El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero y la Universidad de Valladolid han firmado, por octavo año consecutivo, la renovación del convenio que consolida su colaboración con el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg (CEVFW), con sede en Padilla de Duero, Peñafiel (Valladolid). Esta alianza, basada en un firme compromiso con la cultura, el patrimonio y la investigación científica, busca impulsar la protección, el estudio y la divulgación de los vestigios arqueológicos de la zona de Pintia Vaccea, en el corazón de la ribera del Duero.

El convenio respalda la labor que dirige el profesor de Prehistoria Carlos Sanz Mínguez al frente del CEVFW. Gracias a este apoyo continuado, se han llevado a cabo importantes campañas de excavación e investigación que han contribuido al conocimiento en profundidad de la cultura vaccea, una de las civilizaciones prerromanas más influyentes de la cuenca del Duero.

La zona arqueológica de Pintia (declarada Bien de Interés Cultural en 1993) ocupa enclaves situados en Padilla de Duero/Peñafiel y Pesquera de Duero. En ella estudian, entre otros aspectos, la Arqueología del Vino cuya finalidad es aprender todo el proceso que discurre entre la aparición de la vid y su domesticación hasta la distribución y comercialización del vino en la Antigüedad. El uso y consumo del vino, fue considerado como un bien de prestigio y accesible a unos pocos que quedó restringido a circunstancias especiales, tanto religiosas como sociales. Estos hallazgos permiten establecer un valioso hilo conductor entre las raíces históricas de la Ribera del Duero y su consolidación actual como una de las zonas vitivinícolas más prestigiosas de Europa.

El trabajo del CEVFW, en línea con sus directrices estratégicas de difusión y puesta en valor, ha logrado acercar la historia de Pintia Vaccea al gran público, reforzando la identidad y el prestigio cultural de la comarca.

Desde la D.O. Ribera del Duero recalcan que la renovación del convenio supone una reafirmación del compromiso social y cultural del Consejo Regulador, que junto con sus bodegas y viticultores, impulsa acciones que trascienden la producción de vino. Esta apuesta por el conocimiento y la conservación del legado histórico se alinea con una visión integral del territorio: una Ribera del Duero que mira al futuro con responsabilidad, sostenibilidad y orgullo de sus raíces.

En palabras del presidente del Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero, Enrique Pascual, “esta alianza refleja nuestra voluntad de preservar la historia y la identidad de nuestro territorio, del cual nos sentimos profundamente orgullosos”. “Conocer nuestro pasado es esencial para entender la dimensión cultural del vino que elaboramos hoy en la Ribera del Duero. Desde el Consejo Regulador de la Ribera del Duero seguiremos apoyando activamente iniciativas que conecten patrimonio, sostenibilidad y comunidad”, concluye.