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La mayoría independentista, en jaque por los presupuestos en Cataluña

La CUP decide y el Govern avisa de los efectos de tumbarlos: el consejero de Economía alerta que sacarlos adelante con el PSC o los comunes les debilitaría

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, acompañado por el conseller de Economía y Finanzas, Jaume Giró, y la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà esta semana
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, acompañado por el conseller de Economía y Finanzas, Jaume Giró, y la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà esta semanaAndreu DalmauAgencia EFE

La mayoría del independentismo lograda en las urnas y que sirvió para que Esquerra alcanzara la Generalitat está en jaque por los primeros presupuestos del Govern de Pere Aragonès. El apoyo de la CUP es necesario y sus bases votan a lo largo de hoy si permiten su tramitación o los tumban a la primera de cambio en una consulta interna que marcará gran parte del devenir de la legislatura catalana.

Los antisistema, muy críticos con la gestión «autonomista» de la Generalitat, han amagado con bloquearlos y la opción de presentar una enmienda a la totalidad ha ganado enteros en los últimos días. Ni las últimas concesiones del Ejecutivo, que se ha plegado a la CUP para lograr su visto bueno sin éxito, han logrado rebajar las críticas de los antisistema, muy recelosos ante las cuentas de ERC y Junts por aspectos como la fiscalidad o la falta de rumbo del «procés», sin otro 1-O para esta legislatura.

Ante este escenario de incertidumbre, el Govern ha salido a la desesperada a presionar y ha advertido a la CUP de las consecuencias y de la “grieta” que se abriría por un «no» suyo a los presupuestos. Ha sido el propio consejero de Economía Jaume Giró quien ha alertado de que aprobar las cuentas sin los antisistema, sin la mayoría independentista –y con el PSC o los Comunes– “sólo podría ser leído como un debilitamiento de la aspiración nacional mayoritaria de plena soberanía”. Y como “un apoyo sobrevenido a la política de represión judicial y persecución económica con que el Estado ha hecho frente a la expresión legítima de una voluntad compartida”.

En total, desde la medianoche de este domingo las bases antisistema deciden con tres votaciones enlazadas: la primera es sobre si presentan una enmienda a la totalidad y no posibilitan su tramitación o bien si se abstienen.

La segunda, en caso de que se decanten por presentar enmienda a la totalidad, si prefieren seguir negociando o si «se acaba la negociación» con el Govern. Es decir, si dan por finiquitadas las conversaciones con el Ejecutivo pese a que en el pacto de investidura los antisistema se comprometían a la “estabilidad parlamentaria” al menos hasta 2023.

Y la tercera votación pregunta a la militancia si, en caso de abstenerse y no presentar enmienda a la totalidad, consideran que el acuerdo con el Govern es «insuficiente para la aprobación definitiva» o si ya están satisfechos con el actual acuerdo. Un escenario, este último, que parece difícil dadas las múltiples críticas de las bases a las cuentas.