Cataluña

“Confiamos en que haya una rectificación del Govern con el cierre, pero ya estamos estudiando una impugnación”

Entrevista al director del Gremio de la Restauración de Barcelona, Roger Pallarols

Un camarero atiende a un cliente, este miércoles, en un local de la Plaza Real de Barcelona, tras la decisión del Govern de cerrar bares y restaurantes en Cataluña durante 15 días.
Un camarero atiende a un cliente, este miércoles, en un local de la Plaza Real de Barcelona, tras la decisión del Govern de cerrar bares y restaurantes en Cataluña durante 15 días.Quique GarciaEFE

¿Cómo ha recibido el Gremio de la Restauración de Barcelona la medida decretada por la Generalitat de cerrar los establecimientos la hostelería durante los próximos 15 días?

En primer lugar, ya hemos manifestado al vicepresidente Pere Aragonés y sus consejeros que nos parece un escándalo que se filtrara la noticia antes de reunirse con el sector. También hemos mostrado la oposición frontal de la hostelería a esta medida que afecta directamente a un sector que no puede aguantar más. Encadenamos restricciones severas desde el 17 de julio, como las limitaciones de aforo, las restricciones en el uso de las mesas, la prohibición de usar las barras, las limitaciones horarias... sin que ello se haya demostrado efectivo en el control de los contagios. Quizá durante todo este tiempo se han equivocado al señalar al sector, porque en lugar de contener al virus, en estos últimos meses han aumentado los contagios, y a lo mejor tendrían que haber puesto el foco en la sociabilización en el ámbito privado, donde está el origen del rebrote. En definitiva, las restricciones en este sector ni siquiera han servido para controlar los contagios, que se ha disparado.

-¿Y cuál ha sido la respuesta de la Generalitat a sus comentarios durante la reunión que mantuvieron con Aragonés y sus consejeros?

Dicen que si no se hubieran tomado esas medidas restrictivas ahora mismo estaríamos como Madrid.

-¿Qué supone este nuevo cierre de los negocios para el sector?

Son más trabas a la viabilidad de unas empresas ya tocadas de muerte. Supone una aceleración de la destrucción de empresas. Tras el estado de alarma, un 15% de los restaurantes cerraron para no volver a abrir y, de los que abrieron, un 50% tenía sobre la mesa el cierre. Ahora, este nuevo cese de la actividad hace que estemos más cerca del 50% que del 15% actual. Además, no hay que olvidar que, si bien en un principio se ha hablado de un cierre de un par de semanas, la consellera Alba Vergés ya nos ha dicho que «esperemos que con 15 días sea suficiente», con lo que no descartan ampliar el cese de actividad. Barcelona se está muriendo y el Govern no sabe abordar la crisis, hay una dejación de funciones. Lo que está claro es que no puede haber más restricciones y una paralización de la actividad sin que se tomen medidas de compensación. Si las empresas no pueden ingresar con normalidad, hay que reducir sus gastos

-Pero el Govern les ha prometido una línea de avales y ha anunciado medidas.

Aragonés ha hablado de un paquete de 40 millones pero si solo en Barcelona hay 9.000 puntos de hostelería y 8.000 personas trabajan de forma directa en el sector, ese dinero es del todo insuficiente. También se ha hablado de facilitarnos el crédito, pero con eso solo nos endeudamos más. Esto no es corresponsabilizarse de la crisis económica, sino que es dejar todos los costes de la crisis sobre las espaldas de los hosteleros. En este contexto, el Govern tenía dos retos: contener la pandemia y no lo ha conseguido porque no ha habido un control exitoso, y gestionar la crisis económica que se deriva de ésta, pero no ha querido asumir este segundo reto.

-¿Se plantean recurrir a la justicia?

Nosotros confiamos en que haya una rectificación por parte del Govern, pero ya estamos estudiando una impugnación por si no la hubiera, ya que hay dudas sobre la legalidad de las decisiones que se han tomado. La Generalitat debería rectificar porque tener que solicitar una suspensión cautelar de estas medidas a la justicia sería un fracaso. En las manos del Govern está volver al sentido común y ahora tiene la oportunidad de volver al diálogo, a la negociación y al consenso para rectificar y no obligarnos a recurrir a la justicia.