Cataluña

Aragonès se compromete a “hacer inevitable” la autodeterminación y la amnistía en su toma de posesión

Advierte de que la lucha por la justicia social y la independencia son “indisociables”

El ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta (i), conversa con Pere Aragonès (d), investido presidente de la Generalitat.
El ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta (i), conversa con Pere Aragonès (d), investido presidente de la Generalitat.Alberto EstévezEFE

Pere Aragonès fue investido el viernes en el Parlament con los apoyos de Esquerra, JxCat y la CUP y su toma de posesión podría parecer a primera vista un acto de trámite más. Pero no ha sido así: ha permitido visualizar algunos detalles que invitan a pensar en un cambio drástico en la Generalitat y ha servido también de plataforma para que confirmara su apuesta por el “procés”, aunque de una forma más suavizada. Así, aunque Aragonès se ha comprometido a “hacer inevitable” la autodeterminación y la amnistía, también es cierto que ha dado más peso en su discurso a la gestión y los problemas socioeconómicos que atraviesa Cataluña.

El president, que recupera los mandos de Cataluña para Esquerra 41 años después de Tarradellas, ha dado prioridad a la gestión -apuntando a su objetivo de reconstruir económica y socialmente Cataluña tras el tsunami de la pandemia-, pero también ha señalado que el camino andado “debe desembocar en la República catalana” y ha recordado que la lucha por la justicia social y la independencia son “dos caras de la misma moneda”. “Son indisociables”, ha afirmado, tras también asegurar que es “consciente” de que quien “desbroza” el camino y quien “abre paso” es quien “más se ensucia”, en alusión al giro pragmático que ha dado Esquerra, de contemporizar y ampliar la base electoral en lo relativo a la independencia.

Pese a esta retórica, lo cierto es que Aragonès aterriza en la Generalitat con la intención de dar un volantazo al rumbo político del Govern. Y eso se ha percibido en su discurso, mucho menos beligerante que el de su predecesor y más predispuesto al diálogo. Esta circunstancia invita a pensar en una nueva etapa en las relaciones entre Generalitat y Gobierno: de hecho, una de las imágenes de la tarde ha sido la presencia del ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, en la toma de posesión. Con Quim Torra no hubo presencia del Gobierno.

Aragonès ha empuñado un discurso integrador y conciliador -ha insistido en que quiere ser president de todos y no excluir a nadie- y ha reiterado su intención de hacer pivotar su mandato sobre cuatro ejes de transformación: social, verde (transición ecológica), feminista y democrático (una salida al “procés”). Ha puesto énfasis en la “búsqueda del bien común, pensando en todos”.

En el acto de la toma de posesión no ha faltado casi nadie: han estado la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y varios miembros de la Mesa; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; y, el expresidente de la Generalitat, Quim Torra. En este sentido, ha dedicado también unas palabras de agradecimiento a su antecesor -que le ha pasado la medalla de president-, a quien le ha reconocido su labor durante la pandemia y de recuperación del control de las instituciones tras la aplicación del 155. La relación entre Torra y Aragonès, precisamente, quedó muy deteriorada en el pasado mandato.

También han estado los líderes de los grupos parlamentarios, aunque han faltado a la cita tanto PP, Vox y Ciudadanos.