El SOS de un pequeño pueblo de Burgos para "salvar" a su escuela del cierre

La pérdida de población es el principal problema del medio rural en España, y repoblarlo, el gran desafío. Los pueblos, sobre todo los pequeños, carecen de servicios básicos como cobertura a internet o telefonía y televisión y además se están quedando sin bares, sin atención sanitaria, sin comercios, sin oficinas bancarias, sin colegios y, en definitiva, sin vida.

Y es que es esta falta de servicios lo que provoca no solo que los pocos habitantes que tienen se estén marchando, sobre todo los más jóvenes, si no lo que es peor, que nadie de fuera quiera instalarse en esos lugares.

Una triste realidad que pone en riesgo el futuro en muchos entornos rurales pese a los esfuerzos de alcaldes y vecinos que no se resignan a tirar la toalla y que ven en la mal llamada España vaciada una oportunidad y no un problema.

Si bien, como en la Galia de los tebeos de Astérix y Obélix, esa aldea que le resistía a los romanos, todavía quedan muchos otros pueblos que se resisten a tirar la toalla tan fácilmente, y que pelearán hasta el final porque su pueblo pueda seguir teniendo un futuro.

Es el caso de la pequeña localidad burgalesa de Regumiel de la Sierra, en plena sierra de La Demanda y de la zona de Pinares colindante con la provincia de Soria. Un municipio situado a 85 kilómetros de Burgos capital, que está enclavado en un paraje singular y muy atractivo, por cuanto se ubica entre la Sierra de Neila y la Sierra de Urbión.

Un pueblo que está a más de 1.100 metros de altitud sobre el nivel del mar, que cuenta con apenas 320 habitantes censados, y que acaba de alzar la voz para salvar el colegio de toda la vida, el Colegio Rural Agrupado (CRA) "Sierra de Pinares", en serio riesgo de cerrar el próximo curso escolar si no llegan algunas familias que matriculen a sus hijos. De hecho, durante el pasado curso que acaba de terminar el pasado viernes solo tenían a tres niños matriculados, el mínimo exigible en la Comunidad para mantener una aula rural abierta pero siempre y cuando haya perspectivas de que venga algún niño más.

El problema es que, de momento, esto no parece que vaya ocurrir sino todo lo contrario, ya que dos de estos tres menores que estaban matriculados en el colegio el curso que viene dan el salto al instituto, por lo que solo habrá un niño estudiando en el centro.

Ante esta situación, el ayuntamiento de Regumiel que preside el popular José Luis Vázquez, no se ha quedado de brazos cruzados ni mirando las musarañas y ofrece un alquiler social en una de las viviendas municipales de que disponen y que además está restaurada de hace no mucho, para que en ella pueda instalarse una familia con hijos en edad escolar y así evitar el cierre de la escuela, que en la década de los años 90 del pasado siglo llegó a tener más de 90 alumnos.

Además, el Consistorio pagará 800 euros a aquellas familias que inscriban a un niño en el colegio, y llevan tiempo trabajando en la construcción y restauración de viviendas para facilitar la llegada de familias, así como intentando favorecer nuevas oportunidades de empleo y fomentando el teletrabajo gracias a una sólida red wifi con la que puedan instalarse los emprendedores.

Un municipio que tiene al sector maderero como protagonista, y de hecho cuenta con varios aserraderos y empresas de madera que dan trabajo a la mayor parte de los vecinos del municipio y alrededores. Regumiel de la Sierra es un municipio muy interesante para visitar también.

Cuenta con una Necrópolis medieval en muy buen estado de conservación con unas 120 tumbas excavadas sobre un risco junto a la iglesia parroquial de San Adrián Mártir, que fue incendiada por los franceses en la Guerra de la Independencia el 16 de diciembre de 1811, pero se reconstruyó casi en su totalidad, y hoy en día pueden verse los disparos en la torre del campanario. Además, la huella de los dinosaurios que habitaron esta zona hace millones de años está muy presente en el pueblo, en concreto en el paraje de 'La Muela' o en el Parque de 'Los Dinosaurios' del barrio de Las Ventas.

En el municipio son conscientes del problema que hay y añoran un pasado que, como dice el dicho, siempre fue mejor, aunque no siempre, pero sí al menos en este caso del colegio que se ha quedado sin niños. Si bien, los vecinos de Regumiel quieren ser optimistas y confían en que tras las vacaciones de verano, en el patio del colegio se siga escuchando las risas y los gritos de los escolares.