Crisis pandémica

El Govern dice que no habría abierto los bares si el Estado hubiera dado más ayudas

Cataluña no extenderá, por ahora, el confinamiento de fin de semana al jueves, lunes ni martes del Puente de la Purísima. Siguen ingresando cada día 20 personas con covid en la UCI

Los trabajadores del transporte sanitario privado de Cataluña se han concentrado este jueves ante el Palau de la Generailtat, tras 50 días de huelga indefinida persiguiendo la equiparación de condiciones laborales con el personal del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), para lo que exigen una negociación del Govern con la patronal del sector. EFE/Quique García
Los trabajadores del transporte sanitario privado de Cataluña se han concentrado este jueves ante el Palau de la Generailtat, tras 50 días de huelga indefinida persiguiendo la equiparación de condiciones laborales con el personal del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), para lo que exigen una negociación del Govern con la patronal del sector. EFE/Quique GarcíaQuique GarcíaAgencia EFE

La consellera de Salut, Alba Vergés, ha recurrido hoy a un clásico de la comunicación política para tratar de concienciar por enésima vez a los ciudadanos de que depende de su comportamiento evitar una tercera ola antes de Navidad. Ha tuneado la frase que John Fitzgerald Kennedy inmortalizó en el discurso de su toma de posesión para pedir a la población que se pregunte qué puede hacer para frenar al virus. El Govern ha admitido que ha iniciado una tímida reapertura, pese a no tener los datos epidemiológicos deseados, porque no tiene recursos económicos para compensar que bares, restaurantes y otras actividades siguieran cerradas. “No hubiéramos abierto negocios, si pudiéramos pagar las ayudas de manera directa”, ha avanzado el doctor Josep Mª Argimon, secretario de Salut Pública, en una entrevista en “Els Matins” de Tv3 y ha reiterado el director del CatSalut, Adrià Comella, en un contacto informativo junto a la consellera Vergés y el conseller de Interior, Miquel Sàmper.

Con los datos epidemiológicos actuales, el departamento de Salut no era partidario de levantar las restricciones. Pero a la emergencia sanitaria, esta segunda ola, hay que sumar una emergencia económica y social. Por eso, todo el equipo ha apelado a la responsabilidad individual para evitar que el virus se descontrole antes de Navidad. “Mantengan la distancia, ventilen espacios, lleven la mascarilla y eviten las interacciones sociales”, ha recordado Comella.

Si se mantuviera la tendencia a la baja que se ha conseguido con las restricciones -un 35% menos de contagios nuevos por semana-, Cataluña se plantaría a las puertas de la Navidad con una media de entre 500 y 600 nuevos casos al día. Pero el lunes arrancó la desescalada y con cada restricción que se levanta, se corre el riesgo de que aumente la movilidad y los contagios.

Los datos epidemiológicos esta semana siguen yendo a mejor. La velocidad de transmisión se sitúa en 0,77; en las últimas horas, se han notificado 1.582 casos nuevos, y se han dado de alta a quince personas en la UCI, donde actualmente hay ingresados 484 pacientes graves con covid. Pero a excepción de la velocidad de transmisión, estos datos no son buenos y de tener dinero, con estos números, el director del CatSalut, Adrià Comella, ha dicho que no hubiera levantado las restricciones. La Organización Mundial de la Salud da por controlada una epidemia cuando la positividad de las PCR cae por debajo del 5% y ahora en Cataluña la positividad de los test para detectar la Covid está en 6,8%. Comella ha explicado que la desescalada empezó el 23 de noviembre con más de 500 ingresados por covid en la UCI. Cuando se empezó la desescalada en verano, había 40 personas con coronavirus en la UCI e ingresaban una media de 6 o 7 pacientes al día. Ahora, en intensivos, ingresa una media de 20 enfermos al día y fallecen 50 personas por covid. “Desde que se tomaron medidas para frenar la segunda ola hasta que hemos empezado a tener resultados, se han acumulado más de 500 personas en la UCI con covid grave”, ha recordado. Comella ha sido contundente, “si bajamos la guardia, habrá transmisión en Navidad, algunas personas acabarán en las camas de críticos y otras morirán”, ha dicho.

El Puente de la Constitución

Hay dos maneras de reaccionar a las cifras epidemiológicas. Una es quedarse sólo con que la tendencia de la curva va a la baja y pensar en que los buenos datos pueden premiarse con un avance de la segunda fase de reapertura antes de la Purísima. Y otra, extremar las precauciones y ampliar el cierre perimetral de los municipios el fin de semana al jueves, lunes y martes de la Purísima para evitar desplazamientos. En la segunda fase, de reapertura, el confinamiento perimetral de fin de semana se amplía a las comarcas y los centros comerciales podrán abrir con un 30% del aforo. Pero tanto Vergés como el conseller de Interior, Miquel Sàmper, han dicho que por ahora no hay ninguna de las dos opciones encima de la mesa.

Tal y como estaba previsto, se pasará a la segunda fase el 7 de diciembre, si se cumplen los parámetros epidemiológicos, esto es que la Rt siga por debajo de 0,9 y los ingresos hospitalarios sigan una tendencia a la baja.

Si la Rt se sitúa entre 0,9 y 1, y las hospitalizaciones se estabilizan, no se cambiará de fase. Y si la velocidad de transmisión pasa de 1 y aumentan las hospitalizaciones, se daría un paso hacia atrás y se volverían a dictar restricciones.

Menos robos y más estafas

Sàmper ha informado de que con las restricciones, el tráfico en el primer anillo metropolitano ha bajado un 10%, que el cierre de la restauración no ha afectado a la movilidad dentro de los municipios y que se percibe una tendencia al alza de la movilidad desde que se han levantado las restricciones. El tráfico ha aumentado un 5%. Desde el 16 de octubre, se han interpuesto 43.230 denuncias. Los delitos han bajado un 28%: un 48% los robos, un 47% los hurtos, pero las estafas han aumentado un 25,5%.