Historia
El rey castellano que murió a causa de un apretón
El monarca perdía la vida mientras hacía sus necesidades durante el cerco de Zamora
Realidad o leyenda. Es difícil de saber, ya que han pasado más de mil años desde aquel suceso que ha pasado a los anales de la historia de España. Y con dos protagonistas de excepción. Por un lado el rey Sancho II de Castilla y, por otro, un legendario noble leonés, de nombre Vellido Dolfos, y muy conocido por aparecer en los cantares de gesta y romanceros.
Nos vamos al año 1063. Fernando I de León convoca una Curia regia y decide repartir su patrimonio entre sus hijos. Para Sancho el Condado de Castilla, para Alfonso, el Reino de León; para García, el Reino de Galicia y a Urraca y Elvira, el infantazgo o rentas de todos los monasterios. Y Urraca también se hacía con la ciudad de Zamora.
Pero Sancho, insatisfecho con este reparto, ya que se consideraba el primogénito y viéndose el más fuerte de todos comenzó la reunificación. Nombra alférez al Cid Campeador y fue haciéndose mediante pactos o guerras con todos los dominios rompiendo un pacto con sus propio hermano Alfonso al que desterró después de hacerse con León.
Fue entonces cuando la nobleza mostró su descontento y se refugia bajo las faldas de Doña Urraca en Zamora, convirtiéndose en el centro de la conspiración contra el monarca castellano. Consciente del peligro que corría para su reino, reúne a sus ejército y marcha hacia la ciudad para cercarla.
Y aquí tenemos que hacer caso de un cantar de gesta perdido, el "Cantar de Sancho II", que es citado por Alfonso X el Sabio en su "Historia de España". Vellido Dolfos idea un plan con la reina y sale de la ciudad para ganarse la confianza de Sancho II, arguyendo que iba a desertar de bando zamorano y para mostrarle una puerta para tomar la ciudad sitiada. De ahí el dicho también de "Zamora no se tomó en una hora". Y fue cuando el rey aceptó a comprobar la veracidad de esta puerta.
Y cuando Sancho vio dicha puerta, de repente tuvo un repentino apretón, por lo que apartándose del camino se quedó en cuclillas, totalmente desprovisto, momento en que el noble leonés aprovecho para insertarle la espada del propio monarca y a continuación, perseguido por el Cid, a refugiarse en la ciudad por aquella puerta secreta.
Aunque los historiadores han considerado a este personaje legendario, sí que está documentado la existencia de un tal "Vellit Adulfiz". Épica, leyenda o no, ya en el siglo XX se descubría en la capital zamorana una puerta en el lienzo noroeste del castillo de Zamora que pasó a denominarse el "Portillo de la Traición", nombre que fue cambiado en 2009 por "Portillo de la Lealtad", debido a que si para algunos fue un acto de villanía, el cometido por el tal Vellido Dolfos, para otro fue de heroísmo.
Desde el punto de vista histórico, aunque se sabe que Sancho murió en el cerco de Zamora, se desconocen las razones, aunque son muchos los estudiantes que han recitado estos versos del romance que forma parte del Cerco de Zamora:
"Rey don Sancho, rey don Sancho, no digas que no te aviso,
que de dentro de Zamora, un alevoso ha salido,
llámase Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Vellido,
cuatro traiciones ha hecho, y con estas serán cinco.
Si gran traidor fue el padre, mayor traidor es el hijo.
Gritos dan el real: A don Sancho han mal herido,
Muerto le ha Vellido Dolfos, gran traición ha cometido.
Desque le tuviera muerto, metiose por un postigo,
por las calles de Zamora, va dando voces y gritos:
Tiempo era, doña Urraca, de cumplir lo prometido"