Mossos

La primera crisis de Aragonès abre la puerta a relevar a Trapero

El president tantea cambios en la cúpula de los Mossos tras el órdago de la CUP

Pere Aragonès (c), investido presidente de la Generalitat el pasado viernes con los votos de ERC, JxCat y la CUP, durante su toma de posesión en un acto institucional en el Palau de la Generalitat.
Pere Aragonès (c), investido presidente de la Generalitat el pasado viernes con los votos de ERC, JxCat y la CUP, durante su toma de posesión en un acto institucional en el Palau de la Generalitat.Marta PérezEFE

La CUP enseñó ayer sus garras en el estreno de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat. Los anticapitalistas dieron el viernes su confianza al republicano para su investidura, pero «ipso facto» han dado su primer aviso: hasta cuatro diputados del partido (y una de Podemos) se enfrentaron ayer a los Mossos d’Esquadra para evitar un desahucio en el bloque Llavors del barrio de Poble Sec y, después, un grupo de su órbita asaltó la sede de Esquerra en Barcelona. Ambas imágenes demostraron que serán muy incómodos durante toda la legislatura y la estabilidad tendrá un precio alto. De hecho, los cuperos advirtieron ayer de que que tampoco garantizan 100 días al president –plazo que se suele dar a los nuevos gobiernos para hacer un primer balance y decidir, a partir de ahí, qué rumbo tomar–.

Pero la respuesta de Aragonès también reflejó hasta qué punto está dispuesto a complacer a los cuperos: de inmediato, compareció ante los micrófonos de «Catalunya Ràdio» para anunciar que revisarán los protocolos de actuación de los Mossos d’Esquadra –ahora la conselleria de Interior está en manos de Esquerra– para evitar que los antidisturbios participen en los desahucios, aunque también aseguró que los cambios deben ir más allá e incluir a las autoridades judiciales. Pese a ese guiño, parece difícil que pueda satisfacer a la larga a un partido que ya, de entrada, ha puesto en el punto de mira a algunos de los consellers de JxCat, como Jaume Giró, que estará en Economía y señalan su pasado por La Caixa y Repsol y sitúan como figura afín al Ibex, en las antípodas de sus posicionamientos; o, como Lourdes Ciuró, que estará en Justicia y recuerdan que votó junto al PP a favor de la Ley para los desalojos exprés.

En cualquier caso, Aragonès se dio de bruces en su primer día con su primera crisis que puede tener también importantes consecuencias. Según han confirmado desde la Generalitat, se avecinan cambios en la cúpula de los Mossos d’Esquadra, aunque todavía está por ver qué alcance tendrá. En este sentido, el primer señalado sería el mayor, Josep Lluís Trapero, que podría ser relevado a pesar de que en la Generalitat tampoco están por la labor de hacer «cambios bruscos» y sospechan que él mismo ha dejado entrever su «incomodidad» por el cambio de color en la conselleria de Interior. Cabe subrayar que Trapero llegó a la cúpula de la policía catalana de la mano de JxCat, durante la presidencia de Carles Puigdemont.

No obstante, fuentes de los Mossos d’Esquadra acusan directamente a Esquerra de «tener interés por provocar» su salida y señalan que los cambios que se puedan dar de ahora en adelante serán solo responsabilidad de la nueva dirección: el titular de la conselleria de Interior será Joan Ignasi Elena, que tomará hoy posesión del cargo y tendrá la difícil carpeta de acometer cambios en los Mossos d’Esquadra.

Más allá del ámbito de la seguridad, Aragonès aprovechó su primer día al mando de Cataluña para mostrar sus prioridades: por la mañana acudió a un acto de perfil social en el Hospital Parc Taulí sobre la salud mental; y, por la tarde, hizo una visita a los políticos independentistas presos. Es decir, combinar cuestiones socioeconómicas con el «procés». Justo ayer, además, Pedro Sánchez insinuó que concederá los indultos y el president se muestra predispuesto a aceptarlos porque permite aliviar a los líderes condenados a entre 9 y 13 años de cárcel por un delito de sedición, pero siempre ha exigido la amnistía para eximir de responsabilidades penales a más de 3.000 políticos y activistas independentistas por causas relacionadas con el «procés» durante la última década.