El desafío independentista

La mesa con la Generalitat sigue sin fecha

Debía arrancar antes de fin de mes. Las agendas de Sánchez y Torra estrechan aún más el margen para su celebración

El presidente catalán, Quim Torra, en el Palau de la Generalitat
El presidente catalán, Quim Torra, en el Palau de la GeneralitatNACHO DOCEREUTERS

La puesta en marcha de la mesa de negociación entre Govern y Gobierno sigue sin fecha. De hecho, hasta el momento, solo parece acumular retrasos y obstáculos. El acuerdo de investidura entre el PSOE y ERC fijó la creación del foro tan solo 15 días después de que se formara Gobierno –es decir, el 28 de enero como límite–, pero ese plazo se incumplió por cuestiones de agenda y porque tenía que celebrarse una reunión previa entre Pedro Sánchez y Quim Torra. De esa cita entre presidentes en el Palau de la Generaitat surgió una nueva fecha límite: el mes de febrero, pero a medida que pasan los días y, teniendo en cuenta el calendario político, se antoja más que complicado que se cumpla con ese compromiso.

Más allá de las agendas de Sánchez y Torra durante estas dos próximas semanas, que estrechan el margen de días para celebrar la reunión –el presidente del Gobierno tiene ambos martes Consejo de Ministros, ambos miércoles sesión de control en el Congreso y el jueves 20 de febrero acude a Bruselas a la reunión extraordinaria del Consejo Europeo sobre los presupuestos de la UE–, el presidente de la Generalitat también tiene por delante otro compromiso previo en Cataluña: reunirse con partidos y entidades independentistas para consensuar una posición sobre la mesa de negociación. Superado ese trámite, el equipo técnico del president fijará las bases de la mesa, según precisan en su entorno. Ese encuentro, que se desarrollará de forma «discreta», incluye a JxCat, ERC, la CUP, ANC y Òmnium, y las posturas distantes de cada actor hace muy difícil encontrar puntos de encuentro en aspectos del formato: en este sentido, los neoconvergentes son favorables a la presencia de un mediador mientras que los republicanos se muestran mucho más flexibles.

Esquerra, en este caso, teme que la figura del mediador se pueda convertir en un obstáculo para la puesta en marcha de la mesa de negociación. El partido liderado por Oriol Junqueras sospecha que puede ser una «excusa» de JxCat para hacer inviable el diálogo con el Estado y desgastar todavía más a ERC. Torra, por ahora, parece lejos de ceder: el president se aferra al apoyo que brindaron ERC y la CUP a una iniciativa en el Parlament que exigía el mediador.

En plena campaña preelectoral en Cataluña –Torra desvelará la fecha de las elecciones a partir del 18 de marzo, cuando se aprueben los presupuestos de la Generalitat–, las dificultades para el desarrollo de la mesa de negociación son máximas. Por eso, en Esquerra, aunque pretendan que se ponga en marcha ya sin esperar a que se forme un nuevo Govern, también son conscientes de la necesidad de superar esta fase tan incierta y por ello son partidarios de que la legislatura no se alargue más de la cuenta. Los neoconvergentes, en cambio, se inclinan por estirarla y convocar los comicios hacia otoño. Así desgastarían todavía más a los republicanos con la mesa de negociación –aunque son favorables a explorar el diálogo con Madrid–, y se reordenarían internamente y se prepararían con garantías para las elecciones.

La clave: CDR y antiseparatistas se enfrentan por el corte de la Meridiana

Dos grupos enfrentados de un centenar de personas en total, del grupo ‘Meridiana Resisteix’ que se concentra cada día contra la sentencia del 1-O –llevan 125 días– y de personas con banderas de España, se manifestaron ayer por la tarde en la avenida Meridiana de Barcelona. Un cordón policial y varios furgones de la Brigada Móvil (Brimo) de los Mossos d’Esquadra separó a ambos grupos enfrentados y evitaron que se registraran episodios de violencia.