Opinión

El Quijote no cabe en otra lengua

"El Castellano no es la lengua más hablada, pero sí la más viva"

La escritora y columnista zamorana Olga Seco
La escritora y columnista zamorana Olga SecoLa RazónLa Razón

Pienso que somos únicos. Por supuesto, no por arrogancia, sino por herencia. Lo llevamos inscrito en las venas del idioma que hablamos, en el ritmo con el que conjugamos las penas y en la arquitectura de nuestras frases. El castellano (el español) no es sólo una lengua: es un ecosistema emocional donde cada palabra pesa, sugiere y late. ¿Saben qué pienso? Qué nadie ha sido capaz de traducir el alma del Quijote sin que algo esencial se escape por el borde de la página... ¡Es imposible!

Claro que pueden trasladar su historia, sus diálogos, su humor, incluso su locura... Pero la tristeza luminosa de Sancho, el desconcierto metafísico del caballero, el temblor poético de Cervantes... eso se queda en casa. Porque la lengua no es sólo medio, es médula. Y el castellano, aunque compartido por millones, sigue siendo íntimo, concreto e incluso maleable. Sí, como el barro viejo y el silencio de un convento.

El Castellano no es la lengua más hablada, pero sí la más viva. Porque se ensancha en cada país y se afila con cada poeta. Porque en ella coexisten la mística de Teresa , el cuchillo de Valle-Inclán, la melancolía de Machado y la carcajada indecente de Cela. Porque el castellano no es neutro: seduce, hiere, consuela y arde. Hay idiomas que nombran el mundo, sí, y el nuestro, además, lo interpreta.

Por eso, cuando se habla de globalización literaria y se nos empuja a “adaptar” la voz, a “neutralizar” el estilo, yo me resisto. Creo que prefiero ser difícil de traducir que fácil de olvidar. Sí , prefiero que un lector se asome al castellano como a un abismo (lleno de ecos, de vértigo, de belleza irrepetible), antes que ofrecerle una versión pasteurizada, higiénica y sin alma. ¡Patético!

El Quijote, sí, ha sido traducido a todos los idiomas. Pero nunca ha salido del todo de La Mancha y por supuesto nunca ha dejado de hablar en castellano.

Y eso, amigos, no es chauvinismo: es memoria y gratitud.

Ya lo dijo Juan Ramón: “Traducir es destruir la música del alma”. Borges, que escribía en español pero traducía desde el inglés como si se desnudara... Lo ha dicho, de una forma u otra, todo aquel que ha sentido que el idioma que uno habla no es una elección, sino un destino...

"En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor". Díganme (sonrío) si en inglés, francés, italiano se siente igual... Podrán traducir las palabras pero jamás el alma de Cervantes. Su esencia sólo se acaricia en nuestra lengua.