Los otros trans
Manuel de Armas se implanta unas aletas en la cabeza para ser un cyborg: “No me siento 100 % humano”
El joven catalán se autodefine como el primer transespecie del mundo y plasma en su cuerpo su admiración por los peces
Se define a si mismo como el primer transespecie del mundo. Manuel de Aguas es un catalán de 24 años, y que desde niño se ha sentido muy muy atraído por la naturaleza, sobre todo por todo lo marítimo. El resultado de esta afición es que diseño y se hizo implantar dos aletas en el cráneo.
El objetivo, según dice, es poder tener de esta manera la sensibilidad que tienen algunos animales a ciertos estímulos, por lo que se declara como “Transespecie” y considera que no es “100% humano”.
“No me considero cien por ciento humano. Mi persona no coincide con el concepto biológico que se conoce”, explica. Dio un paso arriesgado en pos de su identidad y se implantó dos aletas de silicona de 500 gramos a cada lado de su cabeza.
Las aletas son un órgano más de su cuerpo y están conectadas a un microchip que le permite percibir, entre la piel y el hueso, vibraciones de sonido, la humedad, la presión y la temperatura.
“Tengo la zona de la piel resentida. Y me quito las aletas para dormir y bañarme. Estoy acostumbrado a que la gente me mire por la calle, pero la verdad es que no me afecta”, explica Manel, quien tuvo que viajar hasta Japón para realizar semejante implante dérmico.
Pero Manuel no solo es Transespecie, si no que también se define como cyborg, “un ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos” según la RAE.
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