuda y el barbo.

Para recorrer este paraíso natural todo el parque está atravesado por innumerables pistas y caminos, y muchos tramos han sido balizados como pequeñas rutas mediante las características marcas blancas y amarillas. Sin embargo, son cuatro las sendas principales que permiten recorrer las zonas más relevantes del parque y que son más que suficientes para tener un excelente conocimiento del mismo.

1. Senda del Río

La Senda del Río es una ruta lineal que sigue el cauce del río Lobos de un extremo del Parque Natural al otro, recorriendo los 25 kilómetros que separan el puente romano de Hontoria del Pinar en Burgos del puente del nacedero del río Ucero a la salida del Cañón en tierras sorianas. Es sin duda la senda más relevante del Parque, tanto por su envergadura como por su popularidad, y porque permite acceder al alma de este espacio natural, que es el interior del cañón en si.

 

La senda tiene varios puntos de acceso, no sólo desde sus dos extremos sino también desde su punto intermedio en el Puente de los Siete Ojos, haciendo que sea fácil conocer diferentes zonas de la misma. La ruta no presenta apenas dificultad, siendo prácticamente llana en todo su trazado, y aunque el suelo puede ser un poco irregular en algunas zonas. Es importante tener en cuenta que en épocas de crecida el camino puede resultar intransitable y el cauce imposible de cruzar por las piedras pasaderas en algún tramo.

2. Senda del Castillo

Es la única que no pasa por el eje central del Cañón. Se trata de un itinerario circular que discurre en torno al tramo alto del río Ucero, entre el nacimiento del río y su paso por el pueblo de Ucero. En su recorrido se pasa por el castillo de Ucero, de libre visita, y se atraviesa un túnel romano que formaba parte de la conducción de agua a la ciudad romana de Uxama a 20 kilómetros de distancia.

Al tratarse de un recorrido circular se puede empezar a andar en cualquier punto, pero quizás lo más recomendable sea iniciar el camino en la Casa del Parque, aprovechando para visitar el interesante centro de interpretación.La Senda del Castillo es una ruta muy variada, muy interesante, y diferente. Ofrece una alternativa más tranquila que la zona de la ermita en días de mucha afluencia de público. Además, desde el castillo se disfrutan espectaculares vistas hacia el propio Cañón y el Alto de la Galiana.

 

El paseo tiene una duración de unas dos horas y no presenta grandes dificultades, excepto una buena cuesta para subir al cerro del castillo. La senda incluye el paso por un túnel romano de 133 metros de longitud. También hay que tener en cuenta que el sendero cruza el cauce del río Chico, que normalmente se encuentra seco pero en época de lluvias puede representar un obstáculo (consultar antes con la Casa del Parque).

3. Senda de las Gullurías

La Senda de las Gullurías es otra ruta circular, en este caso de unos nueve kilómetros de largo, con punto de partida y llegada en la Casa del Parque de Ucero.Permite ver la zona más conocida del Parque Natural desde otra perspectiva: desde lo alto. El nombre de la senda hace alusión al Mirador de las Gullurías, el hito principal de este recorrido, desde donde se tiene una gran vista panorámica sobre el Cañón a la altura de El Cuartal.

Otro aliciente de este sendero es que sus primeros kilómetros que permiten conocer la agreste paramera, un entorno de pedregales, sabinares, jaras y plantas aromáticas que supone uno de los principales ecosistemas de esta zona, y disfrutar de unas bonitas vistas hacia el sur, donde cierran el horizonte las montañas del Sistema Central.

 

Este sendero ofrece pocas dificultades para cualquier caminante, una vez superada la fuerte cuesta al inicio del camino. En épocas de crecida, cuando no es posible cruzar el río Lobos siguiendo la Senda del Río, la Ruta de las Gullurías constituye una manera alternativa de llegar hasta la ermita, yendo y viniendo por el camino de la paramera.

4. Senda de Hontoria

En Hontoria del Pinar el río Lobos inicia su travesía por la meseta caliza que abarca el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, enfilando un angosto valle que poco a poco se va profundizando y ensanchando. En este primer tramo del Cañón surge un paisaje muy distinto al de los altos farallones que caracterizan el último tramo del Cañón cerca de Ucero. Aquí el río se adentra en un tupido pinar donde de vez en cuando el visitante se topa con algún afloramiento rocoso, enmarcado por los árboles. Es una zona más primitiva, más íntima, menos transitada, pero igualmente recomendable del Parque Natural.

