Agricultura

La sequía reduce en más de 20.000 hectáreas el regadío en Castilla y León en 2022, el primer descenso desde 2016

El único sistema de riego que incrementó su superficie en el último año fue el localizado, que creció un 3,29%, pero con apenas 35.299 hectáreas, por su utilización en viñedo, almendro y pistacho

Embalse de Almendra practivamente seco
Embalse de Almendra practivamente secoJesús FórmigoIcal

La grave sequía sufrida el año hidrológico 2021-2022, el tercero más seco de la serie histórica en España de los últimos 60 años, provocó el primer descenso de la superficie regada en Castilla y León desde 2016. La Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esryce) y su “Análisis de los Regadíos Españoles. Año 2022”, publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, revela que en el ejercicio de estudio la superficie regada en la Comunidad, ascendió a 451.989 hectáreas, lo que supone una merma del 4,2 por ciento respecto a 2021, en datos absolutos, 20.124 hectáreas menos.

La bajada en la superficie de riego se produce tras años de crecimiento constante desde 2016, cuando se situó en las 429.874 hectáreas, tras bajar desde las 449.145 de 2015. El año 2017, se elevaron hasta las 445.142; en 2018 subieron a 448.680; en 2019, hasta las 465.583; en 2020 llegaron a las 472.113; y en 2021 se alcanzó el récord de 472.113, para caer de nuevo en 2022, hasta las 451.989. Habrá que esperar al informe sobre la actual campaña para comprobar el impacto en los regadíos de la Comunidad, de otro año hidrológico muy seco al que se han unido unos costes de producción elevadísimos.

El estudio recogido por Ical, refleja que la superficie regada en Castilla y León se reparte mayoritariamente entre los sistemas de gravedad, aspersión y automotriz, con 108.783, 152.496 y 155.411 hectáreas, respectivamente. Muy por debajo se sitúa el riego localizado con un 7,8 por ciento de la superficie regada, es decir, 35.299 hectáreas.

En relación al año pasado, la superficie regada por gravedad bajó un 7,09 por ciento; por aspersión se redujo un 5,41 por ciento; y por sistemas automotrices se contrajo un 2,64 por ciento. “En el último año los sistemas motrices junto con el sistema de gravedad han descendido por la utilización de estos fundamentalmente en los cultivos de maíz, trigo blando y cebada de dos carreras”, expone el documento del Ministerio que dirige Luis Planas.

Por el contrario, el único sistema que incrementó su superficie en el último año fue el localizado, que creció un 3,29 por ciento. “El riego por goteo experimenta un progresivo aumento por su utilización en viñedo, almendro y pistacho, principalmente”, aclaran las mismas fuentes.

Cultivos

El informe precisa la distribución de los principales cultivos de regadíos en Castilla y León, que es, recuerda, “una Comunidad Autónoma predominantemente cerealista”. En este sentido, precisa que el cultivo mayoritario en regadío es el maíz donde prácticamente la totalidad de su superficie (98,81 por ciento) se riega. Le siguen el trigo blando y la cebada de 2 carreras, pero el regadío solo representa el 8,46 y 7,13 por ciento, respectivamente, de la superficie total de los cultivos.

La guerra de Ucrania tuvo también su impacto sobre los cultivos de regadío en la Comunidad, con el aumento en la campaña pasada del girasol sembrado. En concreto, la crisis de suministro de esta oleaginosa, provocó su aumento en la Comunidad, que llegó en regadío al 10,3 por ciento de la superficie total dedicada a esta variedad, el cuarto cultivo en importancia en cuanto a hectáreas regadas.

Por lo que se refiere al viñedo de transformación y alfalfa, se regó un tercio de la superficie aproximadamente. La remolacha azucarera y la patata al ser cultivos predominantemente de regadío en ambos alcanzan más del 95 por ciento de su superficie. Cabe destacar que la remolacha ha pasado a ser el noveno cultivo regado en importancia debido al descenso en su superficie, sobrepasado por la colza, cultivo con aproximadamente el 30 por ciento en superficie en regadío en 2022.

Todos estos cultivos representan el 86,15 por ciento de superficie de cultivo regada en la región.

Situación respecto a la media

Castilla y León sufrió una mayor pérdida proporcional de superficie regada en relación a la registrada para el conjunto de las autonomías españolas, donde ascendió a 3,77 millones de hectáreas, un 2,7 por ciento menos que el año anterior. En España, la superficie regada por gravedad (793.402 hectáreas), bajó un 8,19 por ciento; por aspersión (562.579), un 1,58 por ciento; por sistemas automotrices (312.579), un 3,98 por ciento; y el localizado (2,1 millones de hectáreas), un 0,66 por ciento.

El análisis también permite conocer la situación del regadíos en la Comunidad, en relación a otras autonomías. En Castilla y León se riega el 4,8 por ciento de su superficie geográfica lo que es el 12,77 por ciento de la cultivada.

Castilla y León es la tercera autonomía por superficie regada, en datos absolutos, por detrás de Andalucía, 1,1 millones de hectáreas; y Castilla-La Mancha, 585.377, y por delante de Aragón, la cuarta, con 414.864, y ya lejos, Valencia, con 279.603.

Sin embargo, Castilla y León se sitúa en décimo puesto del ranking en porcentaje de superficie regada sobre superficie total (4,8 por ciento), por detrás de murcia,15,52 por ciento; Andalucía, 12,58 por ciento; Valencia, 12,02 por ciento; Navarra, 9,89 por ciento; La Rioja, 9,27 por ciento; Aragón, 8,69 por ciento; Cataluña, 8,18 por ciento; Castilla-La Mancha, 7,37 por ciento; y Extremadura, 6,21 por ciento.

Asimismo, se va a hasta el puesto 12 si se compara la superficie regada con la total sembrada (12,72 por ciento), por detrás de Canarias, 59,76 por ciento; Valencia, 44,8 por ciento; Murcia, 37,51 por ciento; Cataluña, 32,13 por ciento; Navarra, 31,66 por ciento; Andalucía, 31,15 por ciento; La Rioja, 29,55 por ciento; Extremadura, 25,16 por ciento; Aragón, 23,35 por ciento; Castilla-La Mancha, 15,92 por ciento; Baleares, y 13,82 por ciento.