Gastronomía
Temporada "magnífica" de la trufa de verano en los montes de Castilla y León
“Están todas sanas y con una calidad excelente”, aseguran los expertos
La campaña de trufa de verano 2025 está siendo “magnífica” en buena parte del territorio de Castilla y León, gracias a unas condiciones meteorológicas favorables y a la madurez de las plantaciones forestales, según ha informado la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid (UVA).
La red de parcelas de seguimiento que mantiene la Cátedra, auspiciada por la Diputación de Palencia, ha constatado una excelente producción y calidad de Tuber aestivum en zonas montañosas con suelos calizos del norte y este de la comunidad, impulsada por las abundantes lluvias primaverales. “Están todas sanas y con una calidad excelente”, ha señalado el director de la Cátedra, Juan Andrés Oria de Rueda.
La campaña se está desarrollando principalmente en reforestaciones de entre 10 y 25 años de edad impulsadas por la PAC, en terrenos que, a pesar de ser considerados poco rentables por su pedregosidad, se están revelando altamente productivos para esta especie fúngica.
A diferencia de la trufa negra de invierno, la de verano fructifica también con pinos y cedros, además de encinas y robles, y en altitudes entre 800 y 1.500 metros, lo que amplía notablemente su potencial de cultivo.
Empresas biotecnológicas como la palentina IDForest trabajan en la reinoculación de montes y plantaciones para favorecer su desarrollo, incluso en suelos más arcillosos y menos calcáreos.
Además, estas trufas suelen crecer más superficialmente que las de invierno, lo que facilita su localización con perros adiestrados.
El precio medio de venta se sitúa en torno a los 80 euros por kilo, inferior al de la trufa negra, pero compensado por la elevada producción y la posibilidad de recolección en reforestaciones de coníferas, avellanos y otras frondosas.
Según el subdirector de la Cátedra, Pablo Martín Pinto, estas plantaciones, además de su valor económico, actúan como eficaces cortafuegos, ya que su densidad controlada (200-300 árboles por hectárea) mejora la resistencia de los árboles a la sequía y al cambio climático, informa Efe.