Cinco Paradores con gran valor histórico para hospedarse en Cataluña

España cuenta con una red de hoteles gestionados por el Estado prácticamente única: los Paradores. Levantados sobre edificios con mucho valor patrimonial, la empresa pública cuenta ya casi con un centenar de establecimientos y su éxito es bastante notable: da buena cuenta de ello la cuenta de resultados, ya que es de las pocas compañías estatales que dan beneficios.

Y, ahora que llega Semana Santa, es una época en la que muchos españoles tienen muy en cuenta la red de Paradores para escoger destino para pasar las vacaciones. Cataluña cuenta con 8 hoteles de los 97 que hay por toda la península ibérica (hay uno en Portugal) y, de entre estos, destacan cinco por encima del resto por su valor histórico:

Parador de Cardona

Sin lugar a dudas, es una de las joyas de Paradores en toda España: construido sobre un castillo del siglo IX en la villa de Cardona, en la Cataluña interior (al norte de Manresa, en dirección hacia Solsona). La fortaleza cuenta con dos icónicas construcciones: la Torre Minyona y una bonita iglesia, ambas del siglo XI. El castillo, asimismo, mantiene fosos, las torres, las murallas y elementos góticos.

Además del propio castillo, el entorno también tiene un gran atractivo: se puede visitar el Parque Cultural de la Montaña de Sal, un recinto minero de espectaculares galerías interiores, y se pueden hacer rutas a pie o en bicicleta por los alrededores, como la de los Molinos de la Sal, la Vía Salaria, el Camino de los Monjes y El Camino de la Frontera.

Parador de La Seu d’Urgell

El Parador de La Seu d’Urgell está más al norte del de Cardona, a 15 kilómetros de la frontera con Andorra y ya en la zona pirenaica de Cataluña. En un entorno montañoso, ideal también para quienes vayan a esquiar o a aprovechar para hacer actividades de montaña durante la primavera y el verano, las instalaciones de este parador se reparten alrededor del claustro, del siglo XVIII y de estilo clasicista.

El claustro pertenece a la iglesia de Sant Domènec, anexa al parador. Es de arquitectura gótica catalana de principios del siglo XV y formaba parte del antiguo convento de los dominicos. Además, el Parador se encuentra a unos metros del monumento más representativo de la ciudad: la catedral de Santa María, la única de estilo románico que se conserva en Cataluña.

Parador de Vic-Sau

El Parador de Vic-Sau es el más cercano a Barcelona: está situado a escasos 80 kilómetros de la capital catalana. Ubicado en un entorno natural, está rodeado de la serranía de las Guillerías y del pantano de Sau. El parador tiene aire de tradicional masía catalana, antiguas construcciones muy extendidas por la Corona de Aragón.

Además de visitas a Barcelona y excursiones a lugares como el Pantano de Sau o el Monasterio de Sant Pere de Casserres, también está muy cerca Vic, una ciudad con un gran valor patrimonial, con un templo romano, las murallas o la catedral.

Parador de Lleida

El Parador de Lleida está levantado sobre un antiguo convento del siglo XVII en un claustro central de tres pisos de altura desde el que se accede a la iglesia, ahora convertida en restaurante. Ubicado en el corazón de la capital del Segrià, está a escasos minutos a pie de la Catedral Antigua de Lleida del siglo XIII y de la Catedral Nueva.

Parador de Tortosa

El Parador de Tortosa está situado en el castillo de la Zuda, elevado sobre toda la ciudad, lo que lo convierte en un buen mirador de toda la ciudad. Levantado en el siglo X, este castillo ha sido testigo de la viva historia de nuestro país: fue erigido bajo el califato de Abderramán III, encima de una antigua acrópolis romana, que lo convirtió en alcazaba, y posteriormente, conquistado por los cristianos y quedó en manos de Ramón Berenguer IV en 1148.

Tortosa, además, es una ciudad con mucho por descubrir: desde la Catedral de Santa María al Barrio Judío, pasando por los Jardines del Príncipe con escultura al aire libre del escultor Santiago de Santiago, o los Colegios Reales. También se pueden hacer rutas a pie o en bici por las Avanzadas de San Juan, el Paseo de Ronda, la Plaza de la Cinta o el antiguo puente del tren que da inicio a la Vía Verde.