La Senda de Hontoria es una ruta circular de poco más de 10 kilómetros de largo que lleva por este primer tramo del Cañón del Río Lobos hasta el paraje de La Isla, para luego remontar por un camino lateral a los sabinares del páramo de El Hocino y retornar a Hontoria bajando por un empinado barranco que desemboca en el famoso puente romano de esta localidad burgalesa.

Dejando atrás el río, se sube por unos pinares hasta llegar al paraje de Los Tres Vallejos. En este cruce de caminos, para volver a Hontoria hay que coger el desvío que lleva al sabinar de El Hocino. Sin embargo, en este área existe la posibilidad de alargar la ruta en unos cinco kilómetros para conocer uno de los parajes más bonitos del Parque Natural: el Mirador de Costalago. Para ello, se sigue la señalización de La Sierra / El Portillo Ancho, y de ahí pasando por Cabeza La Gayuba llegamos al Portillo de Costalago. .

Además de estas cuatro rutas el Parque Natural del Cañón del Río Lobos cuenta cuenta con numerosos recorridos, así como con otros parajes de relieve que sorprende a sus visitantes. El más destacado es la Ermita templaria de San Bartolomé, fechada en siglo XIII que conserva prácticamente intactas las formas románicas, formó parte de lo que fue un monasterio que la tradición ha atribuido al Temple.

Se trata de un lugar que no solo llama la atención por su misterio y las leyendas que se asocian a él, sino por su ubicación, en pleno corazón del Cañón del Río Lobos. Uno de los espacios naturales más importantes de la provincia de Soria. El templo está rodeado de un halo de misterio. Diversas teorías consideran que este lugar fue sede templaria de San Juan de Otero, dentro del obispado de Osma. La simbología que se puede apreciar en diversos lugares del templo, como los canecillos o los capiteles, tiene referencias constantes a los templarios. Además, se cree que el convento templario de San Juan de Otero se encontraba a unos cuatro kilómetros de la ermita, cerca de los actuales restos del Castillo de Ucero, considerándose que todo ese territorio pudo ser propiedad de la Orden del Temple.

Diversos investigadores consideran además que los templarios, a través de su arquitectura en la ermita de San Bartolomé de Ucero, consiguieron amplificar el poder del Cañón del Río Lobos. Un lugar que hoy en día sigue teniendo un gran poder en la Península Ibérica. Su ubicación también es enigmática, ya que poca gente conoce que la ermita del Cañón del Río Lobos se encuentra en el lugar equidistante de los dos extremos de la Península: en Cabo de Creus en Gerona y el Cabo Touriñán en Galicia. Una circunstancia que otorga a esta ermita de una mayor dosis de misterio.

 

Son muchos los elementos de la ermita cuya simbología conduce a la Orden del Temple. Uno de ellos es una losa en el suelo de la ermita, que algunos reconocen como la Cruz de la Orden del Temple, y sobre la que otros afirmaban que llegaba a iluminarse algunos días del año en función de la posición del sol, que podía atravesar el rosetón existente en la ermita. Algo, esto último, que diversos estudios han confirmado posteriormente, confirmando que el sol ilumina la losa durante el solsticio de invierno (entre el 20 y 23 de diciembre).

Asimismo, existen estrellas invertidas de cinco puntas, un pentáculo invertido, rosetones de seis corazones entrelazados y diferentes símbolos numéricos. Especialmente notable es la Cruz de las Ocho Beatitudes grabada en uno de los capiteles de la entrada. Esta cruz de ocho puntas era la que los templarios utilizaban como clave de un alfabeto secreto y la que utilizaban para realizar el trazado octogonal de las capillas templarias.

La ermita de San Bartolomé fue construida por los templarios en un lugar muy concreto. Uniendo los principales bastiones templarios de la Península Ibérica, se puede dibujar una cruz en el mapa con la ermita de San Bartolomé justo en el centro, en el corazón de una zona con una antigua historia mística.