Cataluña

Se busca a la nueva Rosalía

La superestrella catalana promete nuevo disco en 2020, pero hasta que eso ocurra el nuevo deporte musical por excelencia es apostar por quién podría repetir su proeza

GRAF6717. MADRID, 10/12/2019.- La cantante Rosalía ofrece en Madrid su primer concierto en el WiZink Center y el último en España de su actual gira, la que la ha llevado de fenómeno nacional con "Malamente" a ser la primera cantante en español que resulta nominada al Grammy como "mejor nuevo artista". EFE/ Juanjo Martin
GRAF6717. MADRID, 10/12/2019.- La cantante Rosalía ofrece en Madrid su primer concierto en el WiZink Center y el último en España de su actual gira, la que la ha llevado de fenómeno nacional con "Malamente" a ser la primera cantante en español que resulta nominada al Grammy como "mejor nuevo artista". EFE/ Juanjo MartinJUANJO MARTINEFE

¿Cuántos jugadores de baloncesto han quedado como un pistacho al decirles que eran «el nuevo Michael Jordan?» Hay respuesta, no es una pregunta retórica, 125. ¿Cuántos jugadores de fútbol han parecido más pequeños que un sello pegado en el pezón de Napoleón cuando se les ha llamado «el nuevo Messi»? Aquí la respuesta es 25, pero cada día hay uno más, así que en 2021 promete haber 390. ¿Y cuántas cantantes empezarán a sentir el vértigo de las comparaciones imposibles cuando les digan que serán «la nueva Rosalía»? Es difícil de saber.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero eso es ser un poco desagradable con las comparaciones, pobrecitas. Las comparaciones son inevitables, porque el afán de la humanidad siempre ha sido convertir en normal lo extraordinario. Tiene que haber una nueva Rosalía. ¿Es un crimen querer que se repita cada día lo que ha logrado la cantante catalana? No, y quien diga que eso es odioso es que tiene un serio problema de herpes emocional.

El fenómeno Rosalía está claro que es extraordinario. Las probabilidades que se repita son escasas. Un estudio de la Universidad lo ha calculado, son de tres millones a una, pero todo el mundo sabe que los estudios de la Universidad de Sheffield son una tontería. Un estudio de la Universidad de Stanford dedujo que 3 de los 4 peores investigadores de Inglaterra trabajan en Sheffield.

Y encontrar una nueva Rosalía no significa que la vieja tenga que desaparecer. La pobre sólo tiene 26 años y ya la quieren retirar. No, qué va. En 2020 ya ha anunciado que publicará nuevo disco, y mientras esperamos cerró este 2019 con maravillas como «A palé» y todavía tiene en la recámara multitud de colaboraciones, incluída su unión con la otra gran estrella mundial del nuevo pop transgénero, Billy Eilish.

Por tanto, ¿es odioso buscar nuevas estrellas de la música que homogenicen el gusto y hagan bailar y ser felices a una gran mayoría? No, claro que no. Y no es que las nuevas Rosalías tengan que surgir de una nueva fusión del flamenco con las músicas urbanas, no, se busca el fenómeno, no la literalidad del estilo. Aquí hay pop, trap, reguetton, hip hop, electrónica, sólo que ahora nadie sabe distinguir qué.

Después de que las esperanzas recayeran en Bad Gyal y su revisión del dancehall, la búsqueda del nuevo fenómeno nacional que conquiste el mundo se desplaza a talentos puros, pero todavía emergentes como Clara Rueda y su mezcla entre indie, jazz, dancehall y reggae; o la dj Laura Fernandez Etxeberria (Alvva), cuyas mezclas, cambios y breaks podrían catapultar a una nueva generación al punto de mira del gusto genérico y masivo.

Las nuevas generaciones están enseñando a escuchar música sin prejuicios. Sin embargo, no existen juicios que no sean a priori. Esa es una de las mayores falsedades que la estética ha establecido para conservar el poder de determinar para los demás qué es lo bueno y qué es lo malo. No existe opinión que no se base en una idea previa surgida de la propia inseguridad del individuo. Es decir, no hay, no existe razón real para que te gusten los Beatles, sólo un prejuicio determinado a priori por una historia de valoración. ¿Puede esa valoración de lo que hasta ahora se ha creído como bueno cambiar? ¡Claro! ¿Pueden los Beatles pasar a ser una basura? Sí, sin lugar a dudas. ¿Qué lo impide? Los prejuicios.

Así que los prejuicios no son malos, han conformado nuestras opiniones desde que la historia es historia. Sin ellos, no habría valoración posible y valdría todo. Las nuevas generaciones nos han enseñado a escuchar sin prejuicios, así que ahora vale todo. Y los Beatles son la peor cosa que le ha pasado a la música desde que Los del Río dejaron de cantar. ¿Cómo valorar ahora la música? Pues como una lucha encarnizada entre lo que decides que te gusta y lo que decides que no? Y todas estas cantantes gustan y mucho. ¿Las nuevas Rosalías? Que lo sean o no no les añade ni un gramo de valor, porque lo suyo es música o como tal es un premio en sí misma.

Estrellas para todos

Por ejemplo, podríamos hablar de Adriana Proenza, una joven asturiana que estira todo la potencia de la rigidez pop para convertirse en algo así como una futura Taylor Swift. En 2018, con sólo 18 años, publicaba «Songs I worte with Corey», una colección de historias de mala suerte y desamor con una inteligente mezcla entre el inglés y el español para hacer viajar la imaginación a lugares donde sufrir muy a gusto, aunque parezca contradictorio. En este 2020 promete ser el año de su diluvio universal. De momento, ha presentado una nueva colaboración con Luichi Boy para abrir el apetito. Y si no te quieres mover de Asturias, de allí también sale Lorena Álvarez, mucho más que la última skywalker del indie.

Y no hay que olvidarse de la argentina Cazzu, el último fenómeno del universo trap. Ni tampoco hace falta que sea una mujer contra el mundo. También puede ser una mujer y un hombre como Monterrosa, que con su tecno pop llevan un año asombrando a la espera de ese gran trabajo que los catapulte definitivamente a primera línea de fuego. Rocío Saiz y Enrique F. Aparicio parecen destinados a grandes cosas.

Y el reggeaton creó estrellas

Las músicas urbanas están de moda o ¿lo estaban? No se sabe, pero hasta que el mundo se ponga de acuerdo hay que subirse a la ola y ver lo que quedará cuando el temporal amaine. Gente como Somadamantina y su vigor kitch de extrarradio que caua auténticos latigazos de emoción. «Hemroso» , bajo los kilos y kilos de efectos de lo moderno es una gran historia de amor, y cualquiera que sepa contar una historia de amor es que sabe de lo que habla. Tiene 27 años y ya la llaman leyenda. Y sí, todavía no la conocen en plan «El hormiguero», pero en «La resistencia» sería la invitada del mes.

Channel es otra de esas artistas que trascienden su época. Hubiese sido una genial mujer de la belle epoque, como de los locos años 20, y ahora en la era del todo vale, pues ella vale un poquito más. La jerezana ya ha colaborado con estrellas como Bad Gyal y ahora se espera que defienda sus estridencias y sus ritmos de tono cálido a un mundo que parece más que preparado para elevarla a donde se merece. Lo mismo se podría decir de Blondie, barcelonesa de 23 años, o la argentina Cazzu, la gran revelación dentro del mundo del trap de este 2019.

Del reggaeton también nacen estrellas, por supuesto, y una de las últimas son las hermanas gemelas Gara y Loida, conocidas como K-Narias. Apadrinadas por Don Omar se han convertido en el auténtico puente entre España y Latinoamerica y en 2020 se espera que suban un escalón más en una carrera que, por ahora, no parece que tenga límite.

A nivel internacional también hay un mundo donde elegir. De Noruega llega Sigrid, hija de familia de músicos que ha convertido su micropop en una orfebrería llena de momentos felices. Aunque el gran fenómeno de los dos últimos años, ahora a un nivel similar al de Rosalía, es Lizzo, auténtica fuerza de la naturaleza del nuevo R&B. A partir de aquí se puede hablar de Nonane, Hayle Kiyoko, Anne Meredith o City Girls. Así que el si todo vale, haz que seas tú quien le de valor, por favor.