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El desamparo de los restauradores en Barcelona: “La desertización del centro es real”

El Gremio denuncia las trabas burocráticas del Ayuntamiento de Colau para ampliar terrazas

Toda Cataluña en fase 3 desde este jueves
Un hombre en una terraza del centro de BarcelonaEnric FontcubertaEFE

La relación entre el Gremio de Restauración de Barcelona y la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, nunca ha sido fácil. La alcaldesa sueña con una ciudad sin coches, pero también con las menos terrazas posibles. Es decir, todo por y para el peatón. Lo que antes de la pandemia era un desencuentro sonado, ahora se ha convertido en un “grito de auxilio”. El Gremio ha hecho pública una nota en el que radiografía las trabas burocráticas del Ayuntamiento para llevar a cabo una ampliación de terrazas con la que salvar, en la medida de lo posible, los muebles esta temporada de verano. Dos cifras resumen la situación: el 30% de las peticiones son denegadas y hasta un 40% no sabrá si puede o no ampliar hasta pasado el verano.

“Ser comprensivo con que la tramitación se alargue ligeramente por encima de los 15 días no quiere decir aceptar que se eternice”, ha dicho el director del Gremio, Roger Pallarols. El Gremio asegura que los motivos que alega el consistorio para rechazar las ampliaciones, como carencia de espacio o fuerte afluencia de gente, “no se entienden”. “La ampliación de las terrazas hace falta ahora, es oxígeno para los negocios”, ha afirmado Pallarols, que ha recordado que ya hay más de 4.000 peticiones al Ayuntamiento y que no se pueden “defraudar las expectativas que ha creado el propio gobierno municipal”.

El Gremio critica que no se acepten ampliaciones de terrazas en lugares como la Rambla o el Paseo del Born “por una supuesta fuerte afluencia de gente que, como es evidente, no se está produciendo”. “La ampliación de las terrazas tiene que ser un mecanismo útil para proteger también el tejido económico del centro, gravemente perjudicado por la ausencia de visitantes”, ha dicho Pallarols.

De hecho, el Gremio alerta que si no se toman medidas, “la desertización del centro es una amenaza real”. “Tampoco se entiende que se alegue carencia de espacio cuando el equipo de gobierno manifestó que, allá donde no cupieran mesas, se autorizarían barras de bar orientadas a la calle o barriles para que todo el mundo pudiera beneficiarse de la medida”, añade la organización.