Covid-19
La pandemia impulsa el liderazgo de las mujeres: así gestionarán la era poscovid
El coronavirus acelera el teletrabajo, la digitalización, la racionalización de los horarios y la flexibilidad laboral, demandas históricas que facilitan la conciliación y la igualdad. El talento femenino se abre paso
Hay opiniones de todo. Escépticos que dicen que cuando amaine la pandemia seguiremos siendo los mismos. Menos, pero los mismos, porque el coronavirus se ha cobrado ya un millón y medio de vidas. Y otros que afirman que el virus cambiará la forma en que vamos a vivir. Queda por saber si para bien o para mal. ¿Qué mundo nos espera? ¿Qué rumbo hay que tomar? ¿Es cierto que las mujeres liderarán la era postCovid? Hay quien optará por ver el desenlace desde el sofá. Pero desde el sofá sólo se ganan partidas al parchís. Lo saben las cinco ponentes del foro organizado por LA RAZÓN sobre liderazgo femenino: Sandra Tobías, directora de Desarrollo de Talento de SUEZ España; Beatriz Recio Salcines, directora de Woman Talent y presidenta de mujeres influyentes de España; Ana Bujaldón, presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE); Eva Serrano, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Madrid, y Patricia Benito de Mateo, directora general de Openbank,
Antes de que un virus diminuto empujara a millones de personas a encerrarse en sus casas, las cinco trabajaban para que en 2030 la igualdad de género sea una realidad y no sólo un derecho. Pero el quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que propone Naciones Unidas para dibujar un mundo más justo –el que persigue poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas–, se ha visto amenazado por la pandemia. En un informe reciente, la ONU alerta de que la Covid-19 puede revertir los escasos avances que se han logrado en los últimos años en materia de igualdad de género. Todo amenaza tiene su reto y en este caso, la ONU no se limita a denunciar y recomienda estrategias para que el liderazgo femenino y las contribuciones de las mujeres se sitúen en el centro de la recuperación.
La pandemia ha obligado a posponer revoluciones –contra el cambio climático o por los derechos de las mujeres–, pero también ha acelerado cambios, como el teletrabajo o la digitalización que pueden favorecer la conciliación, la corresponsabilidad y el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad. Y, sobre todo, «ha obligado a la humanidad a tomarse un respiro y a reflexionar dónde estábamos, hacia dónde íbamos y hacia dónde queremos ir», destaca Serrano.
Plantar cara a las amenazas
«Cuando la crisis entra por la puerta, la igualdad sale por la ventana», alerta Tobías. Cerca del 60% de las mujeres trabajan en la economía informal ganan menos y corren mayor peligro de caer en la pobreza. Pero este retroceso no sólo afecta a las mujeres más vulnerables. «Lo hemos visto en numerosas ocasiones durante la pandemia», advierte la vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Madrid, «mujeres en una videoconferencia con tres niños saltando encima suyo y un marido paseando por detrás que pregunta: «Cariño, ¿has visto mis zapatos?». Antes de la pandemia, las mujeres en España dedicaban al hogar y al cuidado de la familia dos horas al día más que los hombres, 25 horas a la semana. En el confinamiento, las madres sumaron el peso de las tareas escolares. Una encuesta de la Fundación de las Cajas de Ahorros confirma que en la primera ola, las mujeres emplearon 3,6 horas al día en entretener a sus hijos y ayudarlos con los deberes por 2,4 horas de los hombres. Lo sorprendente, subraya Bujaldón, es que ellas siguieron siendo igual de productivas que siempre y ellos bajaron la productividad.
En vez de llamar la atención al marido caradura, Serrano apela a la mujer para que no vuelva a permitir la misma escena. «Me parece una falta de respeto hacia una misma cargar con todo el trabajo doméstico», lamenta. Benito, Recio y Tobías inciden en que las familias deben pactar un reparto del trabajo no remunerado.
Cómo romper el techo de cristal
Serrano es el ejemplo de que el techo de cristal está para romperlo. Es la primera mujer en 132 años que ocupa la vicepresidencia de la Cámara de Comercio de Madrid. Dice que más que un techo de cristal existe un techo de cemento que «es el sambenito que nos colgamos las mujeres cuando nos preguntamos si sabremos, si podremos o si estaremos a la altura». Benito da por hecho que las mujeres están igualmente preparadas e insiste en que «hay que querer dar el paso para alcanzar esos puestos de liderazgo».
Pero no siempre querer es poder. Hay mujeres que no querrán renunciar a la maternidad ni querrán llegar a casa a las diez de la noche y no ver crecer a sus hijos. Bujaldón pone sobre la mesa datos, estudios y ejemplos. Relata que en un encuentro reciente con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, preguntó por qué habiendo un 54% de mujeres jueces España nunca ha tenido una presidenta ni una vicepresidenta del Tribunal Supremo. También señaló que las mujeres sólo ocupan el 30% de los consejos de dirección de las empresas del IBEX. O que seis de cada 10 parados en España son mujeres. Tobías añadió que las mujeres en Europa cobran un 15% menos por el mismo trabajo. «La brecha salarial tiene dos cómplices, las empresas que quieren ahorrarse un dinero y la sociedad que lo permite», lamenta Recio.
La fórmula de la equidad
Para romper el techo de cristal, que Bujaldón llama de «hormigón armado», abogan por garantizar una educación sin sesgos, promover el acceso de las niñas a carreras STEM (por sus iniciales en inglés: ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), avanzar en la corresponsabilidad, para liberar a las mujeres de las tareas del hogar y los cuidados, que acostumbran a llevar en solitario, y racionalizar horarios.
Benito cuenta que desde Openbank se fomenta la igualdad de oportunidades a través de diferentes medidas, como la paridad de candidatos en cada proceso de selección y la revisión periódica de sueldos para evitar la brecha salaria. Tampoco ponen reuniones más allá de las seis de la tarde y están prohibidas las llamadas y los mails los fines de semana. Tobías explica que en SUEZ, un sector que abastece agua, muy masculinizado, ponen palancas para ayudar a las mujeres a conciliar y a dar el salto. El teletrabajo ha ayudado a superar la cultura de la presencialidad y a entender el trabajo por objetivos no por minutos invertidos en calentar la silla. Además, ha lanzado un programa para identificar a mujeres con talento a las que se ayuda a alcanzar puestos directivos.
Los países liderados por mujeres gestionan mejor la pandemia
«La pandemia ha visibilizado oportunidades», concluye Recio. Y un liderazgo, ejercido por mujeres, más efectivo para gestionar la catástrofe sanitaria. Las naciones que están superando mejor la crisis tienen en común que están lideradas por mujeres. Nueva Zelanda, Taiwán o Alemania son un ejemplo. Valores como la empatía, la resiliencia, la flexibilidad, la innovación y responsabilidad social son atributos femeninos que requerirán los líderes de la era posCovid que deberá afrontar el desafío del calentamiento global.
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