Tarragona
La explosión destapa la falta de control del aire que respira Tarragona
Trabajo sanciona cuatro veces a la empresa y abre dos expedientes
A sus setenta y pico años, Francis aún recuerda el litoral de Tarragona sin fábricas, humos y sin la peculiar silueta del Dragon Khan, la famosa montaña rusa de Port Aventura. «Todo eran playas vírgenes y campos con melocotones y avellanas. Cuando los extranjeros lo descubrieron, aparecieron los turistas, pero dejaron de venir en cuanto empezaron a construir las primeras fábricas. De eso hará ya más de 50 años», explica todavía consternado ante el edificio donde el martes impactó la placa que salió disparada de la fábrica en la que se produjo la explosión, a 2,6 kilómetros, y acabó matando a su amigo el frutero, Sergio Millán. «¡Menudo regalo nos dejó Franco, un montón de fábricas que los alemanes no debían querer en su país!», exclama.
Hoy la industria química de Tarragona es el polo petroquímico más importante del sur de Europa. En los últimos diez años, ha facturado cerca de 66 mil millones de euros, representa el 6% del PIB de España y da trabajo indirecto a 36.000 personas, según la AEQT (Asociación Empresarial Química de Tarragona).
Amor-odio con la industria
«Tenemos una relación de amor-odio con la industria», admite Paola, una joven vecina del barrio de Torreforta. «Es evidente que vivimos expuestos a un riesgo, pero nos da trabajo y las condiciones laborales son buenas», resume.
Como pasa siempre, la explosión en Iqoxe, la empresa química que produce óxido de etileno, ha destapado las carencias de los planes de emergencia y uno de los conflictos mediomabientales más silenciados del país. ¿Es saludable el aire que respiran los vecinos de la industria química en Tarragona? Desde 2008, la plataforma Cel Net, que integran vecinos de los pueblos cercanos al complejo petroquímico, trabaja para conocer si el aire que respiran es perjudicial para su salud. En 2015, consiguieron que el Parlament de Cataluña aprobara la creación de una Mesa Territorial para la Calidad del Aire, pero cinco años después, la Generalitat no ha emprendido ninguna acción para reducir los niveles de emisiones contaminantes.
Esperando a la Generalitat
De hecho, la Generalitat no tiene estudios sobre la calidad del aire de la zona. Pero la plataforma Cel Net con la colaboración del Laboratorio del Centro de Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), donde trabajan José Francisco Perales Lorente y Eva Gallego, en 2014 empezó a hacer estudios alternativos para saber qué componentes respiran cerca de la industria petroquímica.
Perales, que es doctor ingeniero industrial, explica que los estudios sobre calidad del aire que mide la Generalitat sólo analizan los componentes primarios. Se sabe que el 90% de la población de Barcelona respira aire con niveles de dióxido de nitrógeno por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). O que las partículas en suspensión provocan 350 muertes al año en Barcelona.
En un primer estudio que hicieron en el polo norte del sector químico de Tarragona, detectaron dos compuestos contaminantes. El 1,3 butadié, un compuesto químico que proviene de procesar petróleo y cuya exposición crónica puede aumentar el riesgo de sufrir problemas respiratorios y cardiovasculares. Y el benzeno, que está reconocido como cancerígno. Perales advierte además de que la problemática en Tarragona es episódica. Hay picos de contaminación durante episodios cortos que no reflejan los pocos estudios que puedan haberse hecho, puesto que analizan periodos más largos.
Estos episodios pueden darse porque por motivos metereológicos no hay una buena dispersión del aire o porque haya una emisión puntual por parte de alguna de las empresas. Tras analizar el polo norte, ahora estudiarán el polo sur, donde Iqoxe. «Primero haremos un screening que analiza más de 300 compuestos para detectar qué elementos contaminantes puede haber en la zona», detalla Perales
La nube tóxica
Sobre el óxido de etileno, Perales explica que es una molécula sencialla derivada del etileno, un hidrocarburo que a temperatura ambiente es un gas incoloro. Es tóxico e inflamable, se enciende a 10 grados. Afecta a las vías respiratorias y puede producir irritación. Y una exposición prolongada cáncer, aunque al quemarse produce dióxido de carbono y agua, siempre que reciba la cantidad de oxígeno necesaria, cosa que pone en duda en una explosión. Perales no puede precisar si la nube que se generó tras la explosión era tóxica. «En una hora no hay tiempo de comprobarlo. Además, del óxido de etileno se quemó pintura y otros componentes», constata. Los análisis hechos han dado negativos.
El catedrático de toxicología de la Universidad Rovira i Virgili, Josep Lluís Domingo, también hace más de 30 años que intenta investigar la relación entre algunas enfermedades (alergias, problemas respiratorios o cáncer) y la industria química de Tarragona. Pero no ha logrado el apoyo de las administraciones. Ahora, lo sacará adelante con fondos propios.
Trabajo abre dos expedientes
Inspección de Trabajo de la Generalitat anunció ayer de que ha abierto dos expedientes a la química Iqoxe tras la explosión que ha dejado tres fallecidos y siete heridos. El conseller Chakir El Homrani activó la Inspección de Trabajo de Guardia cuando se produjo la explosión. El proceso será «largo y complejo» por el estado en que han quedado las instalaciones de Iqoxe, En los últimos años, Iqoxe había recibido cuatro expedientes sancionadores firmes por condiciones de trabajo y en materia de salud y seguridad laboral, con importes desde los 2.000 euros a los 8.000.
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