Oriol Junqueras
Junqueras: el nuevo archivero de Tarradellas
Pasará allí dos meses en verano gracias a la aplicación del artículo 100.2
Oriol Junqueras, condenado a 13 años de prisión por un delito de sedición, recuperará las salidas semanales de prisión en verano. Gracias a la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que permite flexibilizar la estancia en la cárcel, el líder de ERC irá a trabajar al Arxiu Montserrat Tarradellas i Macià (AMTM) del monasterio de Poblet (Tarragona), formado por los fondos bibliográficos y documentales depositados por Josep Tarradellas, uno de los mayores símbolos de la Transición y protagonista del restablecimiento de la Generalitat de Cataluña. Junqueras hará allí investigación durante dos meses, según ha confirmado el propio AMTM.
Si hubiera que buscar un nombre que despertara controversia para el nacionalismo catalán, el de Josep Tarradellas nos vendría como anillo al dedo. Para muchos representó la recuperación de la Generalitat tras los años de represión franquista mientras que para otros fue un traidor a quien no le importó pactar con Adolfo Suárez y el Rey Juan Carlos. Su muy personal manera de entender la política, su aislamiento durante los años de exilio en Saint-Martin-le-Beau y que lo convirtieron en una especie de De Gaulle a la catalana, le generó algunos enemigos, algunos de ellos tan significativos como quien sería su sucesor en el cargo, Jordi Pujol.
Tarradellas conservó todo cuanto explicaba su aventura política y personal, desde su época como conseller al lado de Lluís Companys en los años de la Guerra Civil hasta su paso por la presidencia de la Generalitat de Cataluña, además de todo lo vinculado con su trabajo como oposición al régimen en el exilio. El 31 de diciembre de 1981 hizo donación al monasterio de Poblet de ese importantísimo fondo documental dándole el nombre de su hija Montserrat Tarradellas i Macià. Tras la muerte del president y de su esposa, el archivo pasó a ser propiedad de la comunidad religiosa de Poblet, además de enriquecerse con no pocas donaciones. Eso ha hecho que haya podido reunir legados de nombres e instituciones como Manuel Ortínez, el PSUC, Juan Antonio Samaranch, Carles Sentís, Jaume Miravitlles o Paul Preston, entre muchos otros. Son los documentos que explican una parte importante de la historia de Cataluña en el siglo XX.
Quien fuera uno de los fundadores de ERC y presidente de la Generalitat en el exilio después de la dimisión de Josep Irla, su predecesor en el cargo es un nombre incómodo que algunos han querido reivindicar. Tal vez la explicación la podemos encontrar en una carta al director publicada en “La Vanguardia” en 1981, un año después de ceder el cargo a Pujol. En ella escribía que “es desolador que hoy la megalomanía y la ambición personal de algunos, nos hayan conducido al estado lamentable en que nos encontramos y que nuestro pueblo haya perdido, de momento, la ilusión y la confianza en su futuro. ¿Cómo es posible que Cataluña haya caído nuevamente para hundirse poco a poco en una situación dolorosa, como la que está empezando a producirse?” En 1985, en una coloquio con un grupo de periodistas, Tarradellas crítico que Pujol hubiera optado por una línea política peculiar: “Nosotros somos formidables y Madrid siempre se equivoca". Hubo muchos que nunca le perdonaron que dijera que “la gente se olvida de que en Cataluña gobierna la derecha; que hay una dictadura blanca muy peligrosa, que no fusila, que no mata, pero que dejará un lastre muy fuerte”.
En un momento en que los ecos de la Transición y sus Pactos de la Moncloa vuelven a resonar con fuerza a raíz de la crisis del coronavirus, el líder republicano, encarcelado desde el 2 de noviembre de 2017, pasará en el archivo cuatro días a la semana durante 12 horas, tal y como autorizó el pasado jueves la junta de tratamiento del centro penitenciario de Lledoners. Hasta ahora, había estado en el campus de Manresa de la Universidad de Vic -donde salía tres días durante seis horas-, pero al estar cerrado por la crisis del coronavirus, acudirá a Poblet, donde también podrá preparar las clases y recuperar las horas no trabajadas por el confinamiento.
Junqueras, como el resto de presos, está clasificado en segundo grado y gracias a la aplicación del 100.2 ha podido empezar a salir de prisión para trabajar. De momento, continuará sin poder salir con permisos penitenciarios, que le permitirían una mayor libertad de movimientos fuera de prisión, porque no ha cumplido la cuarta parte de la condena -será a principios de 2021-.
